Alguna vez sentiste sueño, fatiga, cansancio o desorientación tras haber realizado un largo viaje. Esto quiere decir que sufriste jet lag, un conocido trastorno que aparece cuando se atraviesan distintas zonas horarias.
Una nueva investigación encontró que la actividad física en ciertos momentos del día puede alterar los ritmos circadianos, ofreciendo una nueva terapia para trastornos como el jet lag.
La luz y la oscuridad son los principales responsables de determinar nuestros ritmos circadianos, cambios mentales, físicos y de comportamiento que siguen un ciclo diario y regulan nuestros cuerpos.
Esto sucede porque un grupo de células en el cerebro recibe información sobre la cantidad de luz que atraviesa los nervios de nuestros ojos y, le indican que nos adormezca liberando la hormona del sueño, melatonina. Cuando viajamos a una zona horaria diferente interrumpimos estos ritmos.
Estas situaciones pueden causar efectos negativos, como problemas para concentrarse, dolores de cabeza y problemas gastrointestinales.
Debido a que no existen tratamientos para este trastornos, muchos estudios han investigado maneras de combatirlo. Por ejemplo, alterando hormonas que producen células de la retina, que no solo se encargan de regular los estímulos de la luz, sino que también ajusta los ritmos circadianos.
Sin embargo, el nuevo estudio de Shawn Youngstedt y su equipo, de la Universidad Estatal de Arizona en Phoenix, EE.UU., encontró que el ejercicio podría contrarrestar los efectos negativos de la interrupción del ritmo circadiano.
Los resultados fueron publicados en The Journal of Physiology.
Cambios en el reloj corporal
Youngstedt y su equipo examinaron los efectos del ejercicio en dos grupos de participantes:
- El primero con 51 participantes entre 59 y 75 años, "aeróbicamente aptos".
- El segundo con 48 participantes entre 18 y 30 años.
Ambos grupos realizaron 1 hora de ejercicio moderado en cinta durante 3 días consecutivos, en diferentes horarios a lo largo del día. Los científicos determinaron el reloj corporal de referencia analizando sus muestras de orina y determinando sus niveles de melatonina.
El cuerpo libera melatonina en diferentes cantidades en distintos momentos del día, alcanzando su punto máximo en la noche y cayendo en la mañana. Al tomar muestras de los voluntarios cada 90 minutos, los investigadores identificaron la hora exacta en que su melatonina subía y bajaba a lo largo del día:
- Hacer ejercicio a las 7 a.m. o entre las 1 p.m. y 4 p.m. retrasó el ritmo circadiano.
- Hacer ejercicio entre las 7 p.m. y 10 p.m. adelantó el ritmo circadiano.
- Hacer ejercicio entre la 1 a.m. y las 4 a.m. o a las 10 a.m. no afectó los niveles de melatonina.
- La edad o el sexo no afectaron estos resultados.
Youngstedt comentó sobre los resultados "Se sabe que el ejercicio causa cambios en nuestro reloj corporal. Pudimos mostrar claramente en este estudio cuando el ejercicio retrasa el reloj corporal y cuando avanza".
Y agregó "Este es el primer estudio que compara los efectos del ejercicio en el reloj corporal, y podría abrir la posibilidad de usar el ejercicio para ayudar a contrarrestar los efectos negativos del jet lag".
Sin embargo los autores del estudio advirtieron que debido a que los participantes tenían niveles de condición física más altos que la población general, los resultados pueden no extenderse al grueso de la población.
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