¿Sabes lo que tienen en común la natación, el ciclismo y algunas prácticas del atletismo? Todos corresponden a ejercicios de resistencia, una forma de entrenar que podría retrasar el envejecimiento celular y ayudar a que te mantengas joven por más tiempo.
La Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU. indica que las actividades de resistencia o ejercicios aeróbicos, además de mejorar nuestra aptitud física general, mantienen en forma el corazón, los pulmones y el sistema circulatorio.
En consecuencia, retrasan o previenen muchas de las enfermedades que son comunes en los adultos mayores, como la diabetes y las enfermedades cardíacas. Aunque según un nuevo estudio, podría sumarse otro beneficio.
Recientemente, un grupo de investigadores de la Universidad de Leipzig en Alemania, analizó diferentes tipos de ejercicio físico y sus efectos en los procesos de envejecimiento biológico. Los hallazgos fueron publicados en European Heart Journal.
Para este estudio, alistaron a 266 voluntarios jóvenes y sanos, aunque inactivos en cuanto a la práctica de actividad física cotidiana. Los participantes fueron asignados de forma aleatoria a distintos tipos de entrenamiento o a continuar con su estilo de vida sedentario.
El equipo se concentró en estudiar los efectos de estas actividades en el funcionamiento de los telómeros, unidades de ADN y proteínas que se encargan de proteger nuestro material genético, y en una enzima llamada telomerasa.
Tomaron ese parámetro porque se sabe que a medida que los telómeros se acortan, el material genético comienza a deteriorarse, enviando una señal de que la célula está envejeciendo y pronto comenzará su proceso de muerte.
¿Cuál fue el entrenamiento más efectivo?
En este estudio, dirigido por el profesor Ulrich Laufs, se dividió al azar a los participantes en cuatro grupos de actividades:
- Entrenamientos de resistencia: En este grupo los integrantes debían correr de forma constante.
- Entrenamiento por intervalos de alta intensidad: Realizaron ejercicios de calentamiento y alternaron ciclos de carreras de alta intensidad con carreras lentas y descansos.
- Entrenamiento de fuerza: Se incluyó ejercicio con máquinas, como flexiones, presiones y extensiones de piernas, remo, presiones de pecho, extensiones de espalda y abdominales.
- Grupo de control: Debían continuar con su estilo de vida sedentario.
Del total inicial de participantes, 124 pudieron completar la rutina, que durante 6 meses consistió en tres sesiones de ejercicios semanales de 45 minutos. Para verificar qué tipo de entrenamiento sería el más efectivo para lograr un envejecimiento saludable, los investigadores recolectaron muestras de sangre de los voluntarios al comienzo y final del estudio.
Los expertos encontraron que los grupos de entrenamiento de resistencia y con intervalos de alta intensidad, gozaron de la mayoría de los beneficios.
La actividad de la telomerasa aumentó de dos a tres veces en las personas que realizaron estas actividades, mientras que la longitud de los telómeros también aumentó notablemente.
"El estudio identifica un mecanismo mediante el cual el entrenamiento de resistencia mejora el envejecimiento saludable" señaló Laufs. "Puede ayudar a diseñar futuros estudios sobre este importante tema utilizando como un indicador de 'edad biológica' la longitud de los telómeros", agregó.
El coautor del estudio, el Dr. Christian Werner, de la Universidad de Saarland en Alemania, afirmó: "Nuestros datos amparan las recomendaciones actuales de la Sociedad Europea de Cardiología, acerca de que el ejercicio de fuerza debe ser complementario al entrenamiento de resistencia y no un sustituto".
En respuesta a por qué estos modos de entrenamiento pueden tener un efecto beneficioso en la salud celular, los investigadores sugieren que pueden afectar los niveles de óxido nítrico. Este gas compromete la función de los vasos y la circulación sanguínea, influyendo en los procesos de envejecimiento celular.
Más información sobre actividades físicas: