Tanto la diabetes como el Alzheimer pueden resultarte familiares pero, ¿sabías que existe la posibilidad de que se encuentren relacionados?
Una nueva investigación demostró que una característica normal de la diabetes, puede impactar en aspectos comunes de la enfermedad de Alzheimer, como la cognición, el estado de ánimo y el metabolismo.
Trabajos anteriores encontraron que las personas con diabetes tipo 2 tienen más probabilidades de desarrollar la enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, se desconoce la naturaleza de esta relación.
El estudio reciente investigó el efecto de bloquear los receptores de insulina, responsables del transporte de azúcar a las células, en ratones. Los resultados mostraron que la interrupción de estas vías afectó tanto el aprendizaje como la memoria.
El trabajo se desarrolló en Joslin Diabetes Center, en Boston, EE.UU. y los hallazgos fueron publicados en PNAS.
Dos enfermedades conocidas
La enfermedad de Alzheimer es la causa más común de demencia, trastorno en el que una persona padece pérdida de memoria y otros problemas de cognición que interfieren el desarrollo de la vida diaria.
A nivel mundial se registan 50 millones de casos, 3.5 corresponderían a EE.UU. Asimismo, los hispanos son la etnia que se ve más afectada en este país, ya que el 12% de su población adulta (aproximadamente 400,000 personas) fueron diagnosticados con Alzheimer.
Sin embargo, esta enfermedad no es una parte normal del envejecimiento, y si bien la mayoría de las personas que la padecen tienen 65 años o más, puede afectar a los jóvenes. Aunque hay tratamientos disponibles, no existe una cura para el Alzheimer.
Existen factores de riesgo que los expertos asocian con el desarrollo de esta enfermedad, algunos no controlables como la edad, la genética o los antecedentes familiares y, otros modificables, como lesiones en la cabeza, enfermedades del corazón, hipertensión o accidentes cerebrovasculares (ACV).
Otro factor de riesgo no tan conocido sería la diabetes. Esta enfermedad surge cuando los niveles de glucosa (azúcar) de la sangre están muy altos.
La insulina es una hormona que permite a nuestro cuerpo distribuir la glucosa entre a las células, para entregarles energía. Sin suficiente insulina o con un mal funcionamiento de la misma (lo que ocurre en las diabetes de tipo 1 y 2), la glucosa permanece en la sangre.
Según American Diabetes Association, más de 30 millones de estadounidenses tienen diabetes. A lo largo de su vida, se espera que el 40% de los adultos estadounidenses desarrollen diabetes tipo 2.
Ese número escala a un 50% cuando se trata de hispanos. Actualmente representan aproximadamente un 12% del total de los casos en EE.UU.
Con el tiempo esto puede causar problemas serios, como daños en la visión, los nervios, los riñones, enfermedades cardíacas, derrames cerebrales e incluso amputaciones.
Diferentes investigaciones han demostrado una conexión entre las vías de la insulina y los problemas cognitivos, la demencia, la depresión y la ansiedad.
El estudio de Joslin Diabetes Center es el primero en dirigirse a regiones específicas del cerebro para ayudar a determinar la causa y el efecto de este fenómeno.
¿Cuál es la relación?
El autor principal del trabajo, Ronald Kahn, director académico de Joslin y profesor en la Escuela de Medicina de Harvard, investigó junto a su equipo dos áreas específicas del cerebro, el hipocampo y la amígdala central, que intervienen en la función cognitiva y el control metabólico.
Para llevar adelante su trabajo se valieron de experimentos con ratones.
En primer lugar permitieron que los roedores exploraran un laberinto para familiarizarse con su diseño. Luego de sacarlos, modificaron los caminos bloqueando uno de los corredores.
Se encontraron con que los ratones con insulina desactivada no fueron capaces de enfrentarse a esta nueva barricada, y en su lugar, intentaron atravesar el laberinto como si fuera la primera vez.
Kahn señaló que este es el primer estudio que muestra una relación entre estos receptores desactivados y los problemas de cognición.
"Fue importante trabajar en regiones específicas, de lo contrario se podría haber afectado el desarrollo del cerebro. Al intervenir los receptores, no solo eliminamos la forma principal en que funcionan, sino también el sistema que lo permite", explicó.
Los investigadores esperan estudiar el impacto de cruzar los ratones que utilizaron en este estudio, con ratones genéticamente propensos a desarrollar Alzheimer.
También afirmaron que ese tipo de investigación podría prevenir la enfermedad, permitiendo hacer recomendaciones de cambios en el estilo de vida, mucho antes de que esta afecte nuestro cuerpo.
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