Si algunas veces te has encontrado frente al dilema de comer una galleta o una fruta, aquí tienes razones suficientes para elegir la segunda opción. La alimentación deficiente puede reducir el tamaño del cerebro, una evidencia que los científicos han divulgado anteriormente y que ahora confirman con nuevos datos.
En un amplio estudio inglés de 2011, se observó que a las personas mayores con niveles más altos de grasas trans en la sangre les fue peor en ciertas pruebas mentales que a las que tenían niveles más bajos de las grasas “malas”. Además, las primeras tenían el cerebro más pequeño.
Las grasas trans se hallan en la comida frita, las rosquillas, las pastas, la masa de pizza, las galletitas, las margarinas y grasas sólidas.
Ahora, la alimentación y su relación con el tamaño del cerebro vuelve a estar en el foco de atención al conocerse una nueva investigación publicada en Neurology donde se sugiere que las personas que consumen dietas saludables pueden tener volúmenes cerebrales más grandes.
Los científicos del Erasmus University Medical Center en los Países Bajos se propusieron estudiar cómo la dieta podría afectar el volumen del cerebro. Preguntaron a más de 4,000 personas mayores de una edad promedio de 66 años, detalles sobre su alimentación y analizaron sus cerebros con las técnicas tradicionales.
Así observaron que las personas que llevaban una dieta más saludable, similar a la dieta mediterránea, con abundancia de frutas, verduras y grasas saludables provenientes de fuentes como el pescado y bajas en carnes rojas, mostraron un volumen cerebral mayor.
También tenían más materia gris y blanca, pero aún había más sorpresas: el hipocampo, el área del cerebro involucrada con el procesamiento de recuerdos, tenía un tamaño mayor en las personas que comían alimentos más saludables.
El conjunto hace la diferencia
Los investigadores analizaron si algún alimento en especial podría hacer la diferencia y encontraron que es el efecto combinado de comer más frutas y verduras, granos integrales, nueces, productos lácteos y pescado, el factor que incide en conservar el volumen cerebral.
Además de incorporar estos alimentos sanos, hay que alejarse de otros: quienes tomaban menos bebidas endulzadas con azúcar, como los refrescos, también tenían volúmenes cerebrales más grandes.
Se sabe que al envejecer, se va presentando paulatinamente una cierta atrofia o encogimiento del cerebro. Y un encogimiento más significativo se asocia con el declive mental y la enfermedad de Alzheimer. Por eso es tan importante contar con estos hallazgos científicos que pueden conducir a nuevas investigaciones sobre cómo la dieta podría incidir en ciertos trastornos cerebrales.
"Creo que estos resultados abren muchas oportunidades. Ya se sabe que una dieta saludable se asocia con una mejor salud cerebral y que protege contra la neurodegeneración. Pero para decir verdaderamente que una buena dieta puede reducir el riesgo de demencia, necesitamos estudios más amplios y un seguimiento más prolongado" expresaron los autores del estudio.
Con tanta evidencia sobre cómo la elección de los alimentos de la dieta pueden afectar el volumen del cerebro, lo aconsejable es alejarse de las grasas trans y los refrescos, y acercarse al pescado, las frutas, verduras y granos integrales.
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