A la hora de adornar sus jardines muchas personas deciden optar por las moras de coral, pero, además de su uso estético, estas esconderían propiedades medicinales.
Recientemente un grupo de investigadores encontró una manera de frenar la progresión del cáncer de ojo, a partir de una sustancia presente en esta planta.
El cáncer de ojo no es muy común, se producen de 5 a 6 casos por millón de personas. Puede afectar tanto la parte interna como externa del ojo.
Según estimaciones de American Cancer Society (ACS) durante el 2019 tendrán lugar en EE. UU. 3,360 nuevos casos de cáncer de ojo y 370 muertes a causa de este.
Existen distintos factores que aumentan el riesgo de padecerlo:
- Las personas caucásicas son más propensas a desarrollarlo que los negros, hispanos o asiáticos.
- Las personas con ojos claros son más propensas a desarrollarlo que aquellas con ojos oscuros.
- Aunque puede ocurrir a cualquier edad, el riesgo aumenta a medida que las personas envejecen.
- Es ligeramente más común en hombres que en mujeres.
Normalmente las tasas de supervivencia son altas y se trata mediante cirugía, radioterapia o con tratamiento láser.
Sin embargo, puede convertirse en metastásico. Esto quiere decir que las células cancerosas pueden separarse y viajar a otras partes del cuerpo para formar más tumores.
Con el objetivo de detener la progresión de esta enfermedad, un grupo de investigación de las universidades de Magdeburgo y Bonn, ambas en Alemania, estudiaron los efectos de un compuesto presente en la Symphoricarpos orbiculatus o mora de coral.
La sustancia, llamada FR900359 (FR), es un conjunto de bacterias que se encuentra en las hojas de la mora y actúa como un insecticida natural. Los resultados del estudio se publicaron en Science Signaling.
Una planta beneficiosa
Aunque actualmente la causa del cáncer de ojo es desconocida, los expertos creen que parte de la responsabilidad radica en un grupo de proteínas llamadas Gq.
Esto se debería a que en una forma particular de cáncer de ojo llamada melanoma uveal, dos proteínas Gq permanecen permanentemente activas. Esto permitiría que las células se dividan continuamente y propaguen la enfermedad.
Aunque la capacidad de la FR de inhibir estas proteínas ya era conocida por los científicos, uno de los autores, el Dr. Evi Kostenis, del Instituto de Biología Farmacéutica de la Universidad de Bonn, explicó que sus resultados arrojaron que también sería capaz de frenar las divisiones que promueven las Gq "Esto es algo que nadie hubiera esperado", afirmó.
Además de demostrar la efectividad de la FR tanto en las proteínas activas como inactivas, los expertos encontraron que muchas de las Gq podían volver a un estado inactivo.
Es en ese momento que la FR se une a ellas, evitando que vuelvan a activarse en el futuro. Con el tiempo cada vez más proteínas son "atrapadas", lo que podría causar un efecto retardante en la división celular del cáncer.
Sin embargo, los especialistas realizaron estas pruebas en ratones, por lo que aún queda mucho camino por recorrer antes de que puedan probarlo en humanos.
Según Kostenis, el próximo paso será asegurarse de que la FR se dirija solo a las células tumorales y no a otros tejidos.
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