Ya sea por sus efectos adversos o por un deseo de incorporar opciones naturales, muchas personas abandonan el uso de azúcar refinada y optan por otros tipos de endulzantes. Entre ellos encontramos el azúcar de coco, un producto que se encuentra en pleno auge, pero ¿En verdad es bueno para la salud?
Podemos encontrarla en cualquier mercado naturista o tiendas de compra online. Contrario a lo que indica su nombre, no proviene del coco, sino del cocotero, específicamente de la savia de sus flores. Este líquido se cuece hasta adquirir una textura densa, luego se deja solidificar y finalmente se rompe en trozos para crear los gránulos que consumimos.
Este proceso permite retener muchas de las propiedades del cocotero, a diferencia de lo que ocurre con el azúcar de caña, que, al someterse a procesos de refinamiento, acumula calorías vacías. Incluso mantendría más nutrientes que otros tipos de endulzantes, como la miel, el jarabe de agave o el azúcar integral.
Diferentes investigaciones encontraron que esta variante dulce es rica en:
- Antioxidantes, como polifenoles, flavonoides y antocianidina.
- Calcio.
- Fitonutrientes.
- Hierro.
- Magnesio.
- Potasio.
- Vitamina C.
- Zinc.
Esta combinación, resultaría beneficiosa para combatir el envejecimiento celular.
Sin embargo, la base de datos del Departamento de Agricultura de EE. UU., informa que también posee un importante nivel calórico: cada 100 gramos (g.) encontramos 375 calorías.
Esto puede ser un problema si no se limita su consumo o se acompaña con ejercicio, ya que otorgaría un exceso de energía al cuerpo, que podría desencadenar en un aumento de peso.
¿Ayuda a controlar el azúcar en sangre?
La insulina es una hormona que permite a nuestro cuerpo distribuir la glucosa (azúcar) entre las células, para entregarles energía.
Cuando no es suficiente o no funciona adecuadamente (lo que ocurre en las diabetes tipo 1 y 2 respectivamente), la glucosa permanece en la sangre y puede causarnos graves problemas, como daños en la visión, los nervios, los riñones, enfermedades cardíacas, derrames cerebrales e incluso amputaciones.
El azúcar de coco es rica en una sustancia, llamada inulina, que sería capaz de controlar los niveles de azúcar en sangre. Además, presentaría ventajas respecto al índice glucémico (IG), una medida que calcula la rapidez con que un alimento aumenta los niveles de glucosa en la sangre.
Una investigación del gobierno de Filipinas, señaló que el IG de una cucharada de azúcar de caña es de entre 55 y 85, mientras que en el azúcar de coco oscila entre 35 y 40.
Si bien estos datos se muestran positivos, muchos expertos desconfían de que los beneficios tengan un alcance real, ya que el estudio tuvo una muestra muy pequeña (solo 10 personas).
Otro punto que destacan es que este tipo de azúcar no es tan dulce como la de caña, por lo que mucha gente tiende a consumir más cucharadas y de esta forma se pierden los beneficios que puede llegar a ofrecer, aumentando por otro lado, el riesgo de mayor consumo calórico.
Además, un artículo publicado en British Dental Journal, encontró que la sacarosa del azúcar de coco varía entre 70% y 80%, mientras que en el azúcar de caña alcanza el 99%. Esto indica que, si bien el de coco es menos refinado y posee más nutrientes, sigue siendo perjudicial para los dientes y las personas deben controlar su consumo.
¿Qué debo hacer?
Aunque el azúcar de coco se presenta como un superalimento, los profesionales advierten que los consumidores deben comprender que no se trata de un edulcorante mágico que puede ayudarnos a reducir el riesgo de enfermedades crónicas.
Para que estos produzcan efectos reales, sería necesario consumir grandes dosis de azúcar de coco, lo cual podría resultar contraproducente, otorgándole a nuestro cuerpo una importante cantidad de energía y calorías.
Si no puedes abandonar el consumo de azúcar y buscas edulcorantes alternativos, puedes encontrar en el azúcar de coco una opción elaborada con un proceso más natural. Pero seguirá siendo azúcar.
Por ello, debes consumirla con moderación. Actualmente la Asociación Americana del Corazón (AHA) recomienda que las mujeres no superen las 6 cucharaditas diarias de azúcar agregada, mientras que en el caso de los hombres no debe ser mayor a 9. Esto es independiente de si se trata de azúcar de coco, caña o cualquier otro tipo.
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