Tal vez conozcas las precauciones que debemos tener en cuenta a la hora de comer, para mantener alejada a la diabetes.
Sin embargo, un nuevo estudio encontró que podríamos controlar los niveles de azúcar en la sangre si comiéramos dentro de un plazo restringido de tiempo, incluso sin modificar los alimentos que más nos gustan.
Para un buen funcionamiento, nuestras células necesitan la glucosa (azúcar) que obtenemos de los alimentos. La encargada de repartirlas entre ellas es la insulina.
Cuando la producción de esta hormona no es suficiente o no funciona adecuadamente (lo que ocurre en las diabetes tipo 1 y 2), la glucosa permanece en la sangre y puede causarnos graves problemas, como daños en la visión, los nervios, los riñones, enfermedades cardíacas y derrames cerebrales.
Según informan el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales (NIDDK), existen diferentes factores que pueden contribuir al desarrollo de la diabetes:
- Tener sobrepeso u obesidad.
- Tener presión arterial alta.
- Ser sedentario.
- Tener depresión.
- Ser mayor de edad.
- Tener antecedentes familiares de diabetes o de enfermedades del corazón.
Diabetes y alimentación
Para prevenir esta enfermedad los investigadores se han concentrado en comprender principalmente el impacto de las decisiones dietéticas. Esto podemos verlo con algunos ejemplos:
- Un estudio del Instituto de Tecnología de Illinois, encontró que consumir regularmente frambuesas rojas ayudaría a las personas con prediabetes y resistencia a la insulina.
- Según investigadores de la Universidad de Harvard, el consumo de frutos secos, como castañas, avellanas, nueces y almendras, reduciría el riesgo de muerte prematura en las personas que sufren diabetes tipo 2.
- Una investigación de la Universidad Estatal de Pensilvania mostró que el consumo regulado de champignones produciría un aumento de las bacterias intestinales “buenas”, que ayudan a prevenir la diabetes tipo 2.
- Expertos de la Universidad de Finlandia Oriental descubrieron que comer un huevo por día se asoció con un menor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
Sin embargo, otros especialistas creen que para mantener a raya a la diabetes no solo importa qué y cuánto comemos, sino cuando lo hacemos. Para probar esta idea, un grupo de investigadores de la Universidad de Adelaide, en Australia y del Instituto Salk para Estudios Biológicos, en California, fijó durante una semana el horario de comidas de 15 hombres con riesgo de diabetes tipo 2.
Según señalaron en sus hallazgos, publicados en Obesity, la alimentación con restricción de tiempo que aplicaron ayudó a mejorar el control de la glucosa de los participantes.
Una sola restricción
Los voluntarios del estudio tenían entre 30 y 70 años y una circunferencia de cintura de al menos 102 centímetros (10 por encima del promedio). Acordaron comer sus comidas dentro de un marco de tiempo específico de 9 horas todos los días de la semana.
"Comieron su dieta normal, les dijimos que siguieran consumiendo todos los alimentos que suelen comer, sin ninguna otra restricción", explicó la profesora Leonie Heilbronn, líder de la investigación.
Tras comparar las mediciones diarias de los niveles de glucosa, los investigadores encontraron que la restricción horaria al momento de comer ayudaría a controlar el azúcar en sangre. Sin embargo, también notaron que los voluntarios tuvieron una ligera pérdida de peso, lo que podría contribuir a estas alteraciones de la glucosa.
Tanto los participantes como los especialistas coincidieron en que lo atractivo de incorporar una dieta restringida es que uno puede continuar consumiendo los alimentos que disfruta, sin tener que preocuparse por el conteo de calorías.
Según Heilbronn, estos beneficios se explican porque se acostumbra al cuerpo a procesar la ingesta de nutrientes en el momento que es más activo.
"Los regímenes de alimentación con restricción de tiempo demuestran que podemos disfrutar de los alimentos que se perciben como "malos" para nosotros, si los comemos en el momento adecuado del día, cuando nuestros cuerpos son más capaces biológicamente de lidiar con la carga de nutrientes", explicó la autora.
También destacó que es importante permitir que nuestros cuerpos tengan más tiempo de ayuno cada noche.
Aunque consideran estos hallazgos son atractivos, los investigadores reconocen que aún es necesario profundizar el control de la glucosa mediante la alimentación con restricción de tiempo. Para ello, planean realizar investigaciones más amplias y de mayor duración.
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