Las adicciones son enfermedades muy comunes que muchos organismos y especialistas del ámbito de la salud buscan comprender para lograr tratar.
Según una reciente publicación, las respuestas a estos problemas podrían encontrarse en cada uno de nosotros, específicamente en los genes.
Aunque durante la última década la crisis de los opioides alcanzó niveles epidémicos, las intervenciones terapéuticas para los tratamientos de adicciones siguen siendo limitadas. Un ejemplo de esto es la dura realidad en EE.UU. donde este fenómeno se cobra cerca de 100 vidas por día.
Pero esto no se trata de un problema exclusivamente estadounidense. Según el informe anual de 2018 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el abuso de medicamentos con receta está cerca de ser la mayor amenaza vinculada al consumo de drogas en el mundo:
- Las muertes causadas directamente por el uso de drogas aumentaron un 60% entre 2000 y 2015.
- Los opiáceos provocaron el 76% de las muertes relacionadas con el consumo de drogas.
- El número de recetas de opiáceos disminuyó en 29% entre 2013 y 2017.
- El aumento del consumo de drogas fue más significativo en adultos mayores de 40 años.
- De las 63.632 personas que murieron por causa de sobredosis en EE.UU. en 2016, 19.413 (31%) fueron a causa del fentanilo (un opioide sintético con propiedades analgésicas y anestésicas, que tiene una potencia superior a la morfina).
En una publicación de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, la Dra. en psicología y neurociencia, Maria Mavrikaki, detalló la necesidad de comprender los factores que desencadenan una adicción, con el objetivo de desarrollar tratamientos y medidas preventivas más específicas.
¿Por dónde comenzar?
Según la autora, los investigadores en el campo de la neuropsiquiatría están tratando de responder una pregunta clave ¿Por qué algunas personas son más vulnerables a la adicción que otras?
Como en la mayoría de los casos de trastornos psiquiátricos, los factores genéticos y ambientales cumplen un rol importante.
Ellos interactúan para determinar qué tan vulnerable o probable es que alguien desarrolle problemas por uso de sustancias.
Las drogas de abuso, incluidos los opioides, actúan sobre el sistema de recompensa del cerebro, un conjunto de estructuras neuronales que transmiten señales principalmente a través de una molécula llamada dopamina. La función de este sistema se ve afectada por los factores genéticos y ambientales.
Un ejemplo de factor ambiental es el estrés, que puede provocar cambios epigenéticos que desencadenen trastornos psiquiátricos o adictivos.
Con cambios epigenéticos, la autora se refiere a la información determinada por hábitos de nuestra vida, que interviene en la actividad y funcionamiento de nuestro material genético.
“Una situación estresante, como la muerte de una persona cercana o la pérdida de un empleo, provoca la liberación de hormonas del estrés, llamadas glucocorticoides. Esas producen alteraciones en muchos sistemas de nuestro cuerpo, inducen cambios epigenéticos y regulan la expresión de otros genes en el cerebro. Uno de los sistemas que se ve afectado por las hormonas del estrés es el circuito de recompensa del cerebro”, ejemplificó Mavrikaki.
La interacción entre las hormonas del estrés y el sistema de recompensa podría desarrollar adicciones, así como una recaída durante una recuperación de drogas o alcohol.
Una alternativa
Las alteraciones en la expresión génica pueden llevar a cambios en la función del sistema de recompensa del cerebro, lo que hace que una persona se encuentre más o menos predispuesta a utilizar drogas.
Afortunadamente, los efectos negativos del estrés pueden ser aliviados por otros factores, como la actividad física o el apoyo social.
Estos comportamientos producen cambios que impiden el desarrollo de la adicción y pueden tener un papel beneficioso cuando se combinan con otras intervenciones, como la terapia cognitiva conductual y, para algunas personas, los medicamentos.
Mavrikak destacó la importancia de estos hallazgos, ya que podrían guiar el desarrollo de nuevos enfoques preventivos y terapéuticos de múltiples niveles, más eficaces. De esta manera, se podría abordar la epidemia de opioides en curso.
Más información sobre adicciones: