La respuesta es: casi todos sufren daño. Aunque hay muchos estudios científicos que sugieren que un bajo consumo de alcohol puede tener un efecto protector sobre algunas enfermedades, como las cardíacas, podrían ser muchos más los riesgos que los beneficios.
Recientemente, se dieron a conocer dos estudios contundentes en contra del alcohol: en uno se concluye enfáticamente que no hay un consumo seguro, y otro halló que en la resaca, el cerebro no tiene sus funciones mentales a pleno.
En el primero, catalogado por expertos como uno de los más completos sobre el consumo de alcohol jamás realizados, donde se analizaron más de 600 investigaciones con datos de 28 millones de personas en 195 países, los científicos concluyeron que, teniendo en cuenta los riesgos, "no hay un nivel seguro de consumo de alcohol".
Al contrario, el alcohol se asocia con 2,8 millones de muertes a nivel global cada año, hallaron los investigadores, cuyas conclusiones fueron publicadas en la revista The Lancet el 20 de agosto de 2018.
En todo el mundo, 1 de cada 3 personas consume alcohol, lo que equivale a 2.400 millones de personas. Y poco más del 2% de las mujeres y casi el 7% de los hombres, mueren por problemas de salud relacionados con el alcohol cada año.
Para aclarar las dudas sobre si beber poco alcohol puede reportar alguna ventaja a la salud, los científicos hicieron esta amplia revisión. "Estudios previos encontraron un efecto protector del alcohol en algunas afecciones, pero descubrimos que los riesgos de salud asociados con el alcohol aumentan con cualquier cantidad de consumo", dijo el autor principal, Dr. Max Griswold, de la Universidad de Washington, en EE.UU.
Los autores encontraron que el único efecto protector del alcohol es la reducción del riesgo de cardiopatía isquémica. También hubo posibles efectos protectores para la diabetes y el accidente cerebrovascular isquémico, pero estos resultados no fueron estadísticamente significativos, aseguraron.
Sin embargo, el riesgo de desarrollar todos los demás problemas de salud aumentó con la cantidad de bebidas alcohólicas consumidas cada día y los daños superaron con creces los beneficios potenciales, informaron los autores.
Cómo afecta las funciones mentales
El segundo estudio abordó el otro problema del alcohol: la llamada resaca, esa sensación de vértigo, mareo y dolor de cabeza que suceden a un día de exceso.
Cualquiera que ha bebido, o ha visto beber a alguien cercano, sabe lo que es la resaca, pero para los médicos es el conjunto de "síntomas mentales y físicos, experimentados el día después de un único episodio de consumo excesivo de alcohol, que comienzan cuando la concentración de alcohol en sangre (BAC) se aproxima a cero".
A la luz del crecimiento e impacto del consumo de alcohol en todo el mundo, un grupo de científicos decidió revisar la evidencia que hay para estimar el daño al día siguiente de consumir alcohol en exceso, sobre el cerebro y la función mental.
Al analizar 36 artículos de estudios realizados sobre 1,163 participantes en 19 estudios desde 1970 hasta ahora, observaron que durante la resaca, la atención sostenida y la velocidad psicomotora se dañaron. Por lo tanto, los investigadores concluyeron que “Las resacas del alcohol pueden derivar en funciones cognitivas deterioradas y obstaculizar el desempeño de tareas cotidianas como conducir”.
Estos hallazgos pertenecen a los investigadores de la Universidad de Utrecht, en Países Bajos y fueron publicados en la revista Addiction.
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