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Creencias milenarias que siguen curando
Por pandalo@holadoctor.net
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Confirmación de siglos
La ciencia parece no tener límites, cada vez hay más medicamentos, más tratamientos, más pruebas. Pero en el medio de esa vorágine de modernidad, hay secretos milenarios que siguen siendo eficaces y hasta curativos. ¿Cuáles son?
1. Acupuntura
Esta técnica de la medicina tradicional china se basa en la búsqueda de un balance, aplicando agujas en distintos puntos neurálgicos del cuerpo. Es eficaz para tratar la artritis y distintas causas del dolor como las migrañas, las contracturas o las vértebras aplastadas (fuente: estudio de los Institutos Nacionales de Salud realizado con 18,000 pacientes)
Esta técnica china de "meditación con movimiento" ayuda a equilibrar la mente y el cuerpo. Y genera una sensación de paz y armonía que fortalece al individuo para luchar contra enfermedades, especialmente en el otoño de la vida (fuente: estudio de la Harvard Medical School)
Originario en el budismo, el Tai Chi Chuan es en realidad un arte marcial, un deporte en el cual no se compite con nadie. No hay evidencia científica de que sirva como tratamiento, pero sí que ayuda al bienestar general de la persona. Y a tener un buen balance corporal a lo largo de la vida.
3. Meditación
La ciencia moderna ya ha comprobado que esta práctica, de orígenes remotos en Medio Oriente, tiene un beneficio concreto para la salud: combate el estrés. También en Harvard, comprobaron cómo el cerebro de personas en "estado de meditación" genera un proceso químico que reduce el estrés.
Estado mental
El proyecto Harvard Women's Health Watch comprobó que la meditación ayuda a las mujeres a lidiar con el estrés propio de la vida diaria, pero también con afecciones tan diversas como la hipertensión o la infertilidad.
En su nuevo libro, "Thrive", Arianna Huffington, fundadora y editora de The Huffington Post, cuenta que los budistas tibetanos consideran a la compasión una ciencia. El altruismo, el dar a los otros, tiene poderes curativos.
Sentimientos positivos
Un trabajo del Instituto Nacional de Salud Mental publicado en 2011 comprobó que las personas que pueden sentir compasión generan ellas mismas sentimientos positivos, que mejoran su salud a lo largo de sus vidas.
5. Tener sentido de comunidad
No es nuevo que los seres humanos necesitamos de lazos afectivos para crecer como personas. Pero no sólo los vínculos familiares cuentan, las redes comunitarias, y cuánto participamos en ellas determinan gran parte de nuestra fortaleza personal.
Comunidad
Los mismos budistas creen que la comunidad es un componente clave en una buena vida. Algo que comprobó un estudio del 2010 de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill. Estudiaron a 300,000 personas y demostraron que las que tenían lazos comunitarios fuertes, vivían más y mejor.
Para la filosofía griega existían dos tipos de felicidad: aquélla basada en el propio placer personal, y la que se basa en tener una meta en la vida. Y para el economista Richard Layard, la segunda opción es la que conduce a una mayor realización personal. "No es el dinero sino ayudar a otros lo que define la felicidad", asegura.
Entender al prójimo
Layard considera que los países de occidente han logrado mejoras económicas, pero eso no los ha vuelto más felices. Sin embargo, destaca pequeñas naciones como Bhutan, en el sudeste asiático, que mide el Producto Bruto de Felicidad, un equivalente de bienestar del Producto Bruto Interno, para saber si sus habitantes son felices.
7. Aceptar lo que no cambia
Así como hay que aceptar los cambios, también es importante aprender que hay cosas que no cambian. Este concepto lo apoya el pensador Deepak Chopra. Un ejemplo muy concreto: querer cambiar a la pareja. Cuando se acepta que el otro, en muchos aspectos es como es, se baja el nivel de estrés y se es más feliz.
8. Dar y recibir amor
Sobre este tópico sí que hay decenas de estudios que avalan una simple teoría de vida: la persona que se siente amada, y da amor, tendrá una vida más feliz. Un estudio presentado en la American Sociological Association mostró que los vínculos sociales positivos mejoran los indicadores de salud y hasta revierten síntomas.
Por ley
No por nada el alcanzar la felicidad (pursuit of happiness, en inglés) es un derecho establecido en nuestra Constitución. Y no se trató de un "capricho" de los padres fundadores, la felicidad promueve la salud. Una población más feliz definitivamente impacta en la sanidad tanto física como mental de la sociedad.