Ya sea de semillas o vegetales, hoy es posible encontrar una gran variedad de aceites en el supermercado, que, si aprendes a utilizarlos con moderación, pueden ser muy saludables. Y aunque el de oliva se hizo famoso gracias a la dieta mediterránea, el de canola se alza como una opción prometedora. Aquí te contamos por qué:
El aceite de canola se obtiene de la planta Brassica napus, también llamada colza o raps, y se utiliza tanto con fines gastronómicos como en la elaboración de biodiesel. Este productos se caracteriza por su rico contenido de ácido oleico, un ácido graso insaturado, aunque también se destaca la presencia del linoleico y el alfa-linolénico.
Este aceite también tiene un bajo contenido de grasas saturadas y una alta proporción de grasas monoinsaturadas, por lo cual es una opción saludable a la hora de cocinar y una forma natural de proteger la salud cardíaca. A continuación, te presentamos algunas de sus bondades estudiadas por la ciencia:
1. Menor riesgo de cardiopatía
Se comprobó que incluir aceite de canola con alto contenido de ácido oleico o ácido de docosahexaenoico (DHA), a razón de 60 gramos (g.) por cada 3 000 calorías de energía por día, como parte de una dieta saludable durante cuatro semanas, podría reducir el riesgo de enfermedad coronaria en pacientes con al menos un factor de riesgo cardiovascular.
Otra investigación encontró en pacientes con diabetes tipo 2 que consumían pan enriquecido con aceite de canola como parte de una dieta de bajo índice glucémico durante tres meses, una reducción en la puntuación de riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares en un 0,6% en comparación con los que no consumían ese alimento.
Hay pruebas de que consumir aceite de canola o aceite de canola enriquecido con DHA en una dieta saludable durante cuatro semanas, podría reducir el colesterol total entre un 7,5 y 9,5%. El colesterol es una sustancia parecida a la grasa que se encuentra en todas las células del cuerpo. Si bien el organismo lo necesita para funcionar correctamente, cuando es excesivo puede ser dañino.
Un estudio encontró que pacientes con hiperlipidemia (demasiada grasa o lípidos en la sangre) que consumieron aceite de canola en conjunto a una dieta saludable, en lugar de grasa saturada durante tres semanas, tuvieron un riesgo 17% menor de colesterol total y un 20% menor de triglicéridos, en comparación a los pacientes que siguieron su dieta sin modificaciones.
Aunque la inflamación es una reacción defensiva natural del organismo, cuando se vuelve crónica puede ocasionar problemas. Diferentes estudios encontraron que el aceite de canola convencional y el enriquecido con DHA tendrían propiedades antiinflamatorias, útiles para combatir esta condición. Sin embargo, aún se necesitan más pruebas.
Cocinar con aceite de canola (no más de 20 g. diarios) junto con modificaciones en el estilo de vida durante seis meses, redujo la clasificación del hígado graso no alcohólico en aproximadamente un 77% de los pacientes estudiados, en comparación con el 10% de los que cocinaron con aceite de soja o cártamo.
Producto reconocido
La Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos (FDA) permite desde 2006 una declaración de salud calificada que señala que reemplazar las grasas y aceites de la dieta (que tienen un alto contenido de grasa saturada) por aceite de canola, que contiene una menor cantidad, podría reducir el riesgo de enfermedad coronaria.
Cuánto consumir
La ingesta diaria recomendada es de aproximadamente 20 g. (o 1 cucharada y media) de aceite de canola en lugar de otras grasas y aceites. Si tienes dudas, o estás realizando algún tratamiento, no olvides consultar con tu médico antes de consumirlo. Él podrá determinar el riesgo de efectos secundarios y las dosis adecuadas para tu organismo.
Fuentes consultadas
Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos, Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Clínica Mayo, Departamento de Agricultura de EE. UU., Natural Medicines, PlantList.