Mantener o perder peso, aumentar el estado físico o mejorar la salud. Estos son solo algunos de los beneficios que puedes obtener cuando el ejercicio se convierte en algo constante en tu rutina. Sin embargo, los expertos aseguran que debes tomar ciertas precauciones a la hora de practicarlo, ya que, de no ser así, podrías desaprovechar muchas de sus propiedades, dificultar su realización a largo plazo o incluso aumentar el riesgo de sufrir lesiones.
Elige una actividad que te guste
Tal vez el principal obstáculo para ser constante a la hora de hacer el ejercicio sea el aburrimiento. Por ello, es importante que la actividad física que elijas para hacer regularmente sea de tu agrado. Caminar con amigos, asistir a clases o gimnasios, o simplemente ejercitarte en casa. Prueba distintas actividades hasta encontrar aquellas que te mantengan interesado y motivado.
Opta por más de un tipo de ejercicio
Todos tenemos un ejercicio favorito, pero nuestra rutina no puede consistir solamente en él, ya que estaríamos descuidando ciertas partes del cuerpo. Por ejemplo, las flexiones de brazos son una actividad que podemos realizar fácilmente en casa, pero si solo hacemos eso, nada más estaremos trabajando los músculos pectorales y del tríceps. Para que esto no suceda, los expertos recomiendan combinar ejercicios más abarcativos, como los aeróbicos (caminar, trotar, o andar en bicicleta) y anaeróbicos (levantamiento de pesas, sentadillas, o abdominales). De esta forma se mejorará en conjunto la salud cardiovascular, pulmonar, muscular y ósea.
Puedes pensar que cuánto más seguido e intenso sea el ejercicio que realizas, mayores serán sus beneficios. Esto es verdad hasta cierto punto, ya que al momento de ejercitarte más no siempre es mejor. ¿Por qué? Si te excedes al momento de hacer actividad física corres el riesgo de lesionarte (especialmente si eres nuevo en ello). Por eso, la clave se encuentra en incluir un programa que aborde todos los aspectos de la aptitud física (fuerza muscular, aptitud aeróbica, flexibilidad y resistencia) y variar la intensidad con que lo realizas (un día intenso seguido de otro de baja intensidad o de descanso, y así sucesivamente).
Destina tiempo al ejercicio
Reservar un momento del día para hacer ejercicio es casi tan importante como elegir que tipo de actividad física realizarás. Si lo planteas como una obligación más (como lo es ordenar o limpiar la casa) no dudarás al momento de ponerlo en práctica. De todas maneras, no seas inflexible con el ejercicio. Si no puedes hacerlo en tu horario preferido y la oportunidad se presenta en otro momento del día, aprovéchala.
Considera hacer ejercicio con alguien más
Mantener la motivación para hacer ejercicio regularmente es todo un desafío. Una solución a ese problema puede ser incluir a amigos o familiares, para que faciliten y hagan más agradable todo este proceso. Su participación incluso puede permitirte realizar ciertos deportes o actividades que solo no podrías hacer, como jugar al tenis o futbol.
Ten en cuenta tu estilo de vida
Las rutinas ocupadas o aceleradas muchas veces pueden dificultar que destinemos parte del día al ejercicio. Sin embargo, hay formas enfrentar esta situación, por ejemplo, puedes bajarte del tren o autobús unas cuadras antes de tu trabajo o casa, para caminar el resto del trayecto. También puedes hacer las compras caminando, usar escaleras en lugar de ascensores o barrer tu entrada con una escoba en lugar de despejarla con un soplador. A la larga, este tipo de actividades físicas simples marcarán una diferencia positiva en tu salud.
Considera un entrenador personal
Esto dependerá de las posibilidades de cada persona, pero tener un entrenador personal calificado es de gran ayuda para aprovechar al máximo el tiempo destinado al ejercicio. También es una buena forma de mantenerse motivado, mejorar la técnica y monitorear el progreso. Los entrenadores pueden ajustar los programas de ejercicios en respuesta a nuestras necesidades e incluso ofrecer alternativas de ejercicio para mantener el nivel de diversión.
Participa en clases o equipos deportivos
Asistir a clases o cursos en instituciones deportivas o gimnasios es muy útil para mantener la regularidad a la hora de hacer ejercicio. Además, quienes participan en clases o equipos también tienden a esforzare más de lo que normalmente harían solos, y tienen la posibilidad de realizar distintos tipos de actividades.
Muchas veces tu actividad física favorita está asociada a la naturaleza, como es el caso de las caminatas o paseos en bicicleta. Esto está muy bien, aunque debes tener en cuenta que pueden verse limitadas por factores climáticos, como el frío o las lluvias. Por ello, debes disponer de opciones que te permitan continuar con tu rutina de ejercicios sin problemas. En el caso de estos ejemplos, las bicicletas fijas o cintas para caminar serían buenas alternativas.
Recuerda
A la hora de hacer ejercicio lo importante es ser constante y mantener la motivación para lograr tus objetivos. Ten en cuenta que los resultados pueden no verse sino hasta dentro de meses, por lo que no debes sobreesforzarte para conseguir cambios en días o semanas. Además, debes complementar el ejercicio regular con una buena alimentación y patrones de sueño saludables. También es importante consultar a tu médico antes de empezar cualquier programa de ejercicios, para evitar el riesgo de sufrir lesiones o problemas de salud.
Fuentes consultadas:
Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), Clínica Mayo, Colegio Estadounidense de Medicina del Deporte.