Si sientes que tu dieta está fracasando o que has bajado de peso y no puedes mantenerlo, quizá se debe a ciertas costumbres que no has tenido en cuenta. Sin embargo, encontrarlas puede ayudarte a desarrollar estrategias para superarlas. Revisa si te identificas con algunos de los siguientes problemas y pon a prueba los consejos que ofrecen los especialistas de la Clínica Mayo:
Problema 1
Probablemente muchos se sientan identificados con esta situación: cuando miras televisión, lees, o usas el celular ¿Tienes un bocadillos a mano? ¿Comes en tu escritorio mientras trabajas o mientras preparas la cena en tu casa?
Solución
Es muy fácil consumir calorías en exceso sin darte cuenta, por ello, una forma de regular esta ingesta es controlando tus hábitos. Haz un seguimiento y anota todo lo que comes, dónde y cuándo lo haces, comienza con unos pocos días. Con el tiempo te darás cuenta que es una técnica reveladora. Siendo consciente de tu alimentación te será más sencillo reemplazar esos antojos poco saludables.
Todos tenemos alimentos tentadores, son aquellos no puedes comer con moderación, como galletas o papas fritas. Incluso muchas veces puedes encontrar que solamente verlos u olerlos te producen la necesidad de consumirlos. Si te sientes identificado con esta situación, no te preocupes porque existe una solución.
Mantén la exposición a estos alimentos al mínimo, por ejemplo, no tengas dulces en casa, de lo contrario también estarán en tu boca. Tampoco es necesario negártelos rotundamente, puedes disponer de una pequeña cantidad, pero no para cuando tengas demasiada hambre, porque es más probable que comas de más. Intenta sumarlos a tu alimentación cada dos semanas solamente.
3. Problema 3
De la misma forma que existen alimentos que te producen tentación, también existen horarios en los que eres más susceptible a comer en exceso. ¿Te apetece un bocadillo después del trabajo o un bol de helado durante la tarde o en la noche? Aquí está la respuesta:
Solución
En primer lugar, identifica tus momentos vulnerables del día. Si el hambre es un factor importante, mantente bien provisto de alimentos sanos y prácticos, como mandarinas, frutos secos o galletas de trigo integral. Si comer en ciertos momentos es simplemente un hábito, busca un sustituto saludable, como una taza de té de manzanilla o tu fruta favorita.
¿Comes más cuando estás cerca de ciertas personas? ¿Comes algo cuando tu pareja lo hace? ¿Las salidas sociales conducen a comas sin parar? Para muchos es una situación muy común, en casa pueden controlar y mantener una dieta saludable y sostenible a la perfección, pero todo se complica cuando salen a comer en familia o con amigos. ¿Qué se puede hacer frente a esto?
Solución
Los patrones sociales de alimentación pueden socavar los esfuerzos de pérdida de peso. Reconoce dónde y cómo influye la compañía en tus hábitos alimenticios y decide qué quieres modificar. También puedes anticiparte al menú de esas reuniones y proponer opciones más saludables ¡Toma la iniciativa!
5. Problema 5
Otro gran enemigo de las dietas son las rutinas aceleradas ¿Sueles saltarte el desayuno y esto hace que pierdas el control de tu alimentación? Cuando estás cansado, ¿recurres a la comida chatarra para obtener energía de forma rápida y sencilla? Estos consejos te pueden ayudar:
Solución
Seguir un plan de alimentación saludable y equilibrado, incluido el desayuno, el almuerzo, la cena y los refrigerios, puede ayudar a mantener el hambre bajo control, incluso cuando el reloj está en tu contra. También puedes preparar snacks saludables a base de vegetales para que te ayuden en un futuro si estas apurado. Recuerda que otro punto importante es dormir lo suficiente.
6. Problema 6
Tal vez muchos se identifiquen con estas preguntas ¿Algunos sentimientos, como el aburrimiento, la soledad, el estrés o la ansiedad te hacen comer de más? ¿Recurres a ciertas comidas para calmarte? No te preocupes, aquí tienes alternativas que pueden ayudar a que te desahogues sanamente.
Aprende a separar la comida del estado de ánimo. Controla tus emociones y esfuérzate por diferenciar el hambre real de la alimentación impulsada por sentimientos. Cuando las emociones son intensas, usa otras estrategias para afrontarlas, como llamar a un amigo, salir a caminar y hacer ejercicio, o tener hobbies.
Muchos expertos insisten en que nuestros cuerpos y metabolismos son diferentes, por eso, no existe un dieta universal que pueda funcionar para todos por igual. Estos consejos ayudan a que cada uno encuentre y regule la alimentación más adecuada para su organismo, sin olvidar de acompañarla con ejercicio regular.