Algunos alimentos son una mala palabra al momento de hacer dieta. Otros parecen ser inapropiados a cualquier hora del día. ¿Sirven las fajas?, ¿engorda dormir?, ¿el plátano engorda? Conoce la verdad detrás de estas creencias populares.
1. ¿La banana engorda?
Falso. La banana es un alimento rico en fibra, potasio y magnesio y eleva la serotonina, lo que ayuda a regular el apetito mediante la saciedad. Una banana mediana tiene unas 100 calorías, contiene más almidón que azúcar y posee un índice glucémico inferior al de la manzana, lo cual puede ayudar a bajar de peso.
Falso. En cuanto el cuerpo se pone en movimiento ya comienza a quemar calorías: 5 por minuto al caminar y 10 al correr. Se aconseja realizar 150 minutos de actividad física semanal, que se puede repartir incluso en tramos cortos durante el día. Una actividad entre moderada e intensa sostenida durante 10 minutos también cuenta.
Falso y cierto. Los amantes de los quesos posiblemente crean que los que tienen bajo contenido de grasa son la solución. Sin embargo, estos quesos pueden aportar 214 calorías cada 100 gramos, mientras que la ricota tiene 185 y el queso blanco descremado sólo 70 calorías.
Falso. El aparato digestivo cuenta con enzimas capaces de digerir todos estos nutrientes juntos. A la vez, si se agrega carne a una preparación con hidratos de carbono se logra bajar el índice glucémico de la comida, lo que permite aumentar la sensación de saciedad. Y por ende, ayuda a comer menos.
Falso. Hoy se las considera la estrella de las colaciones rápidas y sin embargo, cada una de ellas aporta (en unos 30 gramos) entre 100 y 150 calorías. Muchas de ellas están elaboradas con cereales procesados y grasas trans. Hay otras opciones: una barrita de chocolate del mismo peso, amargo o diet – con leche y sin azúcar - tiene 144 calorías.
Cierto y falso. Hacer ejercicio con faja provoca pérdida de peso por deshidratación, ya que al estar esa zona comprimida y cubierta se produce abundante transpiración. Sin embargo, el peso se recuperará al tomar agua. Lo mismo sucede al usar mucha ropa para hacer actividad física, buscando quemar grasa al transpirar.
Falso. El agua no da saciedad, tampoco las bebidas en general. Por eso al tomar mucha gaseosa o vino, se ingieren muchas calorías que no logran aplacar el hambre. Sí es conveniente la ingesta de alimentos con alto contenido de agua, porque dan pocas calorías y dan saciedad.
Falso. Cien gramos de pan blanco, por ejemplo, aportan unas 244 calorías, ya sea con el pan tostado o sin tostar. Ambos tiene idénticas propiedades y "engordan" lo mismo, aunque el pan tostado pese menos, ya que pierde parte del agua al calentarlo.
9. Dormir la siesta engorda
Falso. Hay poca diferencia de gasto calórico que hace el organismo al estar sentado mirando televisión o en la computadora que durmiendo. Además se ha comprobado que una siesta de 10 a 20 minutos incide positivamente en nuestra salud, ayuda a bajar el estrés y mejora el rendimiento.
Falso. Quien llega a la mesa con mucha hambre es probable que coma más de la cuenta. Lo ideal es repartir las ingestas a lo largo del día en varias porciones moderadas: desayuno, colación, almuerzo, colación, merienda y cena. Esto ayuda a tener energía y controlar la ansiedad.
Dra. Mónica Katz, directora de Nutrición y Obesidad de la Universidad Favaloro, en Buenos Aires; Centros para la Prevención de Enfermedades (CDC), y Biblioteca Nacional de Medicina.