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Uno de cada 3 ancianos muere demente

El Alzheimer u otros tipos de demencia tienen un enorme impacto como causa directa o indirecta de la muerte en las personas mayores.

Esa es la conclusión de un nuevo relevamiento de la Asociación de Alzheimer, que insta a profundizar la investigación y el apoyo de las familias afectadas.

Uno de cada 3 ancianos muere demente
| Foto: THINKSTOCK

Puntos clave

Aún cuando el Alzheimer no sea la causa directa de la muerte, puede ser el desencadenante final, porque interfiere negativamente en el tratamiento de problemas del corazón, cáncer u otras enfermedades graves, informó el estudio.

Del informe surge también que de los ancianos de 70 años que no tienen la enfermedad de Alzheimer, el 30% morirá antes de cumplir los 80 años. Pero si tienen Alzheimer o algún tipo de demencia, el 61% morirá antes de cumplir los 80 años.

Actualmente, 5,2 millones de estadounidenses sufren de Alzheimer o algún otro tipo de demencia, y esa cifra trepará a 13,8 millones en 2050, predice el informe de la Asociación de Alzheimer.

Cerca de 85,000 personas murieron a causa de la enfermedad de Alzheimer en el año 2011, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, su sigla en inglés). Esa cifra ubica al Alzheimer como la sexta causa principal de muerte en EEUU.

La tasa de mortalidad por demencia aumentó un 39% en la última década. Sin embargo, bajó la tasa de muerte por enfermedades del corazón, cáncer, derrame cerebral y diabetes, según informan los CDC.

Y la razón es que la enfermedad de Alzheimer es la única que no cuenta con un tratamiento eficaz: los medicamentos actuales sólo alivian temporalmente algunos síntomas de la enfermedad.

La demencia severa puede causar dificultades en las personas mayores para moverse o deglutir correctamente.  Puede hacer que olviden sus medicamentos para la diabetes, la hipertensión arterial u otras enfermedades.

También puede suceder que no sean capaces de explicar los síntomas de nuevas enfermedades, como las infecciones. Y son mucho más propensos a ser hospitalizados que los adultos mayores sanos. Esto a su vez, aumenta el riesgo de muerte dentro del año siguiente.

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