Fanáticos mexicanos, argentinos y colombianos han sido amonestados por conductas violentas durante la Copa Mundial de Rusia, pero estos son solo los casos más recientes. A lo largo de la historia del fútbol el riesgo de que los hinchas se alteren y causen estragos a su alrededor está latente -como lo que suele ocurrir con los clásicos hooligans en Europa-. Ahora, en la Universidad de Oxford, han encontrado que estas conductas tienen explicación.
Se pensaba que estos comportamientos estaban relacionados con un desajuste social, es decir, que estas personas habían tenido episodios previos de violencia en el hogar, el trabajo o la escuela, pero el nuevo estudio indica que tiene que ver con el vínculo social. Los investigadores ingleses encontraron que es el deseo de proteger y defender a otros aficionados lo que genera, principalmente, el vandalismo en el fútbol.
Más de 450 fanáticos brasileños, que además eran conocidos hooligans, fueron entrevistados por los especialistas. El descubrimiento fue que estas personas no son disfuncionales en sus vidas cotidianas y que la violencia relacionada con el fútbol es más un comportamiento aislado.
"Nuestro estudio muestra que el vandalismo es un comportamiento aleatorio. Los miembros de grupos de hooligans no son necesariamente personas disfuncionales fuera de la comunidad del fútbol; el comportamiento violento se centra casi por completo en aquellos que se consideran que hay una amenaza, generalmente, fanáticos rivales o, a veces, de la policía”, explicó la autora principal de este estudio, Martha Newson.
Newson, que es investigadora del Centro de Antropología y Mente de Oxford, explica que estar en un grupo de hinchas súper apasionados por el fútbol aumenta instantáneamente la apuesta y es un factor en la violencia futbolística. “No solo porque estos fanáticos tienden a estar más comprometidos con su grupo, sino porque tienden a experimentar los entornos más amenazantes, por ejemplo, los posibles abusos en la competencia, por lo que es más probable que estén ‘en guardia’ y listos para la batalla", agrega.
Aplica para grupos extremistas
Si bien los hallazgos estuvieron relacionados con el fútbol, para la autora estas son conductas universales que se pueden asociar a hinchas de otros deportes y también a otras formas de fanatismo. “Estos hallazgos podrían ayudarnos a comprender mejor la cultura de los fanáticos y los grupos no deportivos, incluidos los extremistas religiosos y políticos”, afirma Newson.
Las herramientas psicológicas de los grupos de combate entre los fanáticos deportivos, religiosos o políticos es, posiblemente, una parte clave de la evolución humana. Dice la experta que es esencial tener éxito en la lucha para hacerse de recursos como la comida, el territorio y las parejas.
El equipo de Oxford sugiere que luchar contra este comportamiento extremo con elementos como gas lacrimógeno o fuerza militar, es probablemente contraproducente y solo provocará más violencia. Esta aparente solución solo impulsa a los fanáticos a ser más intensos y a defender a sus compañeros.
Existen grupos de fanáticos que crean bancos de alimentos o páginas de crowdfunding para ayudar a otros fanáticos con enfermedades crónicas, que ni siquiera conocen. Entender que la violencia proviene de un deseo positivo de proteger podría aprovecharse.
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