La psicopatía es un trastorno de personalidad que se caracteriza por la falta de empatía y de sentimientos de culpa, así como por el egocentrismo, la impulsividad y la tendencia a la mentira y a la manipulación.
En contraposición, la sociopatía se asocia en mayor medida al trastorno antisocial de la personalidad.
En el lenguaje popular este término se suele asociar a la conducta criminal, sobre todo a los asesinatos en serie; no obstante, lo cierto es que los psicópatas no siempre cometen delitos y pueden estar perfectamente adaptados a la sociedad.
De hecho, autores como Kevin Dutton, psicólogo y escritor británico, especializado en el estudio de la psicopatía, han reivindicado las virtudes de la personalidad psicopática en el contexto actual.
La concepción actual de la psicopatía se fundamenta en gran medida en las obras de Hervey Cleckley, pionero de la investigación sobre psicopatía y de Robert Hare.
En su libro La máscara de la cordura, Cleckley hizo la descripción de la psicopatía más influyente hasta la fecha, mientras que Hare se basó en esta obra para crear la conocida escala PCL (1991), que evalúa los rasgos psicopáticos.
Deshinbidos y mezquinos
Según el modelo triárquico de la psicopatía (Patrick, Fowles y Krueger, 2009), la psicopatía se compone de tres rasgos principales: atrevimiento, desinhibición y mezquindad.
Se sabe que los psicópatas sienten menos miedo que el resto de personas, que tienen más dificultades para controlar sus impulsos y que su falta de empatía los lleva a utilizar a los demás en su beneficio.
Por su parte, Vicente Garrido, profesor de Criminología y psicólogo en la Universidad de Valencia, divide la psicopatía en dos dimensiones: el área emocional e interpersonal y el estilo de vida.
En la primera engloba signos como el egocentrismo, la tendencia a la manipulación y la falta de culpabilidad, mientras que entre los factores conductuales incluye la necesidad de estimulación, la impulsividad y la conducta delictiva.
Estudio en reclusos
Arielle Baskin-Sommers, psicóloga de la Universidad de Yale, ingresó en una prisión de máxima seguridad en Connecticut para trabajar con los reclusos y estudiar a aquellos con tendencias psicopáticas.
En sus estudios determinó que los psicópatas, por definición, tienen problemas para comprender las emociones de otras personas, lo que explica en parte por qué son tan egoístas, por qué insensiblemente ignoran el bienestar de los demás y por qué cometen crímenes violentos hasta tres veces más que otras personas.
Por otra parte, parecen no tener dificultad en comprender lo que otras personas piensan, quieren o creen: la habilidad conocida como toma de perspectiva, mentalización o teoría de la mente.
"Su comportamiento parece sugerir que no consideran los pensamientos de los demás", dice Baskin-Sommers, pero su desempeño en los experimentos sugiere lo contrario.
Cuando escuchan una historia y se les pide que digan explícitamente lo que está pensando un personaje, pueden hacerlo.
A primera vista, esto tiene sentido: Aquí hay personas que pueden entender lo que piensan sus víctimas, pero que simplemente no les importa. De ahí sus acciones. Pero Baskin-Sommers descubrió que hay más en sus mentes de lo que parece.
Al estudiar a los reclusos de Connecticut, Baskin-Sommers y sus colegas, Lindsey Drayton y Laurie Santos, demostraron que estas personas pueden tomar deliberadamente la perspectiva de otra persona, pero en promedio, no lo hacen automáticamente como la mayoría lo hace.
El sistema penitenciario de Estados Unidos no evalúa la psicopatía en el momento de la admisión, por lo que Baskin-Sommers les administró una prueba estándar a 106 internos varones de la prisión de Connecticut.
De ellos, 22 resultaron ser psicópatas, 28 no, y el resto cayó en una zona gris. Baskin-Sommers hizo todas las entrevistas en un improvisado laboratorio de psicología dentro de la prisión, una habitación simple con un escritorio, una estación de computadora y sin barreras.
Simplistas y narcisistas
La experta refirió en su estudio que los psicópatas demostraron ser "simplistas, narcisistas y confabulados". "Pueden ser agresivos y contar detalles espantosos de los asesinatos para conmocionar. Pero no es así todo el tiempo".
Tampoco toman automáticamente la perspectiva de otras personas. Lo que es involuntario para la mayoría de la gente es una elección deliberada para ellos, algo que pueden activar si les ayuda a lograr sus objetivos e ignorarlo en otras situaciones.
Eso ayuda a explicar por qué se comportan de forma tan cruel y violenta.
Los psicópatas prestan inusualmente mucha atención a las cosas que son relevantes a su objetivo, pero en gran medida ignoran la información periférica.
"Es como si fueran los peores multitarea", dice Baskin-Sommers. "Todos son malos en la multitarea, pero son realmente malos". Por lo tanto, es posible que su falta de perspectiva automática sea solo otra manifestación de esta diferencia atencional.
Baskin-Sommers aspira a capacitar a los funcionarios de prisiones sobre cómo hablar con los presos con psicopatía.
Después de altercados dentro de la prisión, "es normal decir 'Hiciste algo mal' o '¿Qué pasó aquí?' Estos datos sugieren que los psicópatas no podrán responder esa pregunta. A menos que los obligue a tomar la perspectiva de otro recluso sobre lo que sucedió”.
Perfil psicológico de los psicópatas
Según las clasificaciones realizadas por Cleckley y Hare, estos son los rasgos de personalidad de los psicópatas:
1. Falta de empatía
La psicopatía se ha relacionado con un déficit de empatía, es decir, la capacidad de comprender el estado mental de otras personas o de ponerse en su lugar. Sin embargo, los estudios sugieren que los psicópatas tienen la capacidad de empatizar, pero la “activan” a voluntad.
Simon Baron-Cohen, que popularizó el concepto de la “teoría de la mente”, afirmó que los psicópatas tienen empatía cognitiva pero no emocional, y que por tanto no les provoca malestar el sufrimiento de los demás.
2. Egocentrismo y narcisismo
El egocentrismo, o incapacidad para asumir puntos de vista ajenos al propio, está íntimamente relacionado con la falta de empatía.
Con mucha frecuencia los psicópatas son también narcisistas; esto significa que tienden a pensar que son superiores a los demás y más importantes que ellos.
3. Encanto superficial
El perfil típico del psicópata es el de una persona encantadora y sociable, con buenas habilidades sociales. Puede servir como ejemplo extremo el caso del asesino Ted Bundy, que seducía a sus víctimas para ganarse su confianza y recibió múltiples cartas de amor y propuestas de matrimonio después de ser condenado a muerte.
4. Pobreza emocional
Las alteraciones cerebrales propias de la psicopatía hacen que el rango de emociones que sienten estas personas sea limitado.
En concreto, además de la frialdad emocional, los psicópatas se caracterizan por sentir menos emociones negativas, especialmente miedo, mientras que se cree que sienten las emociones positivas de forma normal.
5. Conducta antisocial y delictiva
Como el trastorno antisocial, la predisposición a la psicopatía puede manifestarse en la infancia en conductas como robos, mentiras frecuentes, vandalismo y violencia hacia personas y animales; estos signos se clasifican como “trastorno de personalidad disocial”.
6. Dificultad para aprender de la experiencia
Según las investigaciones, los problemas de los psicópatas para aprender de la experiencia se deben a alteraciones en la conexión entre el córtex prefrontal y la amígdala.
Estas estructuras se relacionan con las funciones ejecutivas y con el aprendizaje emocional, respectivamente.
Al parecer los psicópatas tienen más dificultades que la población general para asociar los castigos que reciben a las conductas que los han provocado.
Otra explicación biológica es la presencia de niveles reducidos de cortisol y serotonina, relacionados con el condicionamiento aversivo y la inhibición conductual.
7. Impulsividad y falta de planificación
La impulsividad de los psicópatas puede estar causada por la activación disminuida en la corteza frontal, combinada con un aumento de los niveles de testosterona y una reducción de los de serotonina. Todo ello podría reducir el autocontrol, facilitando conductas impulsivas como el abuso de drogas o las agresiones físicas.
Esto también se relaciona con una falta de planificación a largo plazo. Suele darse una ausencia de metas vitales; la conducta está guiada en mayor medida por los impulsos momentáneos.
8. Insinceridad y manipulación
La falta de sinceridad y la tendencia a la manipulación típicas de los psicópatas pueden manifestarse con mayor o menor sutileza, pero son dos características muy frecuentes en personas con niveles moderados de psicopatía que pueden no manifestar muchos de los otros rasgos que hemos visto.
9. Predisposición al aburrimiento
Las alteraciones biológicas de los psicópatas los llevan a una necesidad de estimulación continua. Esto hace que les resulte fácil aburrirse, un rasgo compartido por las personas muy extrovertidas (que tienen un nivel bajo de activación cerebral en reposo) y por otras con trastornos que afectan al cerebro, como el TDAH.
10. Estilo de vida parasitario
La manipulación y el egocentrismo de los psicópatas hacen que tiendan a aprovecharse de los demás para satisfacer sus necesidades básicas. Así, con frecuencia viven del dinero de otras personas, como sus padres o sus parejas.
11. Ausencia de remordimientos
Aun cuando llevan a cabo conductas que perjudican a otras personas, como algunas de las que hemos mencionado en los apartados anteriores, los psicópatas no suelen sentir culpabilidad por sus actos; su falta de empatía emocional les permite cometer delitos o manipular a los demás sin remordimientos.
12. Promiscuidad sexual
Con frecuencia los psicópatas tienen muchas relaciones distintas que duran poco tiempo. Además, dadas sus dificultades interpersonales y para establecer compromisos, se implican en ellas de forma superficial y se preocupan principalmente por el sexo y por las utilidades prácticas que pueden obtener de sus parejas.