Frente a la amenaza del cáncer, la inmunoterapia, a pesar de su joven vida, se presenta como uno de los tratamientos más beneficiosos.
Tiene el potencial de remisión a largo plazo, menor posibilidad de efectos secundarios y, según el Instituto de Investigación del Cáncer, es eficaz para tratar los tipos que son resistentes tanto a la quimioterapia como a la radioterapia.
Por este motivo, mejorar su eficacia es un punto central en la agenda de muchos investigadores de la salud.
Recientemente, un grupo de científicos encontró que el microbioma intestinal, conjunto de bacterias "buenas" en nuestro cuerpo, podría afectar los resultados de esta terapia.
Las células cancerosas normalmente no son detectadas por nuestro sistema inmunológico. Por ello, la inmunoterapia se vale de medicamentos para mejorar las respuestas defensivas contra estos peligros.
Un tipo de inmunoterapia son los inhibidores del punto de control, que afectan la capacidad de las células dañinas para "eludir" al sistema inmune. Sin embargo, solo son efectivos para un 20% o 30% de las personas con cáncer.
Para comprender en profundidad este funcionamiento, un grupo de científicos del Instituto Parker para Inmunoterapia del Cáncer en San Francisco, California, EE. UU., examinó las dietas de un grupo de pacientes con cáncer y encontró que el microbioma intestinal es capaz de alterar al sistema inmunológico.
Presentaron sus hallazgos en las reuniones anuales de la Asociación Americana para la Investigación del Cáncer (AACR), que tuvieron lugar en Atlanta, entre el 29 de marzo y el 3 de abril.
El rol de las bacterias
El nuevo estudio es el primero en observar el vínculo entre la inmunoterapia, el microbioma intestinal y la dieta en personas con cáncer.
Para examinar esta relación, los investigadores analizaron en 13 participantes con melanoma metastásico, sus estilos de vida, dieta, consumo de medicamentos y suplementos, muestras fecales (para obtener una imagen de cada microbioma intestinal) y el progreso del tratamiento al que se sometían para controlar el cáncer.
Luego de comparar esta información, los expertos encontraron que las elecciones dietéticas parecían tener un impacto:
- Tomar suplementos probióticos de venta libre (casi la mitad de los voluntarios los consumían) se relacionó con una probabilidad 70% menor de responder a la inmunoterapia con inhibidores de punto de control. Los investigadores también notaron una relación entre los probióticos y una menor diversidad de microbiomas intestinales.
- Las personas que consumieron una dieta alta en fibra tenían 5 veces más probabilidades de responder a la inmunoterapia y tenían más bacterias que favorecían una respuesta positiva.
- Las personas con dietas altas en azúcar agregada y carne procesada tenían una menor cantidad de estas bacterias beneficiosas.
La autora del estudio, Christine Spencer, investigadora científica del Instituto Parker, reconoció que los beneficios de una dieta en fibra ya eran conocidos, pero que, en este caso, también se encuentra relacionada con una mejor respuesta a la inmunoterapia contra el cáncer "Definitivamente es otra buena razón para incorporar granos enteros, verduras y frutas" afirmó.
Los autores coinciden en que el estudio podría explicar, en parte, por qué algunos cánceres no responden bien al tratamiento de inmunoterapia. También sugieren que ciertos factores dietéticos, especialmente el consumo de suplementos probióticos, pueden tener un impacto en las tasas de éxito.
Spencer admitió que mejorar la efectividad de la inmunoterapia no es tan simple como limitar el consumo de ciertos compuestos, pero, espera que sus descubrimientos sobre el papel que las dietas desempeñan en estos tratamientos a partir de las funciones microbianas, permitan que la comunidad científica investigue más sobre este tema.
Actualmente un estudio planea utilizar píldoras para conocer las respuestas positivas de la inmunoterapia y el microbioma intestinal. Otro, buscará examinar los efectos de distintas dietas, en personas que padecen diferentes tipos de cáncer.
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