Uno de los productos naturales que más ha crecido en consumo en la última década son los probióticos: el 1.6% de los adultos en EE.UU. (3,9 millones de personas) los utilizan, según el Centro Nacional de Medicina Complementaria y Alternativa.
Se denomina probióticos a los microorganismos vivos que brindan un beneficio para la salud cuando se los administra en cantidades adecuadas. Las especies de Lactobacillus y Bifidobacterium son las más utilizadas como probióticos, pero también se utiliza la levadura Saccharomyces boulardii y algunas de las especies E. coli y Bacillus.
Según la Clínica Mayo, puedes consumir probióticos tanto a través de alimentos como de suplementos. Probablemente, el alimento más común que contiene probióticos es el yogur, que se produce al fermentar leche con distintas bacterias, que luego incorpora quien lo consume. Otros alimentos que se realizan mediante la fermentación de bacterias, como el chucrut, la kombucha y el kimchi, también son buenas fuentes de probióticos.
Los suplementos probióticos también contienen organismos vivos. Una sola dosis puede comprender una cepa de microbios en particular o una combinación de ellos.
A su favor, hay estudios que concluyeron que los probióticos tienen la capacidad de bajar el azúcar en sangre, controlar la diabetes, mejorar la salud intestinal, proteger contra el hígado graso, disminuir los síntomas del resfriado común. Además, se halló que podrían aliviar la ansiedad y depresión, reducir la presión arterial, mejorar la salud vaginal, regular la digestión en bebés y contribuir a la pérdida de peso.
Por qué 'colonizar' los intestinos
El intestino contiene gran cantidad de gérmenes, y comprende cientos de especies: hay más de 40 trillones de células bacterianas alojadas en el colon de un ser humano adulto. En conjunto, los microbios del intestino agregan en promedio 600, 000 genes a cada ser humano.
Cada persona tiene su propia combinación microbiana, determinada por la genética al momento de nacer, y por los hábitos posteriores en su dieta. Esta composición influye en su predisposición a enfermedades, sus defensas contra las enfermedades y hasta en su estado de ánimo.
Ahí es donde los probióticos entran a cumplir una función importante: afectan la flora intestinal aumentando el número de bacterias anaerobias “buenas” y disminuyendo la población de microorganismos patógenos. Al ingresar a este ecosistema intestinal, los probióticos “colonizan” el intestino y se instalan como huéspedes, mejorando el medio ambiente intestinal, reforzando las barreras, regulando la inflamación y creando mejores defensas, informa la World Gastroenterology Organisation.
¿Pueden hacerle daño a alguien?
Los complementos de probióticos podrían hacer daño a algunos pacientes, según una nueva revisión publicada el 16 de julio de 2018 en la revista Annals of Internal Medicine.
Los posibles beneficios de los probióticos están bien documentados. Pero el uso de éstos (en exceso) podría acarrear daños potenciales, en particular para las personas que están enfermas o tienen alterado el sistema inmunitario, según los investigadores dirigidos por Aida Bafeta, de la Universidad Descartes de París.
Los científicos señalaron que los probióticos fueron relacionados en algunos casos con infecciones sistémicas. Y ciertas infecciones cardíacas y sanguíneas, en particular, se produjeron después de que los pacientes tomaran probióticos. A los expertos también les preocupa que éstos puedan dañar el metabolismo de una persona, o estimular excesivamente el sistema inmunitario.
"Algunas personas tienen una percepción de que los probióticos son saludables bajo toda circunstancia", señaló el Dr. Joshua Novak, profesor asistente de medicina en la división de gastroenterología en la Escuela de Medicina Icahn de Mount Sinai, en la ciudad de Nueva York.
Cómo consumirlos en forma segura
En el caso de que una persona con problemas de salud decida incorporar suplementos de probióticos, se debe según Novak, “hacer un seguimiento de los posibles daños, esto es de particular importancia para proteger a las personas enfermas, que son más vulnerables a contraer una infección o a que su sistema inmunitario se vuelva contra ellos”.
Dijo que no recomendaría los probióticos como tratamiento de primera línea para la mayoría de las enfermedades intestinales inflamatorias en la mayoría de los pacientes. Por si fuera poco, Novak añadió que los probióticos no son necesarios para las personas que comen de forma saludable.
"Para un paciente promedio, recomendaría simplemente comer una dieta saludable bien equilibrada, rica en fruta y verdura, en alimentos con mucha fibra y cortes magros de proteína", dijo Novak. "La fibra es un prebiótico fantástico y puede ayudar a fomentar un buen microbioma" concluyó.
Incluso cuando seleccionas un tipo de bacteria, la cantidad que hay en el suplemento puede variar entre marcas. Por eso, los especialistas en nutrición de Clínica Mayo aconsejan: “Si bien un probiótico puede parecer prometedor para un tratamiento, es probable que la investigación aún se encuentre en las primeras etapas”.
Además, agregan que si bien es posible que el suplemento haya mejorado una enfermedad determinada en algunas personas, quizás no funcione tan bien para todos. Como siempre, habla con tu médico primero cuando consideres tomar un suplemento, aconsejan.
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