Hallan marcadores genéticos relacionados con las adicciones

Un estudio liderado por los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de los Estados Unidos abre una nueva puerta a la investigación sobre el origen de los trastornos de adicciones.

Analizando datos genómicos de más de 1 millón de personas, científicos identificaron genes comúnmente heredados en los trastornos de adicción, independientemente de la sustancia que se use. 

Hallan marcadores genéticos relacionados con las adicciones
| Foto: GETTY IMAGES

Este conjunto de datos, uno de los más grandes de su tipo, podría ayudar con nuevos tratamientos en múltiples adicciones, incluso para personas diagnosticadas con más de una. 

Los hallazgos también refuerzan el papel de la dopamina en la adicción, al mostrar que la combinación de genes subyacentes a los trastornos de adicción también se asoció con la regulación de la señalización de dopamina.

“La genética juega un papel clave en la determinación de la salud a lo largo de nuestra vida, pero no marca nuestro destino. Nuestra esperanza con los estudios genómicos es iluminar aún más los factores que pueden proteger o predisponer a una persona a los trastornos por uso de sustancias, conocimiento que se puede usar para expandir los servicios preventivos y empoderar a las personas para que tomen decisiones informadas sobre el uso de drogas”, dijo la doctora Nora Volkow, directora del Instituto Nacional de Abuso de drogas (NIDA), parte de los NIH. 

"Una mejor comprensión de la genética también nos acerca un paso más al desarrollo de intervenciones personalizadas que se adapten a la biología, el entorno y la experiencia de vida únicos de un individuo para proporcionar la mayor cantidad de beneficios", agregó.

Los trastornos por uso de sustancias son hereditarios y están influenciados por interacciones complejas entre múltiples genes y factores ambientales. indica la investigación. 

En las últimas décadas, ha surgido un método rico en datos, llamado asociación de todo el genoma, para tratar de identificar genes específicos implicados en ciertos trastornos. 

Este método implica buscar en genomas completos regiones de variación genética, llamadas polimorfismos de un solo nucleótido (SNP), que se asocian con la misma enfermedad, trastorno, condición o comportamiento entre varias personas.

En este estudio, los investigadores utilizaron este método para identificar áreas en el genoma asociadas con el riesgo general de adicción, así como el riesgo de trastornos específicos por abuso de sustancias: trastornos por uso de alcohol, nicotina, cannabis y opioides, en una muestra de 1,025,550 personas con genes que indican ascendencia europea y 92,630 individuos con genes que indican ascendencia africana.

| Infografia: NIDA

En 2021, más de 46 millones de personas en los Estados Unidos de 12 años o más tenían al menos un trastorno de adicción, y solo el 6,3% había recibido tratamiento. 

En Latinoamérica, el problema de los trastornos de adicción también está creciendo. En algunos países, hasta el 4% de los estudiantes de escuela secundaria consumen cocaína. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) inicio en 2021 un plan de acción con proyectos piloto en Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guyana, Jamaica y Panamá para enfrentar el problema de las adicciones a nivel médico y social.

Además, las personas que consumen drogas se enfrentan hoy en día a un suministro de drogas cada vez más peligrosas, que ahora suelen estar contaminadas con fentanilo. 

Aproximadamente 107,000 personas murieron por sobredosis de drogas en 2021 en los Estados Unidos, y el 37% de estas muertes implicó la exposición simultánea a opioides y drogas estimulantes.  

A nivel mundial, entre 2009 y 2017, 111 países han reportado un total de 803 nuevas sustancias psicoactivas al sistema de alerta de la Oficina de Crimen y Drogas de las Naciones Unidas.

El consumo y la adicción a las drogas representan una crisis de salud pública, caracterizada por altos costos sociales, emocionales y económicos para las familias, las comunidades y la sociedad.

El estudio auspiciado por los NIH fue liderado por científicos de la Universidad Washington en St. Louis, junto con más de 150 investigadores de distintas centros alrededor del mundo.

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