A medida que cumples años, cobra cuerpo una realidad: en tu vejez, vas a necesitar cuidados especiales y, seguramente, seguros especiales de larga duración. Costear esos seguros puede resultar muy caro, por lo que muchas personas ahorran durante mucho tiempo para disponer de fondos con los que pagar esos servicios. Una alternativa muy interesante es contratar un seguro de vida que sirva también para hacer frente al coste de los cuidados de largo plazo.
En este artículo te contamos cómo diseñar una estrategia con la que garantizar en buena medida la viabilidad de esos pagos utilizando el seguro de vida. Sigue leyendo para descubrir qué mecanismos y recursos puedes utilizar.
Cuidados médicos en la vejez y seguros de vida: Qué vas a encontrar en este artículo
Seguro de vida combinado para pagar tus cuidados de largo plazo
A medida que vivimos más años es más frecuente necesitar cuidados médicos de larga duración durante la vejez. Se trata de servicios que a menudo se ofrecen a domicilio: atención de enfermería, tratamientos y otras atenciones básicas, como ayuda para vestirse o comer, que, en muchas ocasiones, se prolongan hasta cinco o más años. De hecho, según datos de la NAIC, la Asociación Nacional de Comisiones de Seguros, y del Centro para la Investigación de las Políticas de Seguros, al menos un 52% de los estadounidenses que cumplan los 65 en 2019 acabará precisando cuidados de larga duración en los próximos años.
Algunos de estos servicios entran dentro de las coberturas de los seguros de salud, o de las prestaciones de programas como Medicare. Sin embargo, frecuentemente son precisas atenciones de larga duración que no están cubiertas por ningún seguro, con lo que muchas personas recurren a otras herramientas, como seguros específicos para los cuidados de largo plazo. Sin embargo, no siempre se pueden contratar seguros para cada necesidad y es necesario elegir qué producto se contrata.
Ante esa situación, una alternativa a la que recurren muchas personas es el seguro de vida combinado. Se trata de un producto que combina una póliza de seguro de vida convencional con algunas prestaciones orientadas a los seguros de larga duración.
Estos seguros también se denominan híbridos y, en inglés, ‘asset-based policies’. Su funcionamiento sencillo: por lo general se pagan en formato de primas anuales o incluso en una prima única. Eso da derecho a una póliza que incluye un fondo para cuidados de larga duración que equivale a varias veces el coste de la prima. Si se hace uso de este fondo, se va reduciendo la cantidad destinada a la indemnización o beneficio por causa de muerte, con lo que los beneficiarios de la persona asegurada recibirán menos dinero cuando ella fallezca.
Lo más habitual es que las pólizas determinen un mínimo por debajo del cual ya no se reduce el beneficio. Por ejemplo, un 10 por ciento de la cobertura original.
Cláusulas de cuidados médicos: Beneficio adelantado del seguro de vida
Si no se quiere contratar un seguro combinado o híbrido, se puede recurrir a otro enfoque: contratar un seguro de vida normal y complementarlo con cláusulas opcionales que sirvan para pagar los costes de esos cuidados.
Habitualmente, este tipo de cláusulas se denominan cláusulas de beneficio adelantado (o acelerado) y se consideran beneficios que la persona asegurada disfruta en vida.
Las pólizas que incluyen estas cláusulas suelen indicar en qué circunstancias se pueden activar. Suelen requerir unos plazos en los que la persona asegurada esté impedida y requiera atenciones específicas. Por ejemplo, se puede exigir que esa persona lleve 30 días sin poder valerse por si misma para comer, asearse, vestirse o desplazarse. Si se cumplen esas condiciones, se puede pedir a la aseguradora que adelante una parte del beneficio de la cobertura.
A menudo, las aseguradoras permiten disponer de hasta el 95 por ciento del dinero previsto para indemnizaciones, aunque algunas compañías limitan más el acceso. También es frecuente que la aseguradora decida qué cantidad adelanta en función del estado de salud de la persona asegurada. Esas cantidades se entregan en cantidades mensuales que no suelen superar el dos por ciento del valor de la cobertura, de forma que se vayan dosificando.
Por supuesto, el dinero que se adelanta se detrae de la cobertura, pero como esta se reduce, se recalculan las primas, que también serán más bajas.
Diseña una estrategia que te garantice los mejores cuidados
Con estas opciones disponibles, lo importante es diseñar un plan que garantice una vejez en la que esos cuidados estén bien respaldados. Para eso, es necesario tener en cuenta las características de los diferentes productos y sus ventajas y desventajas.
Si se opta por un seguro de tipo híbrido o combinado, es necesario saber que la idea de hacer un único pago –prima única- es muy interesante, porque se evitan posibles subidas de las primas y a la vuelta de varios años, esa cantidad siempre será menor.
Además, muchas de estas pólizas combinadas incluyen una garantía de devolución de las primas si pasado un tiempo, por ejemplo cinco años, se decide no continuar adelante con el seguro.
A cambio, el seguro híbrido puede ser excesivo para personas que no necesitan ya una cobertura de vida porque sus familias ya no dependen de ellas para mantenerse. Y en muchos casos, estos seguros, que son de tipo permanente exceden las necesidades de personas que estarían cubiertas simplemente con un seguros de tipo temporal.
En caso de utilizar un seguro de vida con una cláusula de beneficio adelantado para cubrir esos cuidados de larga duración, hay que contar con algunas desventajas. La más importante es que la cobertura de un seguro de vida que cuente con una cláusula de ese tipo podría ser insuficiente para costear cuidado de muy largo plazo, con lo que no conviene fiarlo todo a esa opción.
Además, estas cláusulas podrían no tener en cuenta la inflación. Si fuera así, los pagos dispuestos podrían ser insuficientes para pagar los costes de los cuidados. Por último, conviene tener en cuenta que el disfrute de una de estas cláusulas podría ser incompatible con la elegibilidad para el programa Medicaid.
En todo caso, se elija el modelo que se elija, siempre es una buena idea utilizar el seguro de vida para hacer frente a los cuidados médicos. Así, se liberan los ahorros y otros ingresos para otros fines, como dejar una herencia o disfrutar de ese capital en vida.