Perdí mi seguro médico, ¿qué hago?

Hay muchas situaciones de vida por las cuales puedes perder tu seguro médico. 

Van desde aquéllas sobre las que tienes poder de decisión, por ejemplo, un divorcio, hasta las que están más allá de tu voluntad: la pérdida de un cónyuge, una mudanza forzada a causa de un desastre natural o un despido laboral por la pandemia de COVID-19.

Perdí mi seguro médico, ¿qué hago?

Según un análisis del Economic Policy Institute, al ritmo del aumento de la tasa de desempleo generada por la pandemia, cerca de 12 millones de personas pueden haber perdido sus seguros de salud desde febrero. 

Alrededor de 156 millones de estadounidenses tienen cobertura médica a través de sus empleos, indica la Kaiser Family Foundation (KFF).

Qué hacer si te quedaste sin seguro médico por COVID

Si te dieron licencia forzada (furlough, en inglés), averigua con el departamento de recursos humanos de tu compañía, porque es posible que, aunque no estés trabajando, tu empresa te mantenga el seguro de salud.

De todas formas, infórmate bien sobre las condiciones, porque quizás te eximan del peso de pagar las primas durante tu tiempo cesante, pero puede que tengas que pagarlas de manera retroactiva cuando vuelvas al trabajo.

Si te despidieron, dependiendo del estado en donde vivas tal vez puedes ser elegible para Medicaid. Con la expansión de este programa federal gerenciado por los estados, muchas personas que antes no calificaban ahora podrían ser beneficiarios.

Otra opción es comprar un seguro médico a través de los mercados establecidos por la Ley de Cuidado de Salud a Bajo precio (ACA, popularmente conocida como Obamacare). Estos planes suelen ser asequibles y dependiendo de tu situación económica, seguramente recibas ayuda en forma de créditos fiscales para pagar las primas.

Los mercados de seguros de los estados, ya sea que utilicen la plataforma federal (cuidadodesalud.gov) o tengan su propia plataforma están abiertos en determinado momento del año en lo que se conoce como Período Abierto de Inscripción.

Sin embargo, la pérdida de seguro de salud por COVID califica como un evento de vida para un Período Especial de Inscripción (SEP), por fuera de la ventana regular anual.

También, varios estados ampliaron sus períodos de inscripción habituales desde el comienzo de la pandemia, para recibir a nuevos beneficiarios. Pero, si éste no fue el caso en donde vives, siempre tienes la opción de adquirir el seguro a través de un SEP.

Pérdida de seguro médico: otros casos

Si estás "entre trabajos"

Ocurre con frecuencia que una persona termina un empleo pero comienza otro, por ejemplo, dos meses después.

En estos casos puede haber una brecha en la cobertura que muchos no quieren arriesgarse a tener por el temor de que "nada pasa hasta que algo pasa": que justo en el momento que no tenemos seguro médico ocurra un imprevisto, una fractura, una infección, que nos lleve directo al consultorio médico o al hospital.

Esto es especialmente preocupante en familias con niños, que son más proclives a pescarse resfriados o caerse y lastimarse. Y obviamente, necesitan recibir sus vacunas.

Ante esta situación, una opción disponible es COBRA, un plan de salud que suele cubrir a las personas que están entre trabajos. Puede extenderse hasta 36 meses, pero su costo es astronómico. 

Siempre es inteligente tener un buen plan en marcha mucho antes que se acerque el final de la cobertura.

Si cambió tu estatus civil

Te divorciaste o separaste legalmente. Si recientemente has disuelto tu matrimonio de forma legal, ya sea por un divorcio o por una separación, y eso ha significado la pérdida del seguro de salud, puedes solicitar un período especial de inscripción. Sin embargo, debes recordar que si no has perdido la cobertura, no podrás optar a un período especial de inscripción para hacer algún cambio en tu póliza solo por el hecho de haberte divorciado o separado.

Muerte del cónyuge. Si algunas de las personas bajo tu cobertura médica fallece, y eso hace que tu plan ya no se pueda aplicar de acuerdo a las condiciones iniciales, también puedes acogerte a un SEP para conseguir una nueva cobertura que tenga en cuenta este cambio. Esto también aplica si el cónyuge que era titular del plan fallece.

Si estás por cumplir 26

Los 18 años marcan el comienzo de la vida del adulto joven, pero los 26 señalan otro momento importante: cuando  hay que cortar el cordón umbilical de la salud con papá y mamá.

Los adultos jóvenes pueden estar bajo la cobertura de salud de sus padres hasta ese cumpleaños. Después, hay que tener un plan de salud por uno mismo. Que los hijos permanezcan en la póliza de sus padres hasta los 26 años, ha sido una de las medidas más populares de ACA.

Los siguientes son algunos consejos para transitar este cambio de la mejor manera posible.

  • Si ya eres económicamente independiente y quieres salir del paraguas familiar antes de los 26, muchos jóvenes eligen los llamados planes catastróficos, disponibles para menores de 30. Estos planes tienen deducibles (lo que gastas de tu bolsillo antes que la aseguradora comience a pagar por tus gastos médicos) altos, pero las primas (tu cuota mensual) son bajas. Como la lógica indica que los jóvenes son más saludables y no necesitan atención médica constante, estos planes pueden funcionar para ellos.
  • Sin embargo, y como su nombre lo indica, cubren solo la atención de emergencia, por lo cual tal vez te convenga buscar un plan de bronce (el metal más económico en el mercado de seguros): la diferencia de dinero puede ser mínima, pero ofrece muchos más servicios.
  • También puedes averiguar sobre los planes de salud de corto plazo. Estos planes que tienen primas más bajas generalmente ofrecen un paquete de beneficios más simplificado, incluidos aquellos que una persona saludable necesitaría en caso de enfermedad o accidente, como la cobertura de visitas al médico, hospitalizaciones, y radiografías.
  • A la hora de decidir debes hacerte algunas preguntas, por ejemplo, ¿fumas? ¿tienes alguna condición crónica? ¿practicas algún deporte de riesgo? ¿andas en motocicleta? Todos estos pueden ser factores que generen una necesidad médica, por la que deberás pagar hasta que cubras tu deducible.

Siempre es bueno tener a mano un listado de clínicas gratuitas, en caso que necesites hacerte por ejemplo una prueba para una enfermedad de transmisión sexual.

Fuentes: CMS, cuidadodesalud.gov, KFF, Economic Policy Institute.

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