Según un informe científico de la American Heart Association, los niños y adolescentes deben consumir menos de seis cucharaditas de “azúcares agregados” al día, y no deben tomar más de ocho onzas de bebidas azucaradas por semana. El documento es el primer reporte científico de la AHA que recomienda límites específicos para el consumo de azúcar en los niños.
En el informe publicado el lunes en la revista científica Circulation, un panel de investigadores hizo un estudio a fondo sobre cómo el azúcar impacta la salud cardiovascular entre los 2 y 18 años de edad. Su informe también indicó que los niños de menos de dos años no deben consumir azúcares agregados, y en su lugar deben ingerir dietas altamente nutritivas para desarrollar cerebros y cuerpos saludables.
Algunos alimentos y bebidas contienen azúcar natural, pero los azúcares agregados –que tienen muchos nombres y se encuentran en muchos productos– se introducen en el transcurso de procesamiento o preparación.
“Espero que nuestras recomendaciones ayuden a los padres a sentirse seguros en limitar el azúcar. Este informe ayuda a contestar la duda de qué cantidad es aceptable, para que los padres puedan escoger la combinación correcta de alimentos y bebidas para que los niños sean más saludables”, dijo la doctora Miriam Vos, la autora principal del informe y una profesora agregada de pediatría en la Facultad de Medicina de la Universidad de Emory en Atlanta. “Si los papás saben cuánto limitar, ayudará a la industria alimenticia cumplir con esa meta”.
Los estudios que vinculan los azúcares agregados y las condiciones que conllevan a la enfermedad cardiovascular – la causa principal de muertes a nivel mundial – han existido por muchos años. Las dietas altas en azúcares agregados se han vinculado a factores de riesgo cardíacos, como la obesidad, la diabetes, la presión alta y los niveles de colesterol que no son saludables.
Un estudio que se publicó en 2014 en la revista científica Journal of the American Medical Association: Medicina Interna fue uno de los primeros en atar el exceso de azúcar a un riesgo más alto de muerte por cardiopatía. El estudio dijo que las personas que consumían entre el 17 y 21 por ciento de sus calorías de azúcares agregados tenían un riesgo de 38 por ciento más de morir por enfermedad cardiovascular, comparado con aquellos que ingerían el ocho por ciento de sus calorías por azúcar agregada.
Las familias pueden empezar a entrenar las papilas gustativas de los niños a una temprana edad, dijo Rachel K. Johnson, quien fue presidenta del Comité de Nutrición de la AHA y quien participó en el panel que redactó el informe científico.
“Los niños desarrollan hábitos de comidas y preferencias gustativas que durarán toda una vida”, dijo Johnson, una profesora de nutrición y pediatría en La Universidad de Vermont en Burlington. “Cuanto más pronto empiecen las familias a limitar la cantidad de azúcar agregada en sus dietas, mejor”.
Por lo general, un niño estadounidense consume aproximadamente el triple de la cantidad de azúcares agregados recomendados, la mitad de comidas y la mitad de bebidas, dijo Vos, quien también es la autora del libro The No-Diet Obesity Solution for Kids.
Los azúcares agregados tienen muchos nombres en las etiquetas de ingredientes en comidas, como el jarabe de maíz de fructosa alta, la dextrosa, la fructosa, el jugo de fruta y otros. El azúcar agregado no solo se encuentra en pasteles y galletas, puede ocurrir en una variedad de comidas como una ensalada de pollo china, salsa de barbacoa, pan para hamburguesas y aderezos para ensaladas.
“Hay evidencia coherente que el riesgo de enfermedad cardiovascular aumenta conforme aumenta el consumo de azúcares agregados”, dice el informe.
A partir de julio de 2018, la Administración de Medicamentos y Alimentos (Food and Drug Administration, FDA por sus siglas en inglés) requerirá que los fabricantes no solamente indiquen todo tipo de azúcares en las etiquetas sino también las que se agregaron.
Las empresas ya empiezan a reaccionar. Por ejemplo, Kind, el fabricante de barras para merendar que contienen frutas y nueces, empezó este mes a poner en su sitio web las cantidades de azúcares agregados en más de 60 productos. La información aparecerá en las etiquetas de las barras en el año entrante.
Los que abogan por limitar los azúcares agregados dicen que la regla de la FDA le da a los consumidores una mejor idea de qué azúcares ocurren naturalmente, como los de las frutas, y qué se agregó posteriormente. The Sugar Association, un grupo comercial que se fundó la industria azucarera estadounidense y que busca educar a las personas sobre los beneficios del azúcar, dijo que el reglamento de la etiqueta por la FDA es un “precedente peligroso que no se fundamenta en la ciencia”.
El doctor Robert Lustig, un endocrinólogo pediatra en el Benioff Children’s Hospital de la Universidad de California en San Francisco, dijo que el azúcar en sí —no solo las calorías que representa en la dieta— es el culpable en numerosos problemas de salud.
Un estudio escrito por el doctor Lustig el año pasado mostró que el restringir los azúcares agregados mejoró en solo nueve días los marcadores de cardiopatía en un grupo de niños obesos. Los niños tenían las mismas cantidades de calorías y carbohidratos, y aún así vieron reducciones inmediatas en su presión arterial, y mejorías en sus niveles de azúcar en la sangre y colesterol.
“El mensaje de este estudio es que una caloría no es una caloría. Nunca lo fue, nunca lo será”, dijo Lustig, cuyo estudio fue uno de los que consideró el panel para el informe. “La bioquímica de la fructosa, la molécula dulce de azúcar, es completamente diferente”.
Las nuevas recomendaciones de la AHA, dijo Vos, recalcan que las familias necesitan limitar las comidas con un bajo valor nutricional y que los azúcares tienen que considerarse en el contexto de una dieta saludable de frutas, vegetales, granos enteros, productos lácteos bajos en grasa, carnes sin grasa, aves y pescado.
Johnson dijo que ella tiene la esperanza de que el informe también impulsará más investigación de azúcares agregados, sus efectos y en su lugar en las dietas de las familias. El informe apuntó a varias brechas en la investigación y preguntas, que incluyen:
- ¿Puede la industria alimenticia reducir de forma gradual los azúcares agregados en comidas, y cuál es el resultado que se espera?
- ¿Tiene un jugo 100 por ciento natural los mismos efectos biológicos y cardíacos como las bebidas con azúcares agregados?
- ¿Hay una relación directa entre los riesgos al corazón y los azúcares agregados – mejoran los riesgos conforme disminuye el consumo de azúcares?
- ¿Cómo afecta el uso rutinario de edulcorantes artificiales a los niños?
- ¿Cuáles son las diferencias de cómo metaboliza el cuerpo los azúcares agregados de bebidas a comparación con los de las comidas?