¿Orinas poco cuando vas al baño? ¿A veces ves rastros de sangre en tu orina o tiene un color muy oscuro? Pon atención: podrías tener los riñones inflamados.
Cuando los riñones se inflaman lo más probable es que haya una nefritis intersticial, que es un trastorno en el cual los espacios entre los túbulos de los órganos se hinchan o se inflaman y se altera su funcionamiento. Según la Biblioteca de Medicina de Estados Unidos, esta afección puede ser temporal (aguda) o puede ser prolongada (crónica).
Aunque el síntoma más común de la nefritis es una disminución en la cantidad de orina que produces, la Academia Americana de Médicos de Familia explica que hay otras señales. Además de rastros de sangre o color oscuro, puedes orinar más, tener náuseas, vómitos, fiebre y erupciones en la piel.
La inflamación en los riñones también se puede manifestar con un aumento de la presión sanguínea y cambios en el estado de ánimo, como exceso de sueño o confusión. Si una parte de tu cuerpo se hincha o aumentas de peso repentinamente por retención de líquidos puede ser síntoma de que algo anda mal en tus riñones y que necesitas un tratamiento.
Qué hacer para curar la hinchazón
Antes de empezar cualquier tratamiento para la nefritis, tu médico tendrá que determinar qué la está causando. Cuando es aguda suele ser consecuencia de tomar ciertos fármacos, sea por alergia o como efecto secundario, se debe dejar de tomar la sustancia que la causó.
Si se trata de una reacción alérgica, puede ocurrir días o semanas después de la exposición al medicamento y puede persistir un tiempo después de dejar de usarlo; según la Clínica Mayo, todos los fármacos, sean de venta libre, recetados o suplementos, pueden producir alergias. Tomar furosemida, diuréticos tiazídicos, omeprazol, triamtereno, alopurinol y antibióticos (penicilina, ampicilina, meticilina y sulfamidas) y el uso prolongado de fármacos como paracetamol y antiinflamatorios no esteroides (AINE) puede tener como efecto secundario la hinchazón de los riñones.
Tener una infección, muy poco potasio en la sangre o demasiado calcio o ácido úrico también puede inflamar estos órganos, así como los trastornos autoinmunitarios como la enfermedad de Kawasaki, el síndrome de Sjögren, el lupus eritematoso sistémico o la granulomatosis con poliangitis. Una vez determinado el origen, el médico podrá recetar el tratamiento adecuado.
Es posible que también te indiquen restringir el consumo de sal e incluir muchos líquidos en la dieta para mejorar la hinchazón y la presión arterial alta. Evitar las proteínas te puede ayudar a controlar la acumulación de productos de desecho en la sangre. Y, en algunos casos, podría ser necesario hacer diálisis o tomar corticosteroides fuertes.
Aunque algunas veces la enfermedad puede causar insuficiencia renal o afecciones mayores, ya que al fallar los riñones, los desechos y el líquido adicional se acumulan en el cuerpo, en general los tratamientos para la nefritis intersticial dan buenos resultados.
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