Cada día más de 24 millones de personas en EE. UU. tienen un desafío extra en sus vidas: poder respirar bien.Sin embargo, nueva evidencia encontró que podría existir una opción muy común para hacer frente a este problema: el azúcar.
Debido al número creciente de problemas respiratorios y muertes a causa de ellos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que 3 millones de personas mueren cada año por enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), los expertos buscan constantemente nuevas y mejores terapias.
Este es el caso de un grupo de investigadores de la Universidad de Manchester, en Reino Unido, que encontró un vínculo entre la presencia de glucosa (azúcar) en el entorno pulmonar y el comportamiento de los macrófagos, que son células inmunitarias que pueden provocar inflamación.
Según los autores, bloquear los receptores de azúcar en el pulmón ayudaría a reducir la inflamación en enfermedades respiratorias crónicas.
Además, el aumento de los niveles de glucosa en el ambiente pulmonar, podría mejorar la respuesta inmune en personas con infecciones respiratorias.
"Las enfermedades respiratorias causan terribles sufrimientos, tanto en países desarrollados como subdesarrollados. La idea de que la modificación de los niveles de glucosa en los pulmones podría ser, en algún momento, un factor crítico en el tratamiento de estas condiciones es tremendamente emocionante", señaló el profesor Andrew MacDonald, investigador principal del experimento. Sus hallazgos se publicaron en Nature Immunology.
Una dulce revelación
Los especialistas analizaron en ratones, el comportamiento de los macrófagos, glóbulos blancos cuya función principal es identificar y destruir cuerpos potencialmente dañinos, como virus, bacterias y conjuntos celulares que podrían volverse peligrosos si se acumulan en exceso.
Trataron a los roedores con una proteína que activa las respuestas de las células inmunes, llamada interleucina-4. Luego de aplicarla, se encontraron con que los macrófagos que no podían absorber la glucosa no respondían como era usual frente a esta proteína.
"La inflamación siempre es un acto de equilibrio delicado. Demasiado puede dañarnos, muy poco nos deja abiertos a infecciones, pero, la capacidad de las células para absorber o usar la glucosa es otro área que podría explotarse para ajustar ese equilibrio", explicaron los expertos.
También advirtieron que estos procedimientos aún no se han probado en humanos y que existen limitaciones en el conocimiento de cómo funcionan los macrófagos de las vías respiratorias.
Sin embargo, MacDonald explicó en Medical News Today como, a partir de estos resultados, podría funcionar futuras terapias "En condiciones en las que la inflamación puede ser perjudicial, como el asma, bloquear la capacidad de las células inmunitarias para absorber la glucosa podría usarse para reducir la inflamación perjudicial".
Y agregó "Por otra parte, en condiciones en las que se necesita aumentar la activación de las células inmunitarias, por ejemplo, para matar un agente infeccioso, como la bacteria que causa la tuberculosis, se podría usar la administración de glucosa para aumentar la inflamación beneficiosa por un corto período de tiempo".
Si bien estos procedimientos se encuentran en un punto de partida, los investigadores señalaron que no debe descartarse que puedan convertirse en un enfoque útil para el tratamiento de problemas respiratorios.
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