Al igual que con otros hábitos como hacer ejercicio o comer, las personas toman decisiones diarias respecto a cuándo y cuánto dormir en el marco de otras actividades sociales, exigencias del entorno y necesidades fisiológicas y psicológicas.
Estas decisiones se toman sin saber que las alteraciones en los patrones del descanso luego influyen en la regulación básica del sueño-vigilia y la regulación circadiana, así como en otros procesos biológicos relacionados con el tiempo y el estado.
En efecto, la pérdida de sueño crónica y aguda y dormir fuera de la fase circadiana óptima pueden resultar en alteraciones persistentes en el comportamiento y en los mecanismos que lo regulan.
Los investigadores han establecido conexiones entre la alteración de la regulación circadiana, los trastornos del sueño y la menor capacidad para crear nuevos recuerdos, así como cambios en la regulación metabólica, la inflamación y la respuesta inmunitaria.
Además, se ha observado que las mutaciones en genes que participan en la regulación de los ritmos circadianos tienen efectos en los resultados conductuales, incluida la cognición y el estado de ánimo (ej. agresión).
Los individuos que sufren alteraciones en los procesos del sueño también sufren alteraciones en los sistemas sociales y en el aprendizaje y la conducta social.
El Instituto Nacional de la Salud Infantil y Desarrollo Humano Eunice Kennedy Shriver (NICHD, por sus siglas en inglés) ha adelantado investigaciones que buscan entender la influencia de la cantidad y la calidad de sueño en el desarrollo psicológico, psicobiológico, conductual, educativo y del lenguaje de las personas jóvenes, desde la infancia hasta la adultez temprana.
Identifican genes
En otro paso más por entender los enigmas del sueño, un equipo de científicos logró identificar el grupo de genes que determina por qué los seres vivos duermen más o menos, lo que podría resultar determinante para hallar tratamientos para aliviar desórdenes del sueño, tales como el insomnio y la narcolepsia, según un estudio divulgado en Estados Unidos.
La investigación, publicada por la revista PLOS Genetics y elaborada con un grupo de moscas de la fruta, permitió a los investigadores determinar los genes que establecen la necesidad de dormir, que son los mismos que el organismo emplea para otras funciones, como el desarrollo de la memoria y del aprendizaje.
"Este estudio es un paso importante hacia la resolución de uno de los grandes misterios de la biología: el porqué es importante dormir", señaló la responsable del estudio, Susan Harbison, doctora del Instituto Nacional del Corazón, el Pulmón y la Sangre (NHLBI), institución responsable de la investigación junto a los también estadounidenses Institutos Nacionales de Salud (NIH).
Para llevar a cabo el estudio, el equipo desarrolló hasta 13 generaciones de la mosca de la fruta con el objetivo de conseguir insectos que bien durmieran hasta 18 horas al día o apenas 3.
Gracias a estos dos grupos de control, los científicos pudieron comparar los datos genéticos que diferenciaban a ambos, lo que les permitió identificar hasta 126 disparidades en los distintos genes implicados en el proceso del sueño.
Hasta la fecha, apuntó Harbison, la comunidad científica era consciente de que el mapa genético tenía un papel clave en los patrones del sueño, pero no se habían podido determinar con exactitud qué genes participaban en el proceso.
"Conocer el papel desempeñado en el sueño por procesos biológicos notablemente diferentes puede ayudar a explicar por qué el propósito del sueño ha sido tan escurridizo", agregó la experta.
Trastornos más comunes
Los trastornos del sueño son problemas relacionados con el acto de dormir. Estos incluyen dificultades para conciliar el sueño o permanecer dormido, quedarse dormido en momentos inapropiados, dormir demasiado y conductas anormales durante el sueño.
Expertos han identificado más de 100 trastornos diferentes de sueño y de vigilia que se pueden agrupar en 4 categorías principales:
Problemas para conciliar el sueño y permanecer dormido (insomnio): incluye dificultad para conciliar el sueño o para permanecer dormido. Los episodios pueden aparecer y desaparecer, durar entre 2 y 3 semanas (a corto plazo) o ser duraderos (crónicos).
Problemas para permanecer despierto (somnolencia diurna excesiva). Problemas para mantener un horario regular de sueño (problema con el ritmo del sueño): el hipersomnio es una afección en la cual las personas tienen una somnolencia diurna excesiva, lo que quiere decir que se sienten cansadas durante el día.
El hipersomnio también puede incluir situaciones en las que la persona necesita dormir demasiado. Esto se puede deber a otras afecciones, pero también se puede deber a un problema en el cerebro. Las causas de este problema incluyen:
Comportamientos inusuales durante el sueño (conductas que interrumpen el sueño).
También se pueden presentar problemas cuando no se mantiene un horario constante de sueño y de vigilia, lo cual sucede cuando se viaja cruzando zonas horarias distintas y con trabajos por turnos en horarios rotativos, particularmente los que trabajan de noche.
Los trastornos que involucran una interrupción del horario del sueño incluyen:
- Síndrome de sueño y vigilia irregulares
- Síndrome del desfase horario
- Insomnio paradójico (la persona realmente duerme una cantidad de tiempo distinta a la que cree)
- Trastorno del sueño a causa del trabajo por turnos
- Fase de sueño retrasada, como en los adolescentes que se van a dormir muy tarde en la noche y duermen hasta el mediodía
- Fase de sueño avanzada, como en los adultos mayores que se van a dormir temprano por la tarde y se despiertan muy temprano,