¿Alguna vez te preguntaste cuánta televisión deberías ver para dañar tu salud cardiovascular o si consumir un desayuno bajo en energía a diario podría lastimar tu corazón? Una nueva investigación de dos partes, analizó estos aspectos.
Llevar un estilo de vida sedentario puede causar problemas en nuestra salud, como quemar menos calorías (lo que significa una mayor probabilidad de subir de peso), pérdida de masa muscular y resistencia, debilitamiento de los huesos y sistema inmune, mala circulación de la sangre, mayor inflamación y desequilibrio hormonal.
Todos estos efectos adversos pueden traducirse en enfermedades crónicas, como obesidad, diabetes tipo 2, cáncer, enfermedades cardíacas y muerte prematura.
En la búsqueda de opciones para aliviar este padecimiento un nuevo estudio, dirigido por Dr. Sotirios Tsalamandris, que es cardiólogo de la Universidad Nacional y de Kapodistrian, en Atenas, Grecia, encontró que reducir el tiempo que pasamos viendo televisión y asegurarnos de comer un desayuno rico en energía reduciría el riesgo de enfermedades cardíacas.
También podría disminuir la cantidad de placa, que se produce por una acumulación de grasas, colesterol y otras sustancias en las arterias, lo que hace que se estrechen y vuelvan rígidas. Esta enfermedad se denomina aterosclerosis.
Sus hallazgos se presentaron en la 68ª Sesión Científica Anual del American College of Cardiology, que este año se lleva a cabo en Nueva Orleans, EE.UU., entre el 16 y 18 de Marzo.
El sofá y la TV no ayudan
En la primer parte del estudio, el Dr. Tsalamandris y equipo evaluaron diversos marcadores de salud cardiovascular y hábitos de vida de 2,000 personas, de 40 a 99 años, de Grecia.
Los participantes del estudio eran personas sanas y otras con riesgo de desarrollar una enfermedad cardíaca o que ya la habían padecido.
Los marcadores que examinaron incluían el grosor de las paredes arteriales (lo que indica la acumulación de placa y el riesgo de accidente cerebrovascular) y la velocidad de la onda del pulso carótido-femoral (que detecta la aterosclerosis).
Observando los hábitos de los participantes, los investigadores los dividieron en tres grupos:
- Grupo Alto: miraban televisión durante más de 21 horas por semana.
- Grupo Moderado: miraban televisión durante 7 a 21 horas por semana.
- Grupo bajo: miraban televisión durante 7 horas o menos por semana.
Tras comparar los resultados encontraron que las personas en el grupo alto tenían casi el doble de probabilidades de acumulación de placa en sus arterias, un 68% más de tener hipertensión y un 50% más de tener diabetes, en comparación con las del grupo bajo.
Tsalamandris aseguró que los hallazgos son claros sobre los riesgos de la televisión "Incluso las actividades de bajo gasto de energía, como socializar con amigos o actividades domésticas, pueden tener un beneficio sustancial para nuestra salud, en comparación con el tiempo que pasamos sentados y viendo televisión".
La importancia de un buen desayuno
Para la segunda parte del estudio, los investigadores agruparon a los participantes según la cantidad de calorías que tomaron en su desayuno:
- Las personas en el grupo de consumo alto de energía, tomaron más del 20% de sus calorías diarias durante el desayuno (normalmente consumían cereales, pan lácteos y miel).
- Aquellos en el grupo de consumo bajo de energía, tomaron entre 5% y 20% de sus calorías diarias durante el desayuno (normalmente consumían café o leche baja en grasa junto a pan con mantequilla, miel, aceitunas o fruta).
- Un último grupo estaba formado por personas que no desayunaban.
Tras comprar a los participantes, los investigadores encontraron que aquellos que tomaban un desayuno con mucha energía en forma regular tenían una más probabilidades de tener arterias saludables en comparación a los otros dos grupos.
"Para tener un estilo de vida saludable es necesario incluir un desayuno con mucha energía", afirmó Tsalamandris.
Los autores plantearon diferentes explicaciones al por qué de sus hallazgos, por ejemplo, que las personas que no saltean el desayuno suelen tener hábitos alimenticios y vidas más saludables.
También podrían deberse a que los alimentos consumidos en el grupo de alta energía, como los lácteos, pueden tener en sí mismos efectos cardioprotectores.
En el futuro, el Dr. Tsalamandris y su equipo planean seguir a estos participantes durante al menos una década para evaluar si las exposiciones ambientales también afectan los resultados.
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