Si perteneces a la legión de llorones frente a una pantalla y algunas veces te avergüenzas de esas lágrimas incontenibles, no hay por qué preocuparse. La ciencia demuestra que esa empatía con los personajes de la ficción puede ser realmente saludable.
Los psicólogos consideran estos sentimientos como parte de unas relaciones llamadas parasociales o unidireccionales, porque nosotros sabemos todo acerca de los personajes de una serie, una novela o una película, pero ellos no saben nada de nosotros.
Lo interesante es que nuestros cerebros no están realmente preparados para distinguir entre una relación real o ficticia. "Estas relaciones pueden aportar muchos beneficios a nuestro mundo real: pueden aumentar la autoestima, disminuir la soledad y generar sentimientos de pertenencia”, dijo a la revista Time Jennifer Barnes, profesora asistente de psicología de la Universidad de Oklahoma. "
También hay consecuencias psicológicas que se presentan cuando una relación parasocial se daña o llega a su fin. Si muere ese personaje, “te quedarás con una respuesta emocional muy real. Cuando pasas una hora cada semana cerca de una persona durante toda una temporada de TV, realmente se convierte en una especie de amigo, así que es totalmente normal sentirse molesto si algo le ocurre" afirma Barnes.
Por qué llorar hace bien
¿Llorar hace bien? Sí. El estrés crea una sobrecarga de las emociones y al llorar, se liberan sustancias como la adrenalina, noradrenalina, oxitocina, cloruro de potasio y manganeso, prolactina y adenocorticotropina, afirma William H. Frey, bioquímico del Centro Médico St. Paul-Ramsey, en Minnesota. De ahí proviene el alivio que experimentamos luego de secar las lágrimas vertidas.
Los dramas de la TV o el cine son un ejemplo moderno de lo que los filósofos llaman la ‘paradoja de la tragedia’. "La tristeza es una emoción negativa que no nos gusta sentir, y la ficción trágica nos pone tristes y sin embargo, de alguna manera parecemos disfrutar de esas tragedias" señala Barnes.
La cuestión es encontrar el por qué. Una teoría detrás de la paradoja es que la ficción trágica proporciona la tan mentada catarsis o una purga de emociones negativas: nos brinda un instrumento o motivo para enfocar esas emociones negativas y sacarlas hacia afuera.
El drama como terapia
Varias investigaciones han demostrado que las personas tienden a sentirse mejor después de llorar.
“El llanto que puede surgir ante una película u obra de teatro en la que se conecta con los sentimientos es porque aflora nuestra empatía, y muchas veces lloramos frente al llanto de otro”, expresó Raquel Molero, psicóloga de adultos de ISEP Clínic de Barcelona. Y agregó que esas lágrimas nunca se deben reprimir, ya que forman una saludable válvula de escape.
Hay una teoría que se basa en lo que los psicólogos llaman las meta-emociones: los sentimientos que tenemos acerca de ciertos sentimientos. "Aunque estamos sintiendo tristeza, la meta-emoción que estamos sintiendo podría ser algo así como una especie de gratitud de que podemos sentir esta amplia gama de experiencias emocionales", dice Barnes. "En realidad, podemos sentirnos felices de que podamos ser empáticos y sentir cosas como éstas por otra persona, incluso si no es real".
La propia investigación de Barnes sugiere que ver dramas de televisión ficticios mejora la capacidad de las personas para leer los pensamientos y sentimientos de otras personas, una habilidad conocida como inteligencia emocional. En un estudio de 2015, Barnes y su coautor encontraron que las personas que vieron un episodio de “The Good Wife” eran más capaces de identificar correctamente las emociones que representaban una serie de fotos de rostros, en comparación con aquéllos que vieron un documental o no vieron televisión en absoluto.
Sin embargo, estos beneficios probablemente dependen exactamente de qué tema y cómo estás leyendo o mirando esa ficción. "Los resultados (la empatía) podrían ser diferentes para alguien que está emocionalmente involucrado en un programa y para alguien que acaba de ver el programa por primera vez" dice Barnes.
Algunos estudios sugieren también que ver programas de televisión que representan emociones y compasión humanas, hacen que la gente sea más comprensiva y solidaria con otros que son diferentes de ellos.
"Si usted se hace amigo de alguien cuya experiencia de vida es distinta de la suya o que está en una categoría social diferente, puede ayudarle a entender mejor ese grupo de personas" señala Barnes. Incluso cuando se trata de un amigo de la ficción, dice, puede tener algunos de los mismos efectos.
Pero hay un límite con el beneficio de sentirse triste y llorar con la ficción: puede ser negativo para alguien que tiene problemas de salud mental subyacentes. La tristeza en los episodios de ficción puede ser extremadamente intensa para algunos, dice Barnes, por eso es mejor no involucrarse en éstos más de una hora o dos y prestar atención a que esa emoción pasajera de ver un programa dramático no genere angustia que perdure en el mundo real.