Visitar un parque de atracciones o un festival es una salida ideal durante el verano: tienes diversión asegurada y hay una tentadora variedad de comidas y bebidas. En esta temporada también aumentan las enfermedades transmitidas por alimentos, así que si deseas permanecer sano sin dejar a un lado las distracciones, debes ser precavido.
En los meses de verano se come más fuera de casa y los controles de seguridad en las cocinas (refrigerar los alimentos, capacitar a los trabajadores sobre cómo manipularlos) pueden fallar más a menudo de lo que crees. Por ser espacios al aire libre, donde es imposible controlar las altas temperaturas y, muchas veces, temporales, parques, ferias y festivales se prestan más aún a las irregularidades en sus cocinas y puestos de comida.
Para evitar enfermedades alimentarias al visitar estos espacios durante el verano, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) sugieren varias prácticas de seguridad. Si sigues estos pasos, reduces las posibilidades de tener una intoxicación digestiva.
¿Qué debes hacer cuando comes en una feria?
En primer lugar, fíjate si el puesto de comida donde piensas comprar está limpio, si tiene un fregadero para que los empleados se laven las manos y si estos usan guantes o tenazas cuando manipulan alimentos. También debe haber refrigeración para guardar los ingredientes crudos o que lo requieran.
Puedes revisar si el vendedor tiene un informe de inspección sanitaria reciente a la vista. En general, los proveedores que se encuentran en ferias y parques deben tener una licencia para vender alimentos y bebidas.
Una vez que decidas dónde comer, considera alternativas de alimentos saludables. Otra opción es planificar en casa un menú práctico o un refrigerio fácil de transportar y llevarlo al parque; de esta manera ahorras dinero y calorías y cuidas tu estómago.
Si vas a llevar comida de casa, almacénala de forma adecuada. No dejes que pase más de dos horas sin refrigerar y, si el día es caluroso (más de 90°F o 32°C), que no sea más de una hora.
No olvides lavar tus manos con agua y jabón antes y después de comer, así sea algo que vendan en el parque o tu propio refrigerio. También debes hacerlo a menudo, durante todo el tiempo que dure el paseo. Lleva desinfectante de manos o toallitas húmedas, por si no encuentras lugares para asearte.
Si a pesar de todas las medidas sientes algún malestar, acude al médico, incluso si es leve. Siempre es mejor detectar a tiempo cualquier enfermedad.
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