Hay personas que aseguran vivir atormentadas por olores nauseabundos, como el de un cenicero o el del cabello quemado, y la sensación es tan fuerte que afecta su día a día. El detalle es estos aromas parecen ser producto de su imaginación, pero una nueva investigación intenta descubrir el misterioso origen de los olores fantasma.
"¿Hueles a veces un olor desagradable, malo o penetrante, cuando no hay nada que lo cause?", fue la pregunta que usaron los investigadores del Instituto Nacional de Sordera y Otros Trastornos de la Comunicación (NIDCD, por su sigla en inglés) para determinar si los participantes habían experimentado la percepción del olor fantasma. Los resultados indicaron que uno de cada 15 estadounidenses mayores de 40 años los experimenta.
"A menudo se pasan por alto los problemas del olfato, a pesar de su importancia. Pueden tener un gran impacto en el apetito, las preferencias alimentarias y la capacidad de oler señales de peligro como fuego, fugas de gas y comida en mal estado ", dijo Judith A. Cooper, directora interina del NIDCD. Además, quienes perciben fuertes olores fantasma, pueden tener una calidad de vida miserable y problemas de sobrepeso.
La capacidad de identificar olores en el ambiente disminuye con la edad y, según el estudio, la prevalencia de la percepción del olor fantasma también disminuye con la edad. Mas esta percepción no está relacionada con la capacidad para identificar correctamente los olores.
El origen del mal
Un estudio anterior, que utilizó datos de una comunidad de Suecia, mostró que el 4.9% de las personas mayores de 60 años experimentan olores fantasmas y la prevalencia era mayor en las mujeres. Los nuevos hallazgos tienen puntos en común, pero traen nuevos aportes.
Al ampliar el rango de edad, encontraron que hay una prevalencia aún mayor en las edades de 40 a 60, cerca del doble de mujeres informaron percibir estos olores y el predominio femenino fue particularmente notable entre los menores de 60 años. Las lesiones en la cabeza, la boca seca, la mala salud en general y el bajo nivel socioeconómico son otros de los factores que influyen en la percepción de estos olores.
En el caso del nivel socioeconómico más bajo, los autores argumentan que podría ser que estas personas estén más expuestas a contaminantes ambientales y toxinas o tienen condiciones de salud que inciden, Sin embargo, las causas de la percepción del olor fantasma no se entienden.
“La afección podría estar relacionada con celdas hiperactivas que detectan olores en la cavidad nasal o quizás un mal funcionamiento en la parte del cerebro que comprende señales de olor. Un buen primer paso para comprender cualquier condición médica es una descripción clara del fenómeno”, explicó la directora de la investigación, Kathleen Bainbridge. A partir de este punto, “otros investigadores pueden formarse ideas sobre dónde buscar nuevas causas y, en última instancia, sobre cómo prevenir o tratar la enfermedad".
La muestra de la investigación estuvo integrada por datos de 7,417 participantes, mayores de 40 años, obtenidos de la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición. Para explorar la correlación entre los olores fantasma y sus características, los investigadores observaron su edad, sexo, nivel educativo, raza u origen étnico, estado socioeconómico, ciertos hábitos de salud y su estado general de salud.
Este es el primer estudio que se basa en datos representativos a escala nacional para examinar la prevalencia y los factores de riesgo de la percepción del olor fantasma. Fue publicado en JAMA Otolaryngology-Head and Neck Surgery.
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