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Unos ingresos más bajos podrían significar una peor supervivencia tras un ataque cardiaco

LUNES, 23 de mayo de 2022 (HealthDay News) -- Si una persona es pobre y sufre un tipo grave de ataque cardiaco, las probabilidades de que sobreviva son significativamente más bajas que las de alguien con más dinero, muestra una investigación reciente.

El hallazgo subraya la necesidad de cerrar una división en la atención de la salud que afecta mucho a las personas con unos ingreso bajos, apuntó el investigador principal, el Dr. Abdul Mannan Khan Minhas, hospitalista del Servicio de Atención Hospitalaria de la Clínica de Hattiesburg, en Mississippi.

Unos ingresos más bajos podrían significar una peor supervivencia tras un ataque cardiaco

"Se está llevando a cabo mucho trabajo en esta área, pero es obvio, como han mostrado múltiples estudios, que hay que hacer mucho más", planteó.

El tipo de ataque cardiaco que su equipo estudió es un infarto de miocardio con elevación del segmento ST, también conocido como IMEST.

El IMEST, que afecta sobre todo a las cámaras inferiores del corazón, puede ser más grave y peligroso que otros tipos de ataques cardiacos.

En el estudio, los investigadores analizaron una base de datos de adultos de EE. UU. que fueron diagnosticados con un IMEST entre 2016 y 2018, y dividieron a los pacientes según el código postal para medir los ingresos familiares. También crearon modelos que ayudaron a comparar los resultados de los pacientes.

En total, hubo 639,300 hospitalizaciones por IMEST, y alrededor de un 35 por ciento de los pacientes estaban en la categoría de ingresos más bajos. Más o menos un 19 por ciento estaban en el grupo de los ingresos más altos.

Los pacientes más pobres tuvieron la tasa más alta de mortalidad por todas las causas, de un 11.8 por ciento, en comparación con un 10.4 por ciento entre los del grupo de los ingresos más altos, encontró el estudio. También tuvieron unas estadías hospitalarias más largas y una ventilación mecánica más invasiva.

Pero la cantidad de dinero que se gastó en su atención de la salud fue más baja: unos 26,503 dólares, frente a 30,540 dólares en el grupo con los mayores ingresos, informaron los investigadores.

Aunque era más probable que murieran, los pacientes pobres eran, en promedio, casi dos años más jóvenes que sus contrapartes ricas (63.5 frente a 65.7 años).

También era más probable que fueran mujeres, y que fueran negros, hispanos o amerindios. Algo más importante es que tenían más de una enfermedad o afección.

"Estaban más enfermos en primer lugar", apuntó Minhas. "Por ejemplo, estos pacientes tenían más enfermedad pulmonar crónica, más [hipertensión], más diabetes, más insuficiencia cardiaca, más abuso de alcohol/drogas/tabaco, y más antecedentes de un accidente cerebrovascular [ACV] anterior, en comparación con el otro grupo de pacientes. Es probable que este sea el factor más importante que pudieran pensar que es probable que contribuya a la disparidad".

Al mismo tiempo, estos pacientes con unos ingresos más bajos son menos propensos a tener un seguro de salud.

Estudios anteriores han mostrado que los factores sociales tienen un importante impacto en los resultados de la enfermedad. Los llamados determinantes sociales de la salud son "las condiciones de los ambientes donde las personas nacen, viven, aprenden, trabajan, juegan, asisten a servicios religiosos y envejecen", según el Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU. Pueden incluir cosas como la disponibilidad de una vivienda segura, el racismo, las oportunidades de trabajo, el acceso a los alimentos saludables, la calidad del aire y los ingresos.

Un estatus socioeconómico más bajo se ha vinculado con unos peores resultados clínicos en la enfermedad cardiaca, al igual que tener otras afecciones de la salud.

El Dr. Triston Smith, director médico del servicio cardiovascular del Sistema de Salud Trinity de Steubenville, Ohio, revisó los hallazgos.

"La primera impresión que tuve es que se trata de una inculpación pasmosa del sistema de atención de la salud que tenemos, en que existen estas desigualdades que crean situaciones de vida o muerte solo según los ingresos y el código postal de la persona", lamentó. "Pienso que esto tiene muchas dimensiones, pero en sentido literal, no se ve bien respecto a la forma en que proveemos atención a nuestros pacientes con un ataque cardiaco".

Es probable que varios factores contribuyan a estos resultados, apuntó Smith. Por un lado, los pacientes pobres tienden a ser desfavorecidos a lo largo de su vida debido a afecciones coexistentes, apuntó.

Incluso si los individuos en cada grupo tienen las mismas afecciones médicas, por ejemplo diabetes, los que son más pobres quizá no puedan permitirse los medicamentos para controlar la afección, comentó Smith.

"El otro problema que observé en esto y que fue muy preocupante para mí fue el costo de la atención que ofrecimos", dijo Smith. Aunque los pacientes más pobres tuvieron las tasas de mortalidad más altas, se gastó menos en su atención.

"Se trata de una paradoja que debemos investigar: ¿ponemos en peligro la atención de los pacientes en los grupos socioeconómicos más bajos al ofrecerles unas terapias menos efectivas?", preguntó Smith.

Los hallazgos se presentaron el miércoles en una reunión de la Sociedad de Angiografía e Intervenciones Cardiovasculares (Society of Cardiovascular Angiography and Interventions), en Atlanta. Un resumen del artículo se publicó antes en la revista Journal of the Society for Cardiovascular Angiography and Interventions.

Las investigaciones presentadas en las reuniones se consideran preliminares hasta que se publican en una revista revisada por profesionales.

Minhas, autor del estudio, apuntó que se necesitan iniciativas políticas y de salud pública para resolver el problema.

"Deben dirigirse a mitigar estas desigualdades, y unas intervenciones de salud pública enfocadas deben abordar las disparidades socioeconómicas", recomendó.

Además, la investigación debe explorar estas diferencias en el acceso a la atención.

"Debemos realizar más estudios poblacionales prospectivos con unos diseños de estudio más robustos, que nos ayuden a interrogar e investigar estos efectos de las disparidades socioeconómicas (como los ingresos y la educación y todas las demás cosas) en los resultados cardiovasculares", añadió Minhas.

Más información

La Asociación Americana del Corazón (American Heart Association) ofrece más información sobre los ataques cardiacos.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

FUENTES: Abdul Mannan Khan Minhas, MD, hospitalist, Hattiesburg Clinic Hospital Care Service, Hattiesburg, Miss.; Triston Smith, MD, medical director, cardiology, East Ohio Regional Hospital, Martins Ferry, Ohio; abstract only, Journal of the Society for Cardiovascular Angiography and Interventions, May 1, 2022; Society of Cardiovascular Angiography meeting, May 18, 2022

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