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La obesidad podría acelerar la discapacidad en la EM

MIÉRCOLES, 2 de noviembre de 2022 (HealthDay News) -- La obesidad nunca es saludable, y esto podría ser particularmente cierto para las personas que también desarrollan esclerosis múltiple (EM).

Las personas obesas que tienen EM son propensas a experimentar un rápido empeoramiento de la discapacidad vinculada con la enfermedad, señalaron unos investigadores alemanes, que dieron seguimiento a más de 1,000 pacientes en un nuevo estudio.

La obesidad podría acelerar la discapacidad en la EM

Sugirieron que perder peso podría ayudar a ralentizar la progresión de la enfermedad.

"Los hallazgos de este estudio plantean importantes preguntas sobre un IMC elevado (el IMC es el índice de masa corporal) en los mecanismos que provocan la discapacidad neurológica en la EM", comentó la Dra. Fiona Costello, profesora de neurología de la Facultad de Medicina Cumming de la Universidad de Calgary, en Canadá.

La obesidad se correlaciona con un riesgo más alto de desarrollar EM, apuntó. "Lo que no ha estado claro es cómo la obesidad se vincula con la gravedad de la enfermedad y la progresión de la discapacidad en los individuos con EM. Pero mucha literatura publicada ha mostrado que las asociaciones nocivas entre la enfermedad y la obesidad no son exclusivas de la EM".

La obesidad ya se ha vinculado con un aumento en el riesgo de enfermedad cardiaca y diabetes tipo 2, además del deterioro cognitivo y la demencia, comentó Costello, que no participó en el estudio.

Este estudio no puede probar que la obesidad acelere una mayor discapacidad en los pacientes con EM, solo que ambas cosas parecen estar conectadas, anotaron los investigadores.

Aun así, "es probable que alcanzar un peso normal beneficie a las personas con EM", planteó el Dr. Asaff Harel, director del centro de la esclerosis múltiple del Hospital Lenox Hill, en la ciudad de Nueva York. Harel no participó en la investigación.

La EM es una enfermedad autoinmune que afecta al sistema nervioso central. Puede provocar una discapacidad permanente e incluso la muerte, y no tiene cura. En general, los síntomas comienzan en la treintena o la cuarentena.

El equipo del estudio fue liderado por el Dr. Jan Lunemann, profesor de neurología de la Universidad de Münster. Los investigadores recolectaron los datos de 1,066 pacientes con EM remitente-recurrente que participaron en un estudio nacional alemán sobre la EM.

Cuando su EM se diagnosticó, un 15 por ciento de los pacientes eran obesos, lo que significa que tenían un IMC de a partir de 30. Casi un 7 por ciento también sufrían de diabetes tipo 2 o hipertensión, unas afecciones que se vinculan con la obesidad. Los investigadores revisaron los niveles de discapacidad de los participantes cada dos años, a lo largo de seis años.

Aunque los pacientes obesos no tuvieron una tasa más alta de recaídas ni más daño nervioso en el transcurso del estudio, tenían una mayor discapacidad en el momento del diagnóstico. Y sus niveles de discapacidad aumentaron con mayor rapidez que los de las personas que no eran obesas, encontraron los investigadores.

Los pacientes obesos alcanzaron un nivel más alto en la Escala ampliada del estatus de discapacidad en poco menos de 12 meses, en comparación con casi 18 meses entre los que no eran obesos. Los pacientes con obesidad también tenían más del doble de probabilidades de llegar a este nivel más alto de discapacidad en un plazo de seis años, independientemente de los medicamentos con que eran tratados, encontraron los investigadores.

Los pacientes que tenían sobrepeso, pero que no eran obesos, no se enfrentaban a un riesgo más alto de discapacidad. "Nuestro hallazgo de que la obesidad, pero no el sobrepeso, se asocia con un peor resultado en los pacientes con EM sugiere un efecto de umbral de la masa corporal en la acumulación de la discapacidad en la EM", escribieron los investigadores.

"Estos datos sugieren que la gestión dedicada de la obesidad se debería explorar, debido a su mérito potencial de mejorar los resultados clínicos a largo plazo de los pacientes diagnosticados con EM", añadieron.

Se debe explorar la gestión del peso como un factor de riesgo potencialmente modificable de progresión de la discapacidad en los pacientes con EM, planteó Costello.

"Parece lógico que cualquier individuo, con o sin EM, que se esfuerce por llegar al mejor IMC posible beneficie a su salud general, sobre todo dado que la discapacidad motora y el deterioro cognitivo, que se asocian con la obesidad de forma independiente, son problemas para las personas que viven con EM", enfatizó.

Las conversaciones entre los proveedores de atención de la salud y los pacientes con EM sobre el peso corporal se deben abordar con un reconocimiento honesto sobre lo que sabemos y lo que no sabemos sobre las muchas implicaciones de la obesidad, apuntó Costello.

Además, "las conversaciones centradas en los pacientes se deben gestionar con sensibilidad, siendo consciente de que las percepciones sobre la imagen corporal son una parte importante de la salud y el bienestar", añadió.

Harel dijo que varios estudios han mostrado que la obesidad es un factor de riesgo del desarrollo de EM, y algunos han sugerido que la obesidad se asocia con unos peores resultados de la EM.

"No comprendemos precisamente la fisiopatología de esto", apuntó. "El tratamiento de la EM no es exclusivamente sobre los agentes que modifican a la enfermedad. Hay que adoptar una perspectiva holística, ya que es probable que el ejercicio regular, una dieta saludable y un sueño adecuado afecten a la gravedad de la EM".

El informe se publicó en la edición en línea del 1 de noviembre de la revista Journal of Neurology, Neurosurgery & Psychiatry.

Más información

Aprenda más sobre la esclerosis múltiple en el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares de EE. UU.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

FUENTES: Fiona Costello, MD, professor, neurology, Cumming School of Medicine, University of Calgary, Alberta, Canada; Asaff Harel, MD, director, multiple sclerosis center, Lenox Hill Hospital, New York City; Journal of Neurology, Neurosurgery & Psychiatry, Nov. 1, 2022, online

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