En China las personas tienen menos problemas de hipertensión que en otras regiones del mundo. A los científicos de ese país les llamó la atención este dato y decidieron estudiar las razones.
Al hacerlo, descubrieron que mucha gente sazona sus platillos típicos con condimentos picantes, y justamente, esas eran las personas que tenían una presión arterial más baja que el resto, según el estudio.
Pero ¿cuál es la razón? Al utilizar picantes consumían menos sal. El disfrute de los alimentos picantes redujo significativamente la preferencia de una persona por la sal y su posterior consumo, y se modificó el gusto por lo salado a nivel cerebral, dijo el autor principal, Dr. Zhiming Zhu, profesor de medicina cardiovascular de la Tercera Universidad Médica Militar de Chongqing, China.
Impacto del paladar en la salud
Se reclutaron a 600 adultos y éstos se dividieron en tres grupos: baja, media y alta preferencia por lo picante, según cuán bien podrían tolerar una solución llamada capsaicina, que es el compuesto productor de calor que se encuentra en los chiles picantes.
Los investigadores descubrieron que cuanto más decían que disfrutaban de los sabores picosos, más sensibles eran a la salinidad y menor era su umbral para considerar algo demasiado salado. Ésta podría ser la razón por la cual los amantes de los sabores picantes tendían a consumir menos sal -alrededor de 2.5 gramos menos por día en promedio- y tenían una presión arterial más baja que las personas a las que no les gustaban estos sabores, según encontró el estudio.
Las personas con una alta preferencia por la comida picante tenían presión arterial sistólica en un promedio de 8 mm Hg menor y su presión diastólica se redujo en un promedio de 5 mm Hg, en comparación con las personas con una baja preferencia por lo picante.
Los resultados mostraron que las áreas del cerebro estimuladas por sal y lo picante se superponen, y por eso la comida picante puede engañar al cerebro y éste percibe que esa persona está comiendo un alimento salado, dijo Zhu a Live Science. Lo picante hace que una persona perciba un nivel más alto de sal, incluso cuando se consume una cantidad reducida, dijo Zhu.
Los hallazgos, que se publicaron el 31 de octubre en Hypertension, podrían tener implicaciones importantes para la salud cardíaca, porque a pesar de los esfuerzos actuales por reducir la presión arterial alta disminuyendo la cantidad de sal en la cocina, en la mesa y en los alimentos preparados, no se ha reducido mucho la ingesta de sal en las personas, dijeron los investigadores. Es por eso que se necesita un enfoque nuevo o diferente.
Si una persona puede tolerar el picor, consumir más alimentos picantes en forma de chiles o aumentar gradualmente las especias picantes en la cocina, puede tener beneficios para la salud, dijo Zhu. Y los hará menos dependientes de la sal, lo cual es un gran avance.
Los estadounidenses y la sal
Los estadounidenses consumen demasiado sodio, comúnmente en forma de sal, proveniente de los alimentos procesados, preparados y de la comida de los restaurantes. Un alto consumo de sodio eleva la presión arterial, un factor de riesgo importante de las enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares (ACV), primera y tercera causa de muerte en el país respectivamente.
Cuando se reduce el consumo de sal, la presión arterial comienza a disminuir en la mayoría de las personas a los pocos días y semanas. Las poblaciones con dietas bajas en sal no experimentan el aumento de presión arterial con el paso de los años en comparación con lo que sucede en la mayoría de los países occidentales, según informan los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
La dosis recomendada es de 1,500 mg de sodio por día como el nivel de consumo adecuado para la mayoría de los estadounidenses activos y se aconseja a todas las personas limitar el consumo de sodio a menos de 2,300 mg por día, el máximo nivel aceptable (aproximadamente 1 cucharadita de sal de mesa).