Tener la presión arterial elevada pone a las personas en riesgo de un ataque al corazón o un accidente cerebrovascular (o ataque cerebral).
En todo el mundo, hay millones de personas hipertensas, y en EE.UU. afecta a alrededor de 80 millones de personas (un 33% de la población) pero lo peligroso es que 16 millones ni siquiera saben que tienen esta enfermedad, informa la Asociación Americana del Corazón (AHA por su sigla en inglés).
A la hipertensión se le llama “el asesino silencioso” porque en la mayoría de los casos, no presenta síntomas: la única forma de detectar el problema es tomarse la presión arterial.
¿Cómo bajarla y evitar las consecuencias? Si bien hay medicamentos que pueden reducirla, los cambios en el estilo de vida son el primer paso para bajar la presión arterial, de acuerdo con la “Guía de hipertensión de la American College of Cardiology/American Heart Association de 2017”.
En un nuevo estudio recién presentado en la Joint Hypertension 2018 Scientific Sessions de la American Heart Association, los hombres y mujeres con presión arterial alta, lograron bajarla sin la necesidad de medicamentos antihipertensivos dentro de las 16 semanas después de realizar cambios en el estilo de vida.
"Las modificaciones del estilo de vida, que incluyen una alimentación más saludable y ejercicio regular, pueden disminuir en gran medida la cantidad de pacientes que necesitan medicamentos para reducir la presión arterial", particularmente en personas con una presión sanguínea entre 130 y 160 mmHg sistólica y entre 80 y 99. mmHg diastólica", dijo el autor del estudio, Alan Hinderliter, de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, EE.UU.
Cómo se hizo el estudio
Los investigadores estudiaron a 129 hombres y mujeres con sobrepeso u obesidad entre las edades de 40 y 80 años que tenían presión arterial alta (130-160/80-99 mmHg) pero que no tomaban medicamentos para controlarla. Más de la mitad fueron candidatos para recibir medicación antihipertensiva al inicio del estudio.
Los investigadores formaron tres grupos. Los primeros cambiaron el contenido de sus dietas y participaron en un programa de control de peso que incluyó asesoramiento y ejercicio 3 veces por semana. Ellos adoptaron la dieta DASH, un enfoque nutricional efectivo para disminuir la presión arterial, que se basa en frutas, verduras y lácteos bajos en grasa, mientras que minimiza el consumo de carnes rojas, sal y dulces.
Los participantes del segundo grupo cambiaron solo la dieta, centrándose en la dieta DASH con la ayuda de un nutricionista. Y el tercer grupo no modificó su ejercicio ni sus hábitos alimenticios. Los investigadores encontraron que:
- Los que comieron la dieta DASH y participaron en el grupo de control de peso perdieron un promedio de 19 libras y redujeron la presión arterial en un promedio de 16 mmHg sistólica y 10 mmHg diastólica a las 16 semanas, mientras que aquéllos que siguieron sólo el plan de alimentación DASH sin ejercicio, disminuyeron su presión en un promedio de 11 sistólica/8 diastólica mmHg.
- Los que no cambiaron su dieta no se beneficiaron con una reducción de la presión arterial.
- Al final del estudio, solo el 15% de los que habían cambiado tanto su dieta como sus hábitos de ejercicio, necesitaron medicamentos antihipertensivos, en comparación con el 23% en el grupo que sólo cambió su dieta. Sin embargo, no hubo cambios entre quienes no cambiaron su dieta o sus hábitos de ejercicio: casi el 50% siguió cumpliendo los criterios para el tratamiento con medicamentos.
¿Cuáles son los síntomas de hipertensión?
La mayoría de las personas que sufren de hipertensión no presentan síntomas. En algunos casos, pueden sentirse palpitaciones en la cabeza o el pecho, mareos y otros síntomas físicos. Cuando no hay síntomas de advertencia, la enfermedad puede pasar desapercibida durante muchos años, por eso es importante controlarla regularmente y consultar al médico si esos niveles son adecuados.
La hipertensión puede afectar a la salud de cuatro formas, según el Instituto del Corazón de Texas
1. Endurecimiento de las arterias. La presión en el interior de las arterias puede engrosar los músculos que recubren la pared arterial y estrechar las arterias. Si un coágulo de sangre obstruye el flujo sanguíneo, puede producirse un ataque al corazón o un accidente cerebrovascular (ACV).
2. Agrandamiento del corazón. La presión arterial alta hace trabajar más al corazón. Al igual que cualquier otro músculo del cuerpo que se someta a exceso de ejercicio, el corazón aumenta de tamaño para poder realizar el trabajo adicional. Cuanto más grande sea el corazón, más sangre rica en oxígeno necesitará, pero menos podrá mantener una circulación adecuada. La persona afectada se sentirá débil y cansada, y no podrá hacer ejercicio ni realizar actividades físicas. Sin tratamiento, la insuficiencia cardíaca seguirá empeorando.
3. Daño renal. La presión arterial alta prolongada puede lesionar los riñones si el flujo sanguíneo de estos órganos se ve afectado.
4. Daño ocular. En los diabéticos, la hipertensión puede generar rupturas en los pequeños capilares de la retina del ojo, ocasionando derrames. Este problema se denomina “retinopatía” y puede causar ceguera.
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