Esta planta de la familia de las arvejas, ha sido común en las dietas asiáticas durante 5,000 años. Pero desde hace unas décadas forma parte de la dieta occidental moderna y su potencial nutriente y sus amplios beneficios para la salud son muy valorados.
La calidad de la proteína de la soya es igual a la proteína proveniente de los alimentos de origen animal. Además, tiene altos niveles de grasas poliinsaturadas, fibra, minerales, vitaminas y bajo contenido de grasa saturada.
Los alimentos con mayor contenido de soya, por orden de mayor a menor son: aislado de proteína de soya (agregado a muchos productos alimenticios a base de soya, como salchichas de desayuno de soya o hamburguesas de soya), harina de soya, Tempeh, semilla de soya entera, tofu y leche de soya.
Los expertos recomiendan consumir la soya integral en productos como el tofu, leche de soya y edamame, en lugar de la soya procesada que se encuentra en muchos productos de refrigerios.
Además de sus usos alimentarios, la soja está disponible en suplementos dietéticos, en tabletas, cápsulas y polvos. Los suplementos de soya pueden contener proteína de soja, isoflavonas (compuestos que tienen efectos en el cuerpo similares a los de la hormona femenina estrógeno) u otros componentes de la soya.
Qué puede prevenir o curar la soya
El colesterol: consumir proteína de soja en lugar de otras proteínas puede reducir los niveles de colesterol LDL ("malo") en una pequeña medida. Muchos estudios científicos apoyan esta afirmación.
Enfermedades cardíacas: la Administración de Drogas y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos coincide en que 25 gr por día de proteína de soya puede reducir el riesgo de una cardiopatía.
En la menopausia: los suplementos de isoflavonas de soya pueden ayudar a reducir la frecuencia y la gravedad de los sofocos menopáusicos, pero el efecto puede ser pequeño. No está claro si los suplementos de soya pueden aliviar los problemas cognitivos asociados con la menopausia.
Hipertensión: las dietas que contienen proteína de soja pueden reducir levemente la presión arterial.
Infertilidad: un estudio de 2016 de la Universidad de Harvard, en EE.UU. halló que el consumo frecuente de soya puede contrarrestar los efectos negativos del bisfenol A (BPA) un producto químico utilizado en la fabricación de múltiples envases, que causa infertilidad en las mujeres.
Cáncer: las isoflavonas que se encuentran naturalmente en productos de la soya pueden desempeñar una función en la prevención de algunos tipos de cáncer relacionados con las hormonas.
Consumir una dieta que incluya una cantidad moderada de soya antes de alcanzar la adultez puede reducir el riesgo de cáncer de mama y de ovario en mujeres. Sin embargo, el consumo de soya en mujeres que han pasado la menopausia o que ya tienen cáncer aún no está clara. No se recomienda utilizar suplementos de isoflavona para prevenir o tratar el cáncer.
Fuentes: Centro Nacional de Salud Complementaria e Integrativa (NCCIH), Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU.
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