El “padre de la criatura” fue Alberto “Beto” Pérez, un instructor de acondicionamiento físico colombiano que un día olvidó llevar la música que usaba habitualmente a una de sus clases. Entonces, decidió improvisar con unas cintas que tenía en su mochila, la salsa y el merengue que le gustaba escuchar a él. Con sorpresa comprobó que sus alumnas no dejaban de sonreír mientras lo seguían al ritmo de la música de su infancia. Así, por azar nació este programa que ya contagió a más de 12 millones de personas en más de 125 países.
Este programa de entrenamiento enamoró a famosas como Kirstie Alley y Jennifer López, que son “zumberas apasionadas”.
El zumba también ayuda a bajar de peso, como revelan Youlanda Marshall, y Wendy Mc Conkey, ambas maestras y con un pasado de obesidad severa. El Zumba Dance fue un disparador para ejercitar y mejorar su estado físico. “¡Hoy puedo bailar una canción entera sin cansarme!” coinciden aún sin conocerse.
¿Cómo es una clase de Zumba? Se trata de seguir diversas coreografías al ritmo de música latina como salsa y merengue, y se llegan a perder 414 calorías por hora, aunque hay quienes aseguran que se pueden quemar muchas más con una clase intensa. La alegría del movimiento se exacerba con la indumentaria colorida que caracteriza al zumba: turquesa, naranja, fucsia. Colores vibrantes como el ejercicio que propone.
Lo más importante a la hora de hacer este tipo de actividad es el calzado, ya que hace falta proteger las articulaciones sin entorpecer los movimientos. Mónica Defortuna, de Zumba Fitness, sugiere un calzado con suela de goma EVA y cordones, que permite el máximo de confort y movilidad. Para poder seguir una clase sin inconvenientes y evitar lesiones hay que asegurarse de:
- Amortiguar los impactos
Una clase de Zumba combina varios movimientos que incluyen algunos saltos, y por eso es importante que el calzado pueda absorber los impactos. Sin este recaudo, es inevitable sentir luego dolores en la columna y las articulaciones inferiores. El calzado elegido debe proveer la amortiguación necesaria, que se concentra especialmente en la zona de los talones. La única salvedad es que un talón demasiado alto y acolchado resulta siendo un calzado muy aparatoso que dificulta moverse con soltura. (Imagen: Bloch Boost)
- Girar o desplazarse con facilidad
La superficie de los salones de baile o de Zumba en particular suelen ser de madera, lisos y regulares, que facilitan las coreografías. Los pasos incluyen giros y desplazamientos, y para facilitar la actividad hay suelas con “zonas de giro”. Se trata de círculos concéntricos que favorecen el movimiento, y se ubican en la zona del talón y la parte lateral interna del pie. (Imagen: Zumba.com)
- Tener cierta adherencia al piso
Como la superficie de baile es lisa, la suela debe tener cierta trama para facilitar la adherencia y no resbalar al hacer los pasos. Pero esta no debe ser muy exagerada como la que se utiliza al hacer actividades al aire libre en terrenos irregulares. Si esto pasara, se corre el riesgo de quedarse “pegada” al piso durante un paso, y provocar alguna torsión que termine afectando los tobillos o rodillas.
- Moverse con libertad
Al bailar, los movimientos deben ser sueltos y libres, por eso el calzado debe ser liviano y perfectamente ajustado al pie mediante cordones. Es ideal que tenga una suela de goma flexible y una cubierta de material liviano de buena calidad, ya sea cuero natural, cuero sintético o alguna tela que facilite la ventilación del pie. (Imagen: Ryka Studio)
Foto principal: Zumba.com