No subestimes las altas temperaturas: sufrir un golpe de calor puede ser tan peligroso que puedes terminar en la sala de urgencias de un hospital. Lo ideal es que aprendas a identificarlo, conozcas sus riesgos y tomes las medidas necesarias para cuidar tu salud.
La Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos dice que los golpes de calor son parte de las llamadas hipertermias, que son enfermedades causadas por las altas temperaturas. Ocurren como consecuencia de la exposición prolongada al calor o de realizar esfuerzo físico en estas condiciones climáticas. Suponen una amenaza para la vida, ya que la temperatura de tu cuerpo puede subir por encima de los 106° F (41.1°C) en minutos.
Son la forma más grave de lesión por calor y se hacen más frecuentes en los meses de verano. Dolor de cabeza y la piel caliente y enrojecida son de sus primeras señales, así como el pulso rápido y fuerte, mareos, náuseas, confusión y hasta puedes perder el conocimiento.
Cuando el cuerpo experimenta estos síntomas, es necesario buscar ayuda médica de inmediato: según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), los golpes de calor se consideran una emergencia médica y las personas con enfermedades crónicas, ancianos, niños y bebés son los más susceptibles.
Si tu o la persona afectada no se tratan a tiempo, la afección puede dañar rápidamente el cerebro, el corazón, los riñones y los músculos. Mientras más se retrase el tratamiento, peores serán los daños y aumentará el riesgo de sufrir complicaciones graves o la muerte.
Cómo lo prevenimos
Puedes reducir el riesgo de tener un golpe de calor y de otras enfermedades causadas por la exposición a las altas temperaturas tomando precauciones. La Clínica Mayo recomienda algunas acciones que pueden ayudar a bajar la temperatura corporal:
- Procura estar a la sombra o en un lugar con aire acondicionado. Si no tienes aire en tu hogar, resguárdate en espacios como centros comerciales, cines o bibliotecas públicas.
- Refréscate cubriéndote con sábanas húmedas y un ventilador (dirige aire hacia tí).
- Toma duchas o baños fríos. Si estás al aire libre, remojarte en un estanque, arroyo o alberca puede ayudar a bajar la temperatura.
- Hidrátate bien bebiendo mucha agua (esta no debe estar excesivamente fría). Y no tomes bebidas azucaradas o alcohólicas.
Si a pesar de las medidas notas signos de la enfermedad, hay que tratar de bajar la temperatura corporal para impedir que siga avanzando. Ve a la sombra o a un ambiente cerrado, quítate el exceso de ropa, métete en una bañera con agua fría o en una ducha fresca, hasta rociarte con una manguera de jardín puede ayudar. También puedes ponerte compresas de hielo o toallas húmedas y frías sobre la cabeza, el cuello, las axilas y la ingle.
Si los síntomas persisten y crees que tú o alguien más puede estar sufriendo un golpe de calor, busca ayuda médica de inmediato llamando al número de emergencias locales. Una vez que el golpe de calor se desata, el tratamiento en el hogar no es suficiente.
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