“Sin gluten”, las etiquetas ya no mienten

Hasta ahora, los alimentos libres de gluten o sin gluten no estaban regulados en forma precisa, y cada fabricante tomaba sus propias decisiones al momento de informar sobre el contenido de esta sustancia. Como resultado de esta práctica, muchas personas con enfermedad celíaca se veían afectadas, ya que no conocían exactamente el contenido de lo que estaban consumiendo, con los consiguientes problemas que impactaban en su salud.

El gluten es una proteína presente en las harinas de trigo, cebada y centeno, o en cualquiera de sus variedades híbridas. Otorga elasticidad a la masa de harina y ayuda a que sea más elástica y esponjosa pero no es indispensable para el ser humano y puede ser sustituido sin consecuencias por otras proteínas. En el enfermo celíaco, la presencia de gluten modifica el sistema inmunológico y daña la mucosa del intestino delgado, impidiendo la correcta absorción de nutrientes.

“Sin gluten”, las etiquetas ya no mienten
| Foto: THINKSTOCK

Para evitar situaciones como la descripta, el 2 de agosto de 2013 la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. (FDA) emitió un comunicado para definir claramente qué implica que un alimento sea libre de gluten. Y para regular y unificar conceptos, la entidad otorgó un año de plazo para que los fabricantes puedan modificar sus procesos de producción y el diseño de sus embalajes, para poder cumplir con las especificaciones. 

Vencido el plazo de la agencia, desde ahora la nueva disposición será de especial importancia, tanto para las personas con enfermedad celíaca como para los que no pueden absorber bien los nutrientes presentes en los granos de trigo, centeno y cebada. Hasta ahora las etiquetas indicaban la presencia de trigo, pero el centeno y la cebada solían quedar como ingredientes ocultos. 

La regulación de la FDA indica que todo producto etiquetado como libre de gluten o sin gluten o gluten free debe contener menos de 20 partes de gluten por millón. Esta cantidad está reconocida por la comunidad médica, que asegura que no puede enfermar a un enfermo celiaco.

Las normas indican que las compañías no podrán etiquetar a un producto como libre de gluten si ha sido expuesto a contaminación cruzada con otros productos elaborados en el mismo establecimiento. Sin embargo, por el momento las reglas no aplican para restaurantes, aunque la FDA aconseja tratar de tenerlo en cuenta. 

En EE.UU. la enfermedad celíaca afecta a más de 3 millones de personas que podrían manejar su enfermedad con solo seguir una dieta libre de gluten. En ellos, su consumo puede causar dolor abdominal, constipación y diarrea y suele presentar alteraciones como baja de peso, fatiga, alergia y problemas médicos a largo plazo como baja estatura, osteoporosis, cáncer de intestino delgado, infertilidad y riesgos de aborto, entre otros

El diagnóstico lo realiza un médico tras algunos análisis clínicos, y es mucho más severa que la intolerancia al gluten que en ocasiones es auto diagnosticada por muchas personas que afirman sentirse mucho mejor al eliminarlo de su dieta. Hace 10 años muchos no sabían de la existencia de la enfermedad celíaca, pero la concientización ha crecido en forma exponencial en los últimos tiempos, y también la oferta de la industria alimentaria para personas con esta condición.

Más para leer: 

Comparte tu opinión