La migraña es una de las cefaleas (dolores de cabeza) que origina mayor número de visitas a la consulta del médico. El 15% de la población la sufre de forma recurrente y puede llegar a ser una pesadilla para quien la padece.
No solo es muy dolorosa (hay quienes lo comparan con un taladro en las sienes) sino frustrante, pues ni los antiinflamatorios o analgésicos más poderosos logran aminorar el tormento de las punzadas que, muchas veces viene acompañado de náuseas, debilidad, trastornos visuales y sensibilidad al ruido y la luz.
Se calcula que, en Estados Unidos, afecta a 37 millones de personas y los especialistas la consideran una enfermedad sistémica, no solo un dolor de cabeza.
Muchos pacientes reportan como una suerte de taladro palpitante en un solo lado de la cabeza, otros presentan náuseas, vómitos, sensibilidad a la luz, al sonido, síntomas que pueden persistir después de que el dolor desaparece, y aparecer hasta 24 horas antes de que el dolor se manifieste, según han determinado investigaciones recientes.
En efecto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) la reconoció como una enfermedad altamente incapacitante para la que, hasta ahora, solo se podía ofrecer tratamiento para aliviar los episodios de la dolencia.
Las investigaciones también han adelantado que existe una variedad de subtipos de migraña con síntomas que incluyen debilidad, entumecimiento, cambios o pérdidas visuales, vértigo y dificultad para hablar (algunos pacientes parece que estuvieran teniendo un accidente cerebrovascular).
La discapacidad resultante de esta afección crónica es tremenda, ya que ocasiona días perdidos de trabajo y pérdida de la capacidad para unirse a actividades familiares.
Hasta la fecha, muchos de los medicamentos disponibles para las migrañas se han desarrollado, principalmente, para otras causas: convulsiones, depresión, presión arterial alta y espasmos musculares, por ejemplo.
De allí que los investigadores hayan trabajado durante décadas para desarrollar una terapia preventiva "específica" para la migraña, y ahora finalmente parece que se está cerca de tener un tratamiento nuevo y efectivo.
Inyecciones, una vez al mes
Investigadores del King’s College de Londres confían en que los tratamientos son esperanzadores para el 15 por ciento de la población que sufre de cefaleas intensas.
Científicos de esa universidad desarrollaron un par de terapias que usan anticuerpos para bloquear la acción de una vía neuronal llamada CGRP, que es la molécula que producen los pacientes que sufren de migrañas y que está relacionada con el dolor y la sensibilidad a la luz y el ruido.
El erenumab y el fremanezumab son unas formas de inmunoterapia que se administran una vez al mes mediante inyección. Los resultados de los ensayos con los fármacos han demostrado que reducen la intensidad y frecuencia de las crisis de la migraña a la mitad.
Según aseguran los expertos, en 20 años este ha sido el primer tratamiento que ha resultado efectivo diseñado para reducir los dolores de cabeza.
Muchos pacientes crónicos usan tratamientos para la epilepsia o enfermedades del corazón como forma de reducir las cefaleas. Sin embargo, estos suelen tener muchos efectos secundarios y poca efectividad.
Para probar los efectos del erenumab, los científicos trataron a 955 pacientes con migrañas episódicas que sumaban en promedio ocho días al mes.
Luego de haber sido inyectados con el anticuerpo, el 50 por ciento de ellos redujo a la mitad los síntomas y dijo sentirse mejor.
“Es importantísimo porque nos da la oportunidad de avanzar más en la compresión de la enfermedad y en diseñar un tratamiento que la combata.
También reduce la frecuencia y la severidad de los dolores de cabeza. Los pacientes podrán tener una vida normal de nuevo", aseguró para Peter Goadsby, líder de la investigación.
Por su parte, el fremanezumab, fue probado en 1.130 pacientes con migraña crónica: 376 tomaron el tratamiento de forma trimestral, 379 mensual y a 375 se les suministró un placebo.
En el 38 por ciento que lo tomaron cada tres meses, los episodios se redujeron a la mitad; el 41 por ciento de quienes lo tomaron una vez al mes demostró mejoría, así también el 18 por ciento tratado con el placebo.
Otros resultados de los ensayos clínicos, publicados en el New England Journal of Medicine, mostraron que en la mayoría no se presentaron mayores efectos secundarios, solo una pequeña molestia en el lugar de la aplicación.
Pero cinco pacientes que tomaron el fremanezumab en cada grupo y tres que tomaron el placebo, registraron problemas en la función hepática.
Por esta razón, los investigadores advirtieron que se deben estudiar con más profundidad los efectos a largo plazo de las terapias, su eficacia, para quién sirve y su precio, pues las inmunoterapias suelen ser muy costosas.
Cuatro compañías farmacéuticas diferentes están desarrollando estas nuevas moléculas, con dos versiones ya enviadas a la FDA para su aprobación.
Investigar antes
Si crees que puedes ser candidato para este nuevo tipo de medicamento para la migraña, lo más recomendable es hablar con tu médico y tal vez solicitar una consulta con un neurólogo o especialista en dolor de cabeza que te ayude a comprender mejor el tratamiento.
La terapia con anticuerpos monoclonales es costosa, y es necesario investigar mucho más sobre quién es el mejor candidato para esta terapia.
Pero para muchos pacientes con migraña que no han respondido a los tratamientos estándar o que han tenido efectos secundarios intolerables como disfunción cognitiva, presión arterial baja, pérdida o ganancia de peso u otros problemas, los anticuerpos monoclonales CGRP son seguros y se toleran bien.
Más común en las mujeres
La migraña es un trastorno neurológico que provoca severos dolores de cabeza, acompañados de náuseas, vómito, vértigo, problemas visuales, hormigueo en la cara.
Resulta incapacitante pues la luz y los sonidos aseveran los síntomas. La migraña genera ataques que pueden durar entre 4 y 72 horas y es tres veces más común en mujeres que en hombres.
La enfermedad tiene diferentes orígenes y un alto porcentaje de los pacientes puede ver las crisis relacionadas a factores ambientales como una alimentación inadecuada, falta de horas de descanso, cambios hormonales, hábitos de vida insanos y causas psicológicas como la ansiedad, el estrés o la depresión.
Para mejorar los síntomas e incluso prevenirlos, se recomienda seguir el tratamiento indicado durante las crisis, pero acompañarlo con un estilo de vida saludable que incluya dormir más, realizar actividad física, tener horarios de alimentación, evitar comidas irritantes como las bebidas oscuras, alimentos a base de soja y carnes procesadas, así como evitar situaciones estresantes.