Cómo aliviar los síntomas de la fibromialgia

La fibromialgia es una enfermedad crónica que se caracteriza por el dolor musculoesquelético generalizado y una importante hipersensibilidad en ciertas áreas del cuerpo.

Se calcula que afecta entre 2 y 6% de la población global, aunque también se estima que el 90% de las personas que la padecen no reciben un diagnóstico por desconocimiento personal o profesional. Aquí repasamos cuáles son sus síntomas y qué tratamientos existen.

La fibromialgia puede causar dolor y sensibilidad en las articulaciones, músculos, tendones y otros tejidos blandos. | Foto: GETTY IMAGES

Puntos clave

  • La fibromialgia es una anomalía en la percepción del dolor, de manera que se perciben como dolorosos, estímulos que habitualmente no lo son.
  • Además del dolor, la fibromialgia también puede causar otros síntomas, como cansancio, trastornos del sueño, y, en menor medida, ansiedad o depresión.
  • No tiene una cura definitiva, por eso se recurre a diferentes tratamientos con el objetivo de aliviar el dolor y tratar los síntomas que la acompañan.

La fibromialgia, que significa dolor en los músculos, es un síndrome que se caracteriza por producir un dolor prolongado en todo el cuerpo y sensibilidad en las articulaciones, músculos, tendones y otros tejidos blandos.

Por este motivo, es común que cuando los pacientes buscan ayuda con un médico señalen que les duele todo el cuerpo o que sienten una profunda quemazón.

La fibromialgia consiste en una anomalía en la percepción del dolor, de manera que se perciben como dolorosos, estímulos que habitualmente no lo son, según informa la Fundación Española de Reumatología (FER).

Además, puede ocasionar rigidez generalizada, sobre todo al levantarse por las mañanas, y sensación de inflamación mal delimitada en manos y pies. También pueden notarse hormigueos que afectan, sobre todo, las manos.

Si la fibromialgia afecta tus articulaciones, puedes recurrir a estos consejos. | Foto: HolaDoctor

Además del dolor, la fibromialgia ocasiona otros síntomas: el 90% de los pacientes tienen cansancio, entre el 70 y 80% trastornos del sueño y hasta un 25% ansiedad o depresión.

Se observa generalmente en personas de entre 20 y 50 años, y actualmente se desconoce qué la causa.

Sin embargo, existen muchos factores implicados, desde infecciones bacterianas o virales, accidentes físicos, o como producto de otras enfermedades, como la artritis o el lupus.

En EE. UU. y México afecta al 2% de la población y aunque anteriormente se podía diagnosticar a partir de examinar 18 puntos específicos del cuerpo (que se encuentran alrededor de la columna vertebral, dorsolumbar, cuello, codos, rodillas y caderas), ahora los profesionales pueden recurrir a nuevos análisis:

  • Análisis de anticuerpos antipéptidos citrulinados cíclicos.
  • Análisis de la función tiroidea.
  • Anticuerpos reumatoideos.
  • Hemograma completo.
  • Velocidad de eritrosedimentación.

Si bien estas pruebas no confirman directamente la fibromialgia, los médicos pueden utilizarlas para descartar otras enfermedades con síntomas similares.

Tratamientos

La fibromialgia no tiene una cura definitiva, por eso se recurre a diferentes tratamientos con el objetivo de aliviar el dolor y tratar los síntomas que la acompañan. Los expertos recomiendan diferentes opciones según cuál sea el factor que más afecte al paciente:

Para los dolores

Los profesionales recomiendan analgésicos de venta bajo receta, como tramadol (Ultram). También se puede recurrir a otros de venta libre, como paracetamol (Tylenol y otros), ibuprofeno (Advil, Motrin IB u otros) y naproxeno sódico (Aleve).

No se aconseja el uso de narcóticos debido a que pueden generar dependencia, y, con el tiempo, empeorar aún más el dolor.

Otra opción son los medicamentos anticonvulsivos. Por ejemplo, la pregabalina (Lyrica) fue el primer medicamento aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) para el tratamiento de la fibromialgia. Mientras que otros como la gabapentina (Neurontin), también se mostraron beneficiosos para tratar sus síntomas.

Finalmente, puedes recurrir a un fisioterapeuta para que te enseñe ejercicios para mejorar la flexibilidad, fuerza y resistencia. Muchos de ellos te ayudarán a aliviar los dolores de forma natural.

Para la depresión

Si la fibromialgia desencadena episodios depresivos o que afecten la salud anímica, los profesionales pueden optar por ciertos antidepresivos, como duloxetina (Cymbalta) o milnaciprán (Savella), para disminuir el dolor y la fatiga.

También pueden recetarte amitriptilina o el relajante muscular ciclobenzaprina, con el objetivo de lograr un mejor sueño.

Otras opciones incluyen la terapia ocupacional, técnica mediante la cual se busca reducir el estrés a partir de realizar ajustes en el entorno de trabajo o en la forma en la que se realizan ciertas tareas, o el asesoramiento psicológico.

Este último puede ayudar a fortalecer la confianza en las habilidades propias y ofrecer estrategias para lidiar con las situaciones estresantes.

Para el cansancio

Un sueño reparador es fundamental para prevenir la aparición de la fibromialgia. Para ello, debes evitar consumir sustancias y bebidas estimulantes, las temperaturas extremas y los ruidos y luces, especialmente en tu habitación.

Muchos expertos advierten que la cama no debe ser excesivamente blanda ni excesivamente dura, y en lo posible ser acompañada por una almohada baja.

También puedes adoptar los siguientes ejercicios para no tener problemas por las noches:

Opciones naturales

Otras alternativas que comienzan a ganar terreno en el tratamiento de los dolores son aquellas relacionadas a la fitoterapia o utilización de las plantas medicinales.

Según las últimas estadísticas, casi el 80% de la población recurre a remedios herbolarios, siendo los más comunes para la fibromialgia las infusiones de tilo, sauce, hipérico, valeriana, o pasiflora.

Para recordar:

Hasta contar con evidencia científica significativa proveniente de ensayos en humanos, las personas interesadas en utilizar terapias a base de hierbas y suplementos deben tener mucho cuidado.

No abandones ni modifiques tus medicamentos o tratamientos, antes habla con el doctor sobre los potenciales efectos de las terapias alternativas o complementarias.

Recuerda, las propiedades medicinales de las hierbas y suplementos también pueden interactuar con los fármacos recetados, con otras hierbas y suplementos, e incluso alterar tu dieta.

Fuentes consultadas: Base Exhaustiva de Datos de Medicamentos Naturales, Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Clínica Mayo, Instituto Nacional de Medicina Complementaria y Alternativa.