Existe el mito de que algunos antitranspirantes y desodorantes podrían provocar el desarrollo de cáncer de seno. Se lo atribuye a ciertos ingredientes activos que contienen, que al ser aplicados con frecuencia en la zona de las axilas, tan cercana a los senos, podrían ser absorbidas por la piel. También podrían entrar al cuerpo a través de las lesiones que se producen muchas veces al rasurarse el vello axilar.
A pesar de esta creencia popular, el Instituto Nacional del Cáncer, dependiente de los Institutos Nacionales de la Salud de EE.UU. informa que los investigadores no han hallado hasta ahora ninguna evidencia científica que compruebe esta suposición. Tampoco la tiene la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA) que regula este tipo de cosméticos.
El ingrediente activo de los antitranspirantes son los compuestos de aluminio, que cubren en forma temporal los conductos del sudor, e impiden que éste emane hasta la superficie de la piel. Algunos científicos sugirieron que esta sustancia podría fomentar el crecimiento de las células que desarrollan cáncer de seno.
Otro elemento cuestionado son los parabenos, un tipo de preservante utilizado en estos cosméticos, que en algunas investigaciones demostró cierto riesgo, no del todo comprobado como para relacionarlo directamente con el cáncer. De todos modos, las marcas principales de EE.UU. ya no los utiliza, y su presencia se puede verificar en la etiqueta de ingredientes del producto.
El Instituto Nacional del Cáncer aconseja que si alguna persona está preocupada por el riesgo de cáncer de seno, hable con su médico.