Para lograr una piel suave y sin irritación después de rasurarse, la Asociación Americana de Dermatología recomienda:
1. Antes de comenzar, humedece la piel y el vello para que quede más suave. Lo ideal es tomar una ducha con agua caliente.
2. Aplica crema o gel de afeitar en la zona a depilar.
3. Comienza a rasurarte siguiendo la dirección del crecimiento del vello, nunca en contra.
4. Pasa la rasuradora suavemente para prevenir cortes.
5. Si hay vellos encarnados, evita pasar la rasuradora sobre ellos ya que puedes correr el riesgo de que se infecten. Si hay lunares con pelos, es aconsejable cortarlos al ras con una tijera.
6. La rasuradora siempre debe estar bien afilada. Si eliges las descartables, cámbialas después de 5 o 7 usos para evitar la irritación de la piel. Esto ocurre al tener que pasarla más veces para que corte el vello.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA) advierte que contrariamente a lo que se cree, rasurarse no cambia la textura, el color, la velocidad de crecimiento o el grosor del vello.
A la hora de elegir una rasuradora, es más conveniente elegir las de varias hojas y con gel lubricante. Esto hará que no tengas que pasar el filo varias veces por el mismo lugar, lo cual irrita la piel. Además, al haber varios filos, los que pasan primero “acomodan” el vello para que el que venga detrás ya lo pueda cortar de raíz.
Otra alternativa para rasurar es la máquina eléctrica, que se debe pasar por la piel seca haciendo pequeños movimientos circulares. Sin embargo, hay algunas máquinas que indican que se pueden utilizar con la piel húmeda o incluso en la ducha, no tienen cable y las características están claramente indicadas en el aparato.
Después de la depilación es necesario aplicar un gel o crema humectante, y las de aloe vera o con extracto de menta son unas de las más apropiadas porque ayudan a desinflamar y refrescar la piel.