Desde el comienzo de la pandemia, los hospitales en todo el mundo se han visto colmados de pacientes diagnosticados con COVID-19, la enfermedad causada por el nuevo coronavirus.
La recomendación inicial, tanto en China, en donde se originaron los primeros brotes, como en Italia y los Estados Unidos, entre otros países, fue no pisar un hospital por nada del mundo, a no ser que se estuviera padeciendo la nueva enfermedad.
Ahora, médicos dicen arrepentirse un poco de este llamado. El miedo y la ansiedad que ha generado la pandemia ha abierto la puerta a un nuevo tipo de fobia que ya tiene nombre: coronafobia.
Esta fobia no solo se manifiesta por miedo al virus en sí, sino por pánico de siquiera acercarse a cualquier instalación médica, ya sea un consultorio, hospital o clínica.
El miedo al contagio le gana a la razón.
Esto no sería un problema grave si no fuera porque muchas personas que sí necesitan tratamientos, nuevas medicaciones y chequeos para el manejo de sus condiciones crónicas no están yendo a ver a su doctor.
Una encuesta de la Kaiser Family Foundation comprobó que el 48% de las personas en los Estados Unidos estaban retrasando tratamiento médico crítico por la pandemia.
Si bien esto no significa que todos sean fóbicos al nuevo gérmen, seguramente varios de estos pacientes simplemente tienen pánico al contagio y ese pánico es más fuerte que el deseo de cuidar su salud.
En los Estados Unidos, los hospitales de todo el país han visto una disminución de los pacientes que no tienen COVID, incluidos aquellos con síntomas de ataques cardíacos o accidentes cerebrovasculares, lo que sugiere que muchas personas no buscan atención para afecciones potencialmente mortales y pueden estar muriendo en sus hogares.
El doctor Payal Kohli, cardiólogo de Denver, llama a ese fenómeno “coronafobia”. Kohli asegura que habrá una nueva ola de muertes durante el próximo año por todas las enfermedades crónicas que no se están tratando durante la pandemia.
“No necesariamente se va a ver el efecto directo del mal manejo de la diabetes ahora, pero cuando por ejemplo una persona comience a tener disfunción renal y otros problemas en 12 a 18 meses, ese es el resultado directo de la pandemia”, dijo Kohli. “A medida que aplanamos la curva de la pandemia, en realidad estamos intensificando todas estas otras curvas”, explicó en una entrevista con KHN.
Un artículo en el Asian Journal of Psychiatry, que analizó este fenómeno en Asia, Medio Oriente y el Reino Unido, explica que el mayor miedo en medio de una situación de pandemia como la de COVID es a contagiarse.
Pero esto, a su vez, dispara otros pánicos: el miedo a supuestas a las conspiraciones detrás de la propagación de un virus, la paranoia, la desconfianza en el otro, entre otros trastornos que pueden ser aun más graves.
Expertos de la Universidad UNSW Sidney, en Australia, ofrece una guía para detectar si tu miedo por el coronavirus está fuera de control. Y ofrece consejos para salir de ese espacio de miedo.
Señales de miedo exacerbado:
- Eres joven y sana pero usas máscara y guantes cuando haces tu rutina de ejercicios en un parque sin nadie más que tú en una milla a la redonda.
- El miedo y la ansiedad son intensos y persistentes (duran semanas o meses)
- Es difícil dejar de preocuparte por el coronavirus
- Evitas activamente situaciones (por ejemplo, lugares, personas, actividades) incluso cuando no implican riesgo.
- Estás pasando mucho tiempo monitoreando tu cuerpo en busca de signos y síntomas, o buscando en Internet información sobre el virus.
- Te has vuelto demasiado obsesiva con la limpieza, el lavado y la descontaminación. Vas mucho más allá de lo requerido o recomendado: por ejemploo, limpiar una superficie varias veces, con desinfectantes y trapos distintos.
Por supuesto, ninguna de estas experiencias por sí sola es un problema. Pero cuando ocurren juntas, son persistentes y afectan negativamente tu vida, es hora de hacer algo al respecto.
Estos consejos pueden ayudar a que la fobia se minimice o desaparezca:
1. Para la mayoría de las personas, la ansiedad mejorará a medida que pase la amenaza de COVID-19. Si la ansiedad no desaparece, hay opciones para reducirla
2. Cambia tu "dieta informativa": pasar tiempo leyendo historias alarmantes sobre los horrores de COVID-19 probablemente aumentará la ansiedad, no la reducirá. Enfócate en información positiva.
3. Piensa lógicamente sobre el riesgo: el coronavirus ha sido trágico para muchas familias, y reconocemos que el riesgo y las consecuencias de contraer el coronavirus difieren de una persona a otra. Sin embargo, tén en cuenta que más del 90% de las personas infectadas se recuperan.
4. Toma las cosas con calma, a tu propio ritmo: está bien volver lentamente a hacer las cosas que solías hacer. Adopta un enfoque paso a paso, haciendo una actividad a la vez, para que te sientas segura, mientras lentamente reconstruyes tu confianza
5. Canaliza tu ansiedad en acción: puede ayudar concentrarse en lo que está bajo tu control. Tomar medidas activas para cuidar tu salud mental, durmiendo bien, haciendo ejercicio, haciendo actividades divertidas o relajantes, y manteniéndose conectado socialmente puede hacer una gran diferencia en tu salud mental.
6. Obtén ayuda de profesionales, no del Dr. Google: prueba un programa en línea basado en la evidencia para la ansiedad, busca el consejo de tu médico de cabecera o de un psicólogo especializado en ansiedad.
Fuente: KHN; UNSW (los fragmentos de esta historia sobre el análisis de UNSW fueron publicados originalmente en The Conversation. Se reproducen aquí bajo Creative Commons License)