Esta situación de salud pública es nueva para todos.
Aunque en años anteriores habíamos seguido las noticias de brotes como el del Ebola, el Sindrome Agudo Respiratorio Severo (SARS) o la gripe porcina, nunca habíamos vivido una pandemia global de esta magnitud.
Por supuesto, es una situación traumática y difícil de enfrentar a toda edad. Hay un coronavirus acechando y está cerca. En casi todas las comunidades de todos los países.
Pero las reacciones, miedos y angustias pueden expresarse de maneras distintas en abuelos, padres o hijos. Y, como en tantas otras ciscunstancias de la vida, hay recomendaciones para sobrellevarlas con entereza y ayudar a los seres queridos a transitarla sin tanta angustia.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos explican que los niños y adolescentes reaccionan, en parte, a lo que observan en los adultos que los rodean.
Cuando los padres y los cuidadores manejan el tema del COVID-19 con calma y seguridad, pueden dar el mejor apoyo a sus hijos. Los padres pueden llevar más tranquilidad a quienes los rodean, especialmente a los niños, si están mejor preparados.
No todos los niños y adolescentes responden al estrés de la misma forma. Estos son algunos cambios de conducta a los que deberías estar atentos:
- Llanto o irritabilidad excesiva en niños más pequeños
- Volver a comportamientos que ya habían superado (como no llegar al baño a tiempo o mojar la cama)
- Preocupación o tristeza excesiva
- Hábitos de alimentación o sueño poco saludables (dificultad para dormirse o incluso despertarse)
- Irritabilidad y "berrinches" en adolescentes
- Bajo rendimiento académico (por ejemplo, no poder adaptarse a la enseñanza a distancia)
- Problemas de atención y concentración
- Abandono de actividades que antes disfrutaba
- Dolores de cabeza o dolor corporal sin una razón aparente
Hay muchas cosas que puedes hacer para ayudar a tu hijo
En principio, si algunas de las manifestaciones anteriores dejan de ser un hecho aislado y persisten, se repiten, no dudes en comunicarte con el pediatra. Recuerda que muchos consultorios ahora ofrecen consultas a distancia, a través de videoconferencias.
Otras recomendaciones que pueden ayudar a lidiar con el estrés familiar son:
- Tómate un tiempo para hablar con tus hijos, ya sean pequeños o adolescentes sobre COVID-19. Responde a sus preguntas y comparte información acerca del coronavirus, de manera comprensible dependiendo de la edad.
- Házlos sentir seguros. Díles que está bien si están enojados o angustiados. Dales ánimo para expresar sus emociones, algo difícil especialmente para los adolescentes. Cuéntales cómo controlar su estrés de modo que puedan aprender a manejar la situación a partir de tu propio ejemplo.
- Limita la exposición de tu familia a la cobertura de noticias sobre el tema, incluidas las redes sociales. Los niños pueden malinterpretar lo que escuchan y pueden asustarse por algo que no entienden.
- Intenta mantener las rutinas. Si cierran las escuelas, elabora un cronograma para actividades académicas, y para actividades de descanso o entretenimiento.
- Da el ejemplo. Tómate descansos, duerme bien, haz ejercicio y come bien. Mantén una conexión con tus amigos y familiares.
Si tus hijos son atletas, juegan fútbol o baloncesto y quieren estar al aire libre, debes primero ver cuáles son las recomendaciones al respecto de tu gobierno local.
La mayoría de las comunas mantienen la recomendaciones de hacer ejercicio, correr, caminar, siempre respetando la distancia de 6 pies (1.82 metros), y solo hacerlo con miembros del mismo núcleo familiar.
Ten en cuenta que todo depende de la edad. Tu hijo debe tener una edad en la que comprenda cabalmente la importancia de respetar estas medidas de salud pública para prevenir el contagio del coronavirus.
Tiene que entender que estará poniéndose en riesgo a sí mismo y a su familia si no las respeta.
Por ejemplo, una situación muy común, en la que se ven millones de familias cada día, es pasear al perro. Si el niño es pequeño y no tiene todavía la fuerza suficiente para sostener la correa, no debes dejarlo que lo pasee solo.
El perro es un ser social por excelencia, y buscará acecarse a otro perro que tu vecino esté paseando. Un niño pequeño no podrá sostenerlo y tal vez se quebraría la distancia social.
Otro tema que está generando discusiones extra en los hogares es el de los videojuegos. Tal vez tengas que cambiar un poco la rutina (por ejemplo si antes los permitías solo los fines de semana ahora tal vez aceptes una hora de juegos digamos jueves y viernes), pero que lo digital no invada a tus niños.
Las reglas y rutinas pueden generar tensiones, pero al final van a mantener la armonía que tanto se necesita en estos momentos difíciles.
El balance entre lo que solíamos hacer antes de la pandemia y lo que ahora se recomienda es crítico.
Por la salud mental tuya y la de tus seres queridos.
Fuentes: CDC, Academia Americana de Pediatría