El psyllium rubio (Plantago ovata) es una hierba cuyas semillas, y las cáscaras de estas, se usan como espesante alimentario, para producir mucílago (sustancia vegetal viscosa) y fabricar medicamentos, como el laxante Metamucil.
Sin embargo, muchos investigadores creen que también podría aprovecharse, gracias a su importante contenido de fibra soluble, para combatir los altos niveles de colesterol. Aquí repasamos todo lo que dice la ciencia sobre esta planta.
El psyllium rubio es una hierba anual que puede crecer en suelos pobres y adaptarse fácilmente a climas fríos o cálidos.
No debe confundirse con el psyllium negro (P. psyllium y P. indica). Aunque ambos poseen beneficios sobre la salud, el primero demostró ser más efectivo.
Estas bondades se han aprovechado desde hace milenios. Los egipcios, por ejemplo, utilizaban el psyllium para tratar el estreñimiento o las infecciones urinarias.
En algunas regiones de Asia, principalmente el territorio chino e indio, se usaba en personas con hemorroides o para controlar la diarrea, mientras que, entre los pueblos árabes, era una opción común para tratar forúnculos o úlceras.
Muchos pueblos africanos, en cambio, usaban las semillas para preparar mascarillas para cuidar la piel o para fabricar pastas para el cabello.
Actualmente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) destaca su capacidad para aliviar el estreñimiento y facilitar la evacuación intestinal, mientras que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos autorizó a ciertas compañías para indicar en los envases que algunos de sus productos "pueden reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular", siempre y cuando contengan 1,7 gramos (g) de psyllium.
Natural Standard señalan que estos beneficios se deben a que la cáscara de la semilla de psyllium absorbe agua y forma una masa voluminosa.
En las personas que sufren de estreñimiento, esta masa estimula la evacuación del intestino, y en las personas con diarrea puede reducir el movimiento intestinal y disminuir las evacuaciones.
Otros efectos registrados incluyen: tratar el síndrome del intestino irritable, colitis ulcerosa, disentería, presión arterial alta, cardiopatía, diabetes, cáncer, pérdida de peso, y enfermedades renales graves.
En la industria alimenticia, se usa como un agente espesante o estabilizador en la preparación de algunos postres congelados. También es ideal para obtener la consistencia esponjosa que pierden muchas masas que se elaboran sin gluten.
Para el colesterol
Diferentes investigaciones estudiaron al psyllium como agente reductor de lípidos, encontrando disminuciones generalmente moderadas en los niveles de colesterol total y lipoproteína de baja densidad en sangre (comúnmente conocido como "colesterol malo").
Los efectos se han observado después de ocho semanas de uso frecuente. Sin embargo, no parece ser significativo en los niveles de lipoproteína de alta densidad ("colesterol bueno") o en los triglicéridos.
Las dosis utilizadas fueron de 3,4 g de cáscaras de semillas de psyllium rubio tres veces al día o 5,1 g dos veces al día. Se probaron hasta 20,4 g diarios.
También se usaron cereales a los que se les agregaron psyllium de manera que proporcione 15 g de fibra soluble por día: mezclas de 2,1 g de psyllium, 1,3 g de pectina, 1,1 g de goma de guar y 0,5 g de goma de algarrobo, que se tomó tres veces al día y combinaciones de 2,5 g de polvo de Metamucil con 2,5 g de colestipol, que se tomó tres veces al día.
Debido a que sólo se han observado pequeñas reducciones, quienes sufran colesterol alto deben consultar a su médico sobre el uso de agentes más potentes. Se han observado efectos en adultos y niños, aunque la seguridad a largo plazo no está establecida para estos últimos.
Precauciones
A pesar de su eficacia, el psyllium aún no se incluyó como uno de los alimentos en la Fase 1 o 2 de la dieta recomendada por la Asociación Estadounidense del Corazón (AHA) para disminuir el colesterol alto.
La mayoría de los estudios clínicos se han llevado a cabo con un polvo específico (Metamucil) o con alimentos que contienen la cáscara de la semilla, tales como cereales, panes o "bocaditos".
El psyllium es probablemente seguro para la mayoría de las personas cuando se ingiere con bastante líquido, según detalla Natural Standard.
Se aconseja beber por lo menos 8 onzas (236 ml) de líquido por cada 3 a 5 g de cáscaras o 7 g de semillas.
También puede hacer más difícil la digestión de la grasa en la dieta y aumentar la cantidad de grasa que se pierde en las heces cuando se toma en combinación con grasas de aceite de soja o de coco.
En algunas personas, podría producir gas, dolor estomacal, diarrea, estreñimiento y nausea. Su uso también se vinculó con dolor de cabeza y espalda, romadizo, tos y problemas con los senos nasales.
Aunque su ingesta es segura, se recomienda precaución a mujeres embarazadas o en período de lactancia, personas con dificultades para tragar, o que tomen medicamentos, hierbas o suplementos para disminuir los niveles de azúcar en sangre o de presión arterial.
Algunas personas pueden tener una reacción alérgica al psyllium con síntomas tales como hinchazón de las fosas nasales, estornudos, hinchazón de los párpados, urticaria y asma.
Se recomienda dejar de tomarlo y obtener ayuda de un profesional de la salud si se desarrollan síntomas como enrojecimiento, comezón grave, dificultad para respirar, jadeo, hinchazón de la cara o el cuerpo, opresión en el pecho y garganta o pérdida de conciencia.
Fuentes consultadas: Asociación Estadounidense del Corazón, Base Exhaustiva de Datos de Medicamentos Naturales, Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Departamento de Agricultura de EE. UU., Instituto Nacional de Medicina Complementaria y Alternativa.