El informe indica que, luego de la exposición a un agente cancerígeno, la enfermedad tarda de 5 a 20 años en desarrollarse. Y que, de haber existido una exposición potente, ya debería haber habido un mayor registro de casos de cáncer, a días de cumplirse 10 años de los ataques.
Sin embargo, justamente por el tiempo que le toma manifestarse, el doctor John Howard, director del Instituto Nacional de Salud y Seguridad Ocupacional, entidad que realizó el estudio, expresó que no está dicha la última palabra.
Puntos clave
- Voluntarios y víctimas estuvieron expuestos a tóxicos relacionados con hasta 60 tipos de cáncer.
- Dicen que, hasta ahora, no hay más casos por fuera de la estadística general.
- Pero aseguran que no está dicha la última palabra porque un cáncer puede tardar hasta 20 años en desarrollarse.
Al presentar el estudio el martes 26 indicó que se seguirá investigando el tema para observar si se registran nuevos casos, y que habrá otra revisión a mediados del 2012. Ésta es la investigación científica número 19 que llega a la misma conclusión.
Muchos que trabajaron durante la emergencia y vecinos del lugar que fueron diagnosticados con cáncer no están conformes. Ellos atribuyen la enfermedad a la exposición al humo y al polvo, pero, al no haber evidencia suficiente, no califican para recibir beneficios.
Howard explicó que la alta incidencia de cáncer en la población general hace más difícil probar el vínculo entre la contaminación que generaron los ataques del 9/11 y el cáncer. En el país, la probabilidad de que una persona desarrolle cáncer a lo largo de su vida es de uno en dos para los hombres y de uno en tres para las mujeres.
El reporte fue solicitado por la James Zadroga 9/11 Health and Compensation Act que, a partir de enero, entregará 4.3 mil millones de dólares en los próximos 5 años para hacer seguimiento y compensar a personas expuestas al humo y polvo generado por la caída de las torres.
Pero el acta incluye una lista específica de enfermedades, como asma u otras afecciones respiratorias, pero no cáncer. Representantes de Nueva York confían en que las revisiones periódicas de casos ayuden en el futuro a personas que desarrollaron cáncer luego de los ataques.
Algo en lo que confía el doctor Philip Landrigan, quien trabajo durante los ataques y lidera un programa que investiga las consecuencias que tuvieron para la salud en el Mount Sinai Medical Center de Nueva York. Los datos de este programa se comparten con los investigadores del gobierno.
Landrigan dijo a The New York Times que las personas en esos días estuvieron expuestas a miles de sustancias tóxicas, relacionadas con hasta 60 tipos de cáncer. Y que la posibilidad de hacer un link entres los nuevos casos y los ataques aumentará con el tiempo.
Específicamente su equipo está investigando el mieloma múltiple, un cáncer que aparece en los glóbulos blancos: están estudiando 8 casos en voluntarios que, en aquél momento, tenían menos de 45 años, una edad inusual para que aparezca este tipo de cáncer.