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Ocho consecuencias terribles de un terremoto
Por pandalo@holadoctor.net
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Emergencia
En los últimos 20 años, los terremotos han causado más de un millón de muertes en todo el mundo. Sismos como el de Ecuador, el de Japón, de magnitud 7.5, el de Chile, de magnitud 8.2, o el anterior de Japón en 2011, de intensidad 9, generan daños físicos y emocionales de difícil reparación.
Tragedia
La pérdida en vidas humanas en el caso de Nepal (en la foto rescatistas) sumaron más de 4,000. La devastación emocional, social y económica que genera un terremoto lo pone primero en la lista de grandes tragedias naturales.
A los terremotos le siguen en muchos casos los tsunamis o maremotos, olas gigantes que pueden alcanzar una altura de hasta 98 pies (30 metros). Según los expertos, un sismo de la magnitud del que hubo en Chile, por ejemplo, podría desencadenar un fenómeno de este tipo, afectando hasta México y Hawaii.
Todo tipo de daños
Catástrofes como la ocurrida en Japón o en Chile, en 2010 y 2014, y ahora de nuevo en Japón, dejan miles de personas con lesiones que van desde fracturas leves hasta problemas respiratorios y desórdenes psiquiátricos. Son problemas de corto, mediano y largo plazo. Y hay que actuar de inmediato para minimizar el daño.
Expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indican que es clave la capacidad de respuesta rápida del país en materia de salud, para tratar a los lesionados, rescatar con vida a los atrapados y evitar que las secuelas se conviertan en discapacidades físicas y mentales permanentes.
1. Lesiones en cabeza y pecho
El 90 por ciento de las lesiones graves ocurren por la caída de mampostería, revestimientos y vigas. Las que más comprometen la vida son las que impactan en la cabeza y el pecho: pueden producir rotura de cráneo o neumotórax, que es un colapso pulmonar, indica el libro "Impacto de los desastres en la salud pública", publicado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Según un análisis realizado luego del terremoto de Armenia de 1988, las fracturas múltiples representaron el 39 por ciento de los casos, y el 24.9 por ciento fueron fracturas leves. El 11 por ciento de las víctimas sufrió el "sindrome de aplastamiento" que ocurre cuando hay presión excesiva en una parte del cuerpo.
El 10 por ciento de las personas lesionadas en un terremoto lo padecen, indican los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades. Y el 74 por ciento de ellas lo sufre en la parte superior del cuerpo. Se trata de graves secuelas por haber estado aplastados entre escombros como edemas, y trastornos circulatorios y musculares.
Clave, actuar rápido
Según el libro editado por la OPS, en el caos de un terremoto, es esencial que la atención de emergencia siga funcionando. Datos recopilados luego de los terremotos de Guatemala de 1976, Ciudad de México de 1985, Armenia de 1988 y Egipto de 1992 demostraron que es crítica la atención los primeros tres días posteriores a la tragedia.
Listos para la fase de emergencia
Los expertos en catástrofes hablan de estar preparados para la "fase de emergencia". Esto significa poder, en medio de la desorganización, estar organizados para efectuar cirugías de emergencia y asistir en partos. En el terremoto de Ciudad de México de 1985, el número de admisiones en hospitales por partos acelerados representó el 44 por ciento de las internaciones los dos días posteriores al sismo.
La infección secundaria de heridas menores es una de las secuelas más típicas luego de un terremoto. La ayuda médica internacional debe asegurar la provisión de antibióticos ya que estas infecciones suelen manifestarse días después de los temblores.
"Cuando los edificios se dañan o colapsan generan grandes cantidades de polvo", indica el texto de la OPS. Este polvo causa graves trastornos respiratorios, infecciones e irritación ocular. Una medida preventiva, indica, es la inmediata distribución de mascarillas.
Luego de un terremoto, las quemaduras e inhalación de humo por incendios son peligros importantes. Después del terremoto de Tokio de 1923, unas 140 mil personas murieron a causa de quemaduras en incendios, en una ciudad construida con materiales inflamables como papel y madera.
Especialmente en países pobres, una de las primeras cosas que desaparece con un desastre es el agua potable. Es cuando las enfermedades diarreicas como el cólera dicen presente. Tal fue el caso de Haití, que registró un brote con cerca de 3.000 muertes.
Según explica la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA), una de las secuelas que afecta a un espectro más amplio de población luego de un terremoto es la deshidratación. Niños y ancianos se deshidratan fácilmente, por eso requieren del apoyo médico y de alimentos enlatados.
La vida al revés
Luego del terremoto que azotó Atenas, Grecia, en 1981, se registró un aumento del 50 por ciento en las muertes súbitas por infartos. El estrés relacionado con el desastre puede ser fatal, o manifestarse como una ansiedad leve o un grave trastorno: el estrés post traumático.
El primero que aparece, indica la Asociación Americana de Psiquiatría, es la desorientación. Miles de personas son rescatadas luego de haber estado deambulando a causa del impacto del sismo. El más grave es el estrés post traumático, que es un trastorno de ansiedad por haber vivido una situación extrema.
La contención médica y familiar de las personas que presentan estos síntomas es crítica para que puedan superarse en un corto tiempo. La Asociación Americana de Psiquiatría calcula que un 15 por ciento de las personas que viven un terremoto padecen de estrés post traumático.
Seguir viviendo lo mejor posible
Las lesiones físicas y psíquicas pueden ser temporales o permanentes. Por eso, es esencial una buena preparación ante desastres, comenzando por la edificación. Según la OPS, la prevención del colapso estructural "es la forma más efectiva de reducir las muertes y las lesiones serias durante un terremoto".
La solidaridad internacional es clave para lograr que el país afectado (en este caso Nepal en la foto) ponga en marcha rápidamente los mecanismos de ayuda de salud y social, esenciales para la reconstrucción a todo nivel.