Además de brindar atención médica, el equipo de primeros auxilios tiene como misión promover la "resiliencia" entre los sobrevivientes de los terremotos.
Aunque no siempre lo tengamos presente, tenemos una capacidad innata para sobreponernos a cualquier situación traumática, que se puede cultivar y afianzar. En el caso de Japón, una de las tragedias más recientes, se logró fortaleciendo el sentido de comunidad.
Puntos clave
- Las víctimas del tifón en Filipinas ya sumarían 10,000.
- El tifón tocó tierra a una velocidad de 190 millas.
- La palabra "resiliencia" es clave para transitar esta tragedia.
Resiliencia viene del griego "resiliere", que significa “volver a atrás, saltar hacia atrás y rebotar”, un término que se introdujo por primera vez en las ciencias físicas para explicar la capacidad de algunos metales de recomponer su estructura luego de una deformación.
Si bien esta vuelta no es exactamente al estado original, el hombre, más allá de lo difícil de la situación que le toque enfrentar, posee esa capacidad de superación. Y si bien con cambios, puede ocurrir una vuelta a su estado anímico original, “un músculo mental que todos tenemos” según la descripción de la Sociedad Americana de Psicología. Músculos que, como todo músculo puede ser más fuerte o más débil, según el entrenamiento que tenga pero también algo con lo que todos contamos.
Una de las consecuencias psicológicas que esperan prevenir con estas medidas en el caso de los sobrevivientes del tifón Yolanda es el trastorno por estrés postraumático (TEPT).
Los efectos del estrés postraumático
Por lo general la persona "revive" el trauma a través de recuerdos vívidos.
También se puede manifestar como:
- hipersensibilidad a los sonidos cotidianos
- depresión
- ansiedad
- problemas de adaptación
- abuso de alcohol y drogas
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Personas más o menos resilientes
Si bien todos tenemos esa capacidad, existen personas más propensas ser resilientes que otras. Cuanta mayor la actividad cognitiva e intelectual de la persona, mayor será la capacidad neuronal y emocional de sobreponerse a situaciones difíciles. Las personalidades que utilizan más esta capacidad tienden a ser personas equilibradas, que están más abiertas a los cambios de la vida.
Por otra parte, las personas menos resilientes suelen quedar estancadas en el evento traumático, lo que termina deteriorando su calidad de vida , afectando su desempeño en el día a día y en muchos casos, pueden desarrollar algún trastorno psicológico más permanente.
Las personas reaccionan en forma diferente frente a las adversidades, de hecho hay también hasta cuestiones culturales, culturas en las que es más frecuente comunicar sentimientos o culturas donde los miembros de la familia extendida, vecinos y amigos ocupan un lugar muy importante en la vida de las personas.
Ser resilientes no significa no sufrir los dolores de la vida, sino salir en búsqueda de nuestras fortalezas e intentar salir del hecho traumático. El dolor emocional y la tristeza son parte indispensable de una tragedia, la cuestión es si tenemos los pensamientos y herramientas que necesitamos para superar ese momento.
Herramientas útiles ante una tragedia
Los especialistas de la Asociación Americana de Psicología (APA) han ideado una serie de recursos para poder manejar el estrés que pudiera surgir de la vivencia de situaciones traumáticas y para poner en marcha el mecanismo de resilencia.
- Tómate un descanso de las noticias. La interminable catarata de información de los medios de comunicación pueden agravar tu estrés emocional. A pesar de que es importante mantenerse informado, especialmente si tienes seres queridos aun inmersos en la zona de catástrofe, hay que regular las información para que no empeore
- Conéctate con otras personas. La familia, amigos, vecinos, el contacto incluso con otros damnificados, ayuda al proceso de superación.
- Acepta que el cambio es parte de la vida y que este es un tipo de cosas que no puedes controlar. Simplemente hay cosas que pasan.
- Toma en control las cosas que puedes controlar, como ir a trabajar o cocinar. Ayuda mucho intentar mantener la mayor cantidad de rutinas posibles para sentirse más estable y dejar de pensar en el terremoto o la tragedia todo el tiempo
- No pierdas de vista tus objetivos en la vida y muévete hacia allí, por más pequeño que parezca, los logros en esta etapa son muy importantes.
- Cuídate, intenta mantener una vida saludable: una alimentación balanceada, el ejercicio realizado regularmente y el descanso ayudan a tu bienestar emocional y a soportar los malos momentos.
- Mantén las cosas en perspectiva, a pesar de lo terrible de la tragedia, intenta aferrarte a las cosas buenas en tu vida.
- Busca una forma de ayudar. Muchas organizaciones ayudan a los sobrevivientes de tragedias de diferentes formas. Contribuir voluntariamente es una acción positiva que puede marcar una diferencia en tu vida y en la de los demás.
- Intenta buscar tus fortalezas. Muchas personas que han vivido una tragedia, sienten que han crecido después de ella en más de un aspecto. Con el tiempo, podrás descubrir esas fortalezas y lograr que tu apreciación por la vida sea mucho mayor que incluso antes de la tragedia.
Para muchas personas, estas herramientas pueden ser suficientes, dicen los especialistas, sin embargo, muchos otros no logran salir del problema y pueden desarrollar trastornos psicológicos mas allá de la tragedia y por ejemplo entrar en una depresión profunda o desarrollar trastornos obsesivos. Un profesional de la salud mental puede ayudar en ese caso para poder desarrollar una estrategia de salir adelante.