La farmacéutica Bayer pagó más de dos millones de dólares a médicos de Estados Unidos como honorarios relacionados a su polémico Essure, un implante que se usa para evitar embarazos de forma permanente y que acaba de ser retirado del mercado. Estos pagos son legales, pero hay todo tipo de implicaciones, empezando por las éticas.
Una investigación de CNN dio a conocer la práctica de la compañía, al analizar datos federales. Así encontraron que desde agosto de 2013 hasta diciembre de 2017, Bayer pagó a 11,850 médicos dos millones y medio de dólares por honorarios de consultoría y servicios similares relacionados al dispositivo.
En la investigación citan el caso de Christina Potts, una mujer que estaba buscando un método anticonceptivo permanente y su médico la animó a usar Essure. El dispositivo la dejó con un dolor terrible, fatigada y tuvieron que practicarle una histerectomía, removiendo su útero para deshacerse este.
La mujer hoy se pregunta si el especialista le recomendó esta opción porque de verdad era lo mejor para ella o porque Bayer le pagó miles de dólares. El médico de Potts era uno de los que más ganaba, según datos federales.
A la doctora Cindy Basinski, de Indiana, la farmacéutica le pagó 168,068 por honorarios de consultoría y servicios similares, desde agosto de 2013 hasta fines de 2017. Ella fue la segunda especialista mejor pagada en el país por Bayer.
Sin embargo, Basinski dijo a la cadena de noticias que está tan convencida de la seguridad de Essure que continuará implantándola en las mujeres hasta que el dispositivo salga del mercado. "Diré que no siento que me haya influenciado de ninguna manera", agregó. Alegó que los pagos fueron para educar a otros médicos sobre el dispositivo y cómo implantarlo.
Una práctica cuestionable
Investigaciones realizadas por científicos de las universidades de Carolina del Norte, Yale, George Washington y Harvard , entre otras, muestran que cuando los médicos son pagados por las compañías farmacéuticas son más propensos a recetar medicamentos realizados por esas compañías, y se refieren a montos mucho más bajos que el que recibió la doctora de Indiana.
El dispositivo de Bayer es un método de control de la natalidad: se inserta en las trompas de Falopio creando un bloqueo que impide el paso de los óvulos de forma definitiva. Así como el de Christina Potts, hay otros casos que, al usarlo, terminaron con daños irreversibles.
El Essure se adhirió dentro de las trompas de Falopio de Melissa Gilbert, una paciente de Rockville, y el 24 de mayo de 2017 tuvieron que extraerlas, junto con el útero. Tuvo el dispositivo por varios años y sus síntomas (dolor pélvico, fatiga, erupciones cutáneas, hinchazón de las articulaciones, dificultad para concentrarse) fueron empeorando. Y de acuerdo a la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por su sigla en inglés), este año notaron que los casos iban en aumento.
“En febrero, tuvimos la oportunidad de reunirnos con mujeres que se han visto negativamente afectadas por Essure para escuchar y conocer sus inquietudes. Algunas de las mujeres con las que hablamos desarrollaron importantes problemas médicos que atribuyen a su uso del producto”, dice un comunicado de la agencia.
La semana pasada Bayer anunció que la disminución de las ventas era la razón por la que retirará su dispositivo del mercado. Pero un comunicado de la FDA, publicado el mismo día, habla de los graves riesgos para la salud que han sido asociados a Essure.
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