Buenas noticias para los amantes de las pastas con salsa de tomate, los científicos descubrieron que este vegetal tiene un compuesto que protege la flora intestinal.
Se sabe que los alimentos probióticos, como ciertos tipos de yogur, kéfir o brotes, aumentan la población de bacterias buenas en el intestino, lo que no sólo mejora la digestión, sino que puede prevenir varias enfermedades.
Para saber un poco más sobre cómo interactúan esos probióticos con otros alimentos, como el tomate, los investigadores de la Universitad Politécnica de Valencia, España realizaron un intenso estudio. Específicamente, la Dra. Ana Belén Heredia y su equipo de colegas analizaron cómo la salsa de tomate -un alimento universal- rica en antioxidantes, se comportaría en presencia de los probióticos del intestino.
Tomates y probióticos, una buena dupla
Con la finalidad de comprobar esta relación, los científicos estudiaron los cambios experimentados por los antioxidantes del tomate crudo y frito durante la digestión gastrointestinal, con y sin la presencia del probiótico Lactobacillus reuteri.
Los investigadores optaron por utilizar tomates perita, que tienen un mayor contenido de licopeno, un poderoso antioxidante.
La primera sorpresa que se llevaron fue que el proceso de fritura (al hacer la salsa) no deterioró la calidad de los antioxidantes, al contrario, “mejoró la concentración de éstos, siendo su contenido más alto en los tomates fritos que en los tomates crudos” escribieron los autores al publicar los resultados en Journal of Functional Foods.
Por otro lado, hallaron que el proceso digestivo resultó en una pérdida de antioxidantes en un promedio del 60%, tanto en el caso de la salsa de tomate cruda como cocida (frita).
Pero aquí viene lo más interesante: la presencia de los probióticos L. reuteri pareció prevenir la absorción de algunos de los antioxidantes del tomate en el sistema sanguíneo. Es decir que estos dos alimentos interactúan positivamente en favor de nuestra salud.
Y como contrapartida, los antioxidantes de la salsa de tomate mejoraron los efectos positivos de los probióticos L. reuteri. Y en este contexto, la salsa de tomate cocido parece ser más efectiva que su equivalente crudo.
“Los resultados sugieren que los compuestos antioxidantes del tomate podrían tener un efecto protector contra la pérdida de absorción de los probióticos” escribieron los investigadores.
Esta conclusión es muy importante, dado que mientras más sepamos cómo interactúan los alimentos que incorporamos, mejor podremos elegir en favor de nuestra salud y bienestar.
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